Activan una causa contra Espinoza por supuesto intento de abuso sexual

Activan una causa contra Espinoza por supuesto intento de abuso sexual

La denunciante es su ex secretaria privada, que por temor a su seguridad ahora vive en Estados Unidos.

 

El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, enfrenta una investigación por una denuncia de su ex secretaria privada por un supuesto intento de violación. La causa judicial se había iniciado en Capital Federal y luego de unos meses se cerró. Ahora, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional ordenó reabrirla argumentando que existe mérito para investigar los hechos denunciados.

 

 

 

La denunciante -que luego de la presentación judicial se radicó en Estados Unidos por temor a represalias-ratificó sus dichos en una audiencia y responsabilizó también a su pareja, quien había sido el nexo con Espinoza para que ella trabaje en la Secretaría Privada del municipio.

 

 

 

Allegados a Espinoza consultados por LPO afirmaron que el fiscal de Cámara Ricardo Sáenz está vinculado al PRO y ese es el motivo por el cual se reactivó la causa.

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En la denuncia -a la que LPO pudo tener acceso- la ex secretaria de Espinoza relata que llegó a ese lugar a través de una entrevista gestionada por su novio Gustavo Cilia, quien tenía un vínculo con el intendente.

 

 

 

Según el relato de la denunciante, a principios de 2021, luego de una entrevista con Espinoza fue contratada como secretaria privada, con una remuneración de 150.000 pesos. Siempre según su testimonio, al día siguiente el intendente le dijo que en el ámbito laboral su nombre sería otro y pasaría a llamarse "María Micucci".

Pregunté por qué me habían cambiado el nombre y pedí hablar con él. Me dijo que como había sido modelo y Miss Argentina era mejor que no pusiera mi nombre. Desde el vamos todo iba mal.

 

 

 

A los pocos días Espinoza le dijo que debía ir a cenar a su casa. "Lo dijo como una imposición, como algo que ya estaba decidido", sostiene la denunciante y relata que le dijo que no entendía la propuesta, pero terminó aceptando, luego que su novio "le explicara" que era algo habitual en ese ámbito.

 

 

 

Siempre según su relato, días más tarde, el intendente volvió a invitarla a su casa y agrega que en ese segundo encuentro se sintió "extraña físicamente" y consideró que Espinoza pudo haber introducido algo en su copa.

 

 

 

El tercer encuentro fue nuevamente a instancias de Espinoza, pero transcurrió en la casa de la denunciante. Luego de la cena, el intendente se sentó en un sillón, acusó dolores cervicales y le pidió que le hiciera masajes. "No tengas miedo, dale", le decía mientras se desabotonaba la camisa. "No seas boluda. Las mujeres de mis amigos tienen bigotes", dijo.

La denunciante relata que accede a hacerle algunos masajes buscando que el momento pase lo antes posible. Él se molesta, se saca la camisa y se afloja el cinturón. La vuelve a tomar de las muñecas y la increpa: "¿me vas a hacer masajes sí o no?".

El fiscal Ricardo Sáenz en una audiencia en el Senado.

 

 

 

Siempre según su relato, Espinoza "furioso", la toma del brazo y la lleva a la habitación. Se saca la camisa y queda en boxer. Ella le pide que se retire. Pero él se abalanza sobre ella y caen en la cama. Luego la denunciante relata que el intendente le rompió la camisa, la manoseo, quiso sacarle el pantalón, forcejearon y finalmente se retiró enojado.

 

 

 

 

Al día siguiente, según el relato de la víctima, Espinoza concurrió a la oficina como si nada. Cuenta que la postura de su pareja fue la de minimizar todo. Su consejo fue que dejara pasar todo lo sucedido.

 

 

 

Por esos días, decidió contarle lo ocurrido a una compañera de trabajo y el intendente se entera. La posibilidad de que ella contara lo sucedido irritó a Espinoza, quien inmediatamente la convoca en su despacho. "Si seguís así tenés los días contados", le advirtió, siempre según su relato.

 

 

 

Luego de ese episodio entró una crisis profunda. Incluso -dice- su novio le consiguió dos cajas de 60 blisters de Rivotril que se las entregó sabiendo que estaba desbordada. Hoy, cree, que se las dio sabiendo que podía suicidarse con esas pastillas.

La denunciante ofreció como prueba su celular con supuestos mensajes de Espinoza intimidatorios y dos frascos con pelos que según su relato le arrancó durante el ataque.

 

 

 

Días más tarde, Espinoza le escribió vía Telegram. "Cuándo me vas a volver a invitar a cenar", le dijo, según consta en su denuncia. Era la medianoche y desbordada, a esa hora salió a radicar la denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica. Allí obtuvo una medida de restricción que le impedía al intendente volver a contactarse con ella.

 

 

 

Y agrega que desde que radicó la denuncia recibió muchas presionas para retirarla. Su pareja la convenció de retirar el escrito a cambio de que Espinoza le gestione un nuevo trabajo. Ella inicialmente había cedido, pero finalmente decidió no retirarla.

 

 

En su última declaración ante la Justicia, asegura entregó a los peritos cabellos de Espinoza que le arrancó en el ataque. "Agarré con una pinza los pelos, los puse en un frasco y se los entregué al cuerpo de peritos judiciales", dijo y agrega que "también tiene cabellos del intendente en su poder como resguardo". "Confío en que el cuerpo de peritos tiene lo que yo entregué", aseguró. También ofreció como prueba los mensajes intimidatorios del intendente que aseguró tenía en su celular.

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