Los resultados se conocieron el 2 de septiembre, en la ciudad de Oviedo, España, donde tiene su sede la Fundación Princesa de Asturias. El galardón fue entregado a la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, una institución perteneciente a la Iglesia y fundada hace más de 5 siglos, que trabaja en forma solidaria en todos los continentes.
Fuentes periodísticas en la ciudad de Oviedo comentaron que la postulación de AMIA fue altamente valorada por el jurado, obteniendo el tercer lugar dentro de las 27 candidaturas que quedaron finalistas, procedentes de Alemania, Argentina, Colombia, Dinamarca, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irak, Irlanda, Italia, Jordania, Líbano, Lituania, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Rumanía, Tailandia y España.
Según los Estatutos de la Fundación Princesa de Asturias, los Premios que otorga cada año están destinados a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupo de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Conforme a estos principios, el Premio Princesa de Asturias de la Concordia se concede a aquellos cuya labor contribuya de forma relevante a la defensa de los derechos humanos, al fomento de la paz, de la libertad, de la solidaridad, de la protección del patrimonio y, en general, al progreso y entendimiento de la humanidad”.
Haber quedado en un lugar de privilegio dentro de la consideración de los jurados es un gran reconocimiento internacional a la tarea cotidiana de AMIA y a su compromiso permanente con el trabajo por la paz, la solidaridad y con una sociedad con mejores oportunidades para todos.
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