“Una economía que se cae, se levanta. Pero una vida que se pierde no la levantamos más”, lanzó el presidente Alberto Fernández el pasado domingo al anunciar la extensión del aislamiento preventivo hasta finalizada la semana santa. El gobierno nacional tomó su decisión ante la pandemia del virus Covid-19, y es la de priorizar el sistema sanitario por sobre cualquier otra arista de la administración, incluso sobre la economía.

Claro está, la gestión recibida por Fernández tras los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri y Cambiemos, no solo tiene el agravante de una deuda dolarizada con cifras exorbitantes, sino que el tejido social quedó golpeado de muerte. Así lo sostienen los diferentes números de estudios, públicos y privados, sobre la pobreza, el desempleo, la desnutrición, entre otros ejes socioeconómicos que aumentaron negativamente.

En ese marco, el congelamiento económico al cerrarse las fronteras, establecer el aislamiento social a modo de prevenir un pico de contagio de coronavirus y adelantarse a un eventual colapso del sistema sanitario, forman parte de la ecuación perfecta para una crisis económica más dura todavía. Por caso, el Riesgo País, desde el ingreso de las medidas de prevención a la fecha, subió más de 2 mil puntos para superar la barrera de los 4 mil. Y según un estudio realizado por The Economist Intelligencie Unit, estima que el PBI nacional caerá 6,3 por ciento en 2020 producto de la recesión ante la pandemia.

Así, el default, aparece en el horizonte de una economía que, golpeada en la recaudación y sin reactivación visible, comenzó a pensar en la emisión de cuasimonedas como una eventual válvula de escape. Así lo señaló el alcalde de Morón, Lucas Ghi, que comentó que con sus pares “se está charlando la implementación de una cuasimoneda”.

Con dicho panorama, sectores de la economía y del mundo empresarial solicitaron al gobierno que revea las decisiones tomadas en materia de prevención del Covid-19. En definitiva, desde hace varios días ya, solicitan la reapertura del comercio en las provincias que no registran casos positivos de coronavirus. Además, reclaman una segmentación del aislamiento. Es decir, que se aísle a pacientes de riesgo y con comorbilidad.

Así lo señaló a LaTecla.info el economista Iván Carrino, uno de los pioneros en reclamar a Alberto Fernández una salida que atienda la endeble economía argentina. “Flexibizaria la cuarentena”, sentenció y remarcó que “no es posible escapar a la crisis generada por el coronavirus. Será muy dura, y lo único que el Gobierno puede hacer es no agravar más sus consecuencias”.

De esa manera, detalló una serie de puntos básicos a ser tomados en cuenta para descongelar la economía: “Aumentar gasto sanitario enfocado a test y respiradores; reducción de sueldos públicos para no desmadrar déficit; reducción y aplazo de pago de impuestos; mantener la cuarentena para grupos de riesgo; y precios libres”.

Con similar postura, pero un tanto más cruda, se posicionó el representante del partido liberal bonaerense, el ex diputado Guillermo Castello. “El Gobierno nos quiere encerrados y silenciados para poder emitir y confiscar”, sostuvo el marplatense que solicita seguir el paso de Japón y aislar solamente a casos positivos.

“El derrumbe económico que se avecina si vos seguís con la cuarentena así, el 2001 en cuanto a caída de la actividad económica, la suba de la inflación, va a ser un poroto”, sentenció el líder liberal José Luis Espert y graficó: “si vos metés a todo el PBI argentino en su casa, va a faltar de todo”. En ese sentido, sostuvo que “al Gobierno la recaudación se le va a derrumbar, las empresas ni el monotributista está cobrando un mango”.

Sin embargo, mientras algunos referentes económicos solicitan la reactivación y el final del aislamiento social, desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) acompañaron la postura del Gobierno. Su titular, Hernán Letcher sentenció a este medio: “Es una discusión de salud, si se propaga el virus o no. En materia económica no tiene demasiada significación. Lo que vos tenés que lograr es que el virus no se propague, ese es el efecto negativo que podés tener, no el cierre de Provincias porque no tienen virus, que económicamente no tiene sentido, estamos todos interrelacionados”.

Desde la política, el titular del Comité Provincial de la Unión Cívica Radical y ex vicegobernador bonaerense apuntaló la postura de extender el aislamiento de manera total y sin discriminación. “Esta extensión me parece muy necesaria para tener un panorama bien claro y prepararse para la eventualidad de un pico realmente fuerte. Después hay que ver cómo se acomodan las cuestiones de la producción y de la economía que sin dudas, para un país que ya estaba con la economía golpeada, esta situación nos va a golpear con mucha fuerza”, lanzó Daniel Salvador.

En la misma línea, el infectólogo Ricardo Teijeiro señaló que el aislamiento extendido es clave para mitigar el contagio. Incluso, el especialista sostuvo que una vez llegada la semana santa se debe continuar con aislamiento selectivo y no antes.

“De la cuarentena hay que salir despacio, ver que personas tengan menor riesgo y dejar para último la actividad en las que tengan contacto las personas. Después de estos diez días vamos a tener bien clara la circulación viral. Hay que ver como seguimos, va a ser algo muy paulatino considerando los grupos de riesgo y dejarlos a ellos sí en aislamiento social”, explicó a este medio.

Claro, mientras la economía, la salud y la política cada una marca su postura entre sí, desde el mundo empresarial dan cuenta de la dura realidad que se avecina. En esa sintonía, desde la Cámara de la Construcción advierten que la actividad lleva dos años en franco retroceso producto de la paralización gestada por el macrismo. Así, el escenario de aislamiento social “podría ser terminal” para la actividad constructora. Sin embargo, el anuncio realizado por el gobernador bonaerense para reactivar la obra pública, aparece como agua en el desierto y calma, levemente, los ánimos críticos. Mientras, siguen el día a día de la crisis para evitar sumarse a la lista de producciones en riesgo por la pandemia de Covid-19.

Economía o salud, es la cuestión. El gobierno optó por priorizar el mundo sanitario y evitar un colapso para disminuir el número de decesos lo máximo posible.

Los números y el pedido de la UIA

Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) lanzaron números preocupantes de la actividad en tiempos de pandemia. El vocero fue nada más y nada menos que el titular de la organización, Miguel Acevedo, que utilizó un comunicado oficial para señalar que solo el 20% de las fábricas del país están activas a raíz de la cuarentena, pero advirtió que trabajan "con problemas logísticos y de insumos" y también tendrían dificultades para pagar sueldos.

"La industria está trabajando en alrededor del 20%. El resto está parado por el tema sanitario. Y ese 20% está trabajando con restricciones, problemas logísticos y de insumos", sostuvo el dirigente. Así, Acevedo estimó además que el pago de sueldos será otro "problema" que deberán enfrentar las industrias, si la cuarentena se prolonga más allá del 12 de abril.

"En marzo y abril, no creo que haya mayores complicaciones para cumplir con el pago de los sueldos. Pero si se extiende la cuarentena después de abril, habrá que ver cómo se resuelve la cuestión", señaló, y afirmó que no se está evaluando la posibilidad de avanzar con despidos. "Nadie está pensando que éste es un buen momento para despedir gente. Hay empresas que no solo pagan los sueldos, sino que también ayudan, colaboran y contienen a la población", remarcó.

El antecedente de España

La pandemia del coronavirus dio el peor golpe al mercado laboral español desde la democracia, con una destrucción de empleo sin precedentes en un mes, al registrarse en marzo más de 800.000 bajas en el sistema que registra los trabajadores activos, mientras el desempleo aumentó en 300.000 personas, elevando la cifra total a 3,5 millones de desocupados.

El número de desocupados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo de España se disparó en 302.365 personas en marzo, un 9,3%, lo que supone el mayor repunte en cualquier mes de toda la serie histórica, de acuerdo con los datos publicados hoy por el Ministerio de Trabajo y Economía Social español. Con este incremento, el volumen total de desempleados alcanzó al finalizar marzo la cifra de 3.548.312 personas, la más alta del registro desde abril de el 2017.

"El sector más afectado en datos absolutos es el de servicios, con un incremento del paro (desempleo) de 206.016 personas. Un sector agitado por la crisis del coronavirus", explicó la Ministra de Trabajo de España, Yolanda Díaz, en videoconferencia.

No obstante, el dato más significativo que permite visibilizar la magnitud del impacto de la crisis del coronavirus en el cierre de la activa económica que comenzó oficialmente el 14 de marzo, es la destrucción de empleo, es decir la caída en el número de ocupados que se mide en la perdida de afiliados al Sistema de Seguridad Social.

En ese sentido, al 31 de marzo el número de personas afiliadas a la Seguridad Social fue de 18.445.436, lo que supone que hasta ese día el sistema perdió 833.979 afiliados.

Sin embargo, el dato es peor si se toma desde el 12 de marzo, unos días previos al inicio del estado de alarma decretado en España debido al coronavirus, ya que la pérdida de afiliados fue de 900.000, explicó el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Esta caída en 14 días es equivalente a la que se produjo durante la crisis financiera de Lehman Brothers, aunque en aquel caso el impacto se produjo durante un lapso de 101 días laborables, subrayó Escrivá.

Por otro lado, la Ministra de Trabajo informó que ya se gestionaron 9.670 ERTEs hasta la fecha, en referencia a las suspensiones de empleo masivas que afecta ya a 620.000 trabajadores en España.

En tanto, el coronavirus sigue avanzando en España, donde en en las últimas 24 horas se registraron 950 muertos, elevando la cifra total de fallecidos a 10.003 personas, mientras los contagios se incrementaron en 8.102, hasta llegar a los 110.238 enfermos.