Dos años de gracia y cierre de negociación por la deuda en marzo: la fórmula del “asesor” de Alberto Fernández, mano derecha de un Premio Nobel

Dos años de gracia y cierre de negociación por la deuda en marzo: la fórmula del “asesor” de Alberto Fernández, mano derecha de un Premio Nobel

La iniciativa fue presentada en una reunión de la ONU, en Ginebra, por Martín Guzmán, economista de Columbia University de diálogo fluido con el futuro equipo económico y asesor de Joseph Stiglitz. ¿Un adelanto de lo que se viene?

Martín Guzmán es un economista platense pero vive hace 11 años en Estados Unidos, donde trabaja junto al Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Es un profesional de consulta permanente de algunos integrantes del futuro equipo económico, como Matías Kulfas. También ha mantenido reuniones con políticos como Sergio Massa, futuro presidente de la Cámara de Diputados, y Juan Manzur, gobernador de Tucumán. Ayer habló en una conferencia que organizó la ONU sobre las posibles salidas para el problema de la deuda argentina.

La presentación de Guzmán en Ginebra se tituló: “Crisis de deuda soberana: ¿será esta vez diferente?" y analiza en detalle cómo llegó la Argentina a la situación actual en materia de deuda pública y las mejores opciones para resolver la crisis.

Los cuatro puntos principales que plantea Guzmán en ese paper son los siguientes:

- No realizar pago alguno de la deuda, ni capital ni intereses, por dos años. Esto significa que los futuros bonos que reciban los inversores que ingresen al canje no tendrían incorporados pagos en 2020 ni 2021, para comenzar con desembolsos recién en 2022.

- No se pedirán nuevos desembolsos del FMI para el pago de deuda a inversores privados. Esta postura es coincidente con la que ya viene expresando el presidente electo, Alberto Fernández, quien aseguró que no pide nuevos préstamos del organismo.

Joseph Stiglitz, ganador del Nobel de Economía (Reuters)

- Debe evitarse a toda costa un nuevo default y negociar de buena fe con los acreedores. El plazo máximo en el que debería concluír la reestructuración es marzo de 2020.

- La propuesta final deberá estar alineada con la necesidad de recuperar la sustentabilidad de la deuda, es decir que el Gobierno pueda enfrentar los futuros pagos. Y ésta sería una condición necesaria para recuperar el crecimiento.

 Martín Guzmán sugiere la necesidad de evitar pagos de deuda al menos por dos años para recuperar crecimiento. Sin embargo, no hace mención a avanzar con quitas de capital como esperan en Wall Street

Stiglitz mantuvo en el pasado varios encuentros con la vicepresidente electa, Cristina Kirchner, cuando ésta ocupaba la presidencia. El Premio Nobel siempre defendió los enfoques heterodoxos de política económica que se plantearon durante el kirchnerismo y ha sido un histórico crítico de los planes de ajuste que propone el Fondo. Su discípulo, Martín Guzmán, apunta en la misma dirección.

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner siempre elogió las posturas heterodoxas del Premio Nobel

La idea de postergar pagos de deuda al menos por dos años ya había sido esbozada por el economista en un reportaje que había concedido a fin de octubre a Página 12. Pero ahora presentó una propuesta más global para la deuda ante un foro internacional. El planteo principal es que el país precisa un alivio en los pagos de la deuda como condición para retomar el crecimiento económico. Sólo los intereses del año próximo ascienden a casi 3,5% del PBI.

Según la visión de Guzmán, la Argentina “volverá a testear la arquitectura internacional para la resolución de las crisis de deuda”. Además, en todo momento resalta la necesidad de evitar un default de la deuda, es decir dejar de pagar en forma unilateral. También esta postura va en línea con lo que viene expresando el propio Alberto Fernández, que siempre consideró como algo muy negativo la posibilidad de entrar en cesación de pagos.

No habla en ningún momento de quitas de capital ni sugiere la necesidad de hacerlo. Sin embargo, bancos de inversión y analistas consideran que será inevitable también avanzar en esa dirección, aunque no sería algo sustancial como sucedió en la renegociación de 2005.

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