Previamente a la celebración eucarística, tuvo lugar el encuentro anual de los presidentes de la Acción Católica del país, en el que se acordó “trabajar en todos los ambientes a favor de la vida, la familia, la libertad, la dignidad humana, el cuidado de la casa común, construyendo la amistad social”.

“Una Acción Católica que ayude a construir esta casa común con entrañas de misericordia. Una Acción Católica vitalizada por el amor del Señor se hace escuela de santidad reafirmando la belleza de la familia y del trabajo cotidiano por el bien común en todos los ámbitos de la vida”, subrayó. 

La Eucaristía fue presidida por los obispos Ernesto Giobando, auxiliar de Buenos Aires, y José Vicente Conejero Gallego, de Formosa, además de sacerdotes asesores de todos los niveles institucionales. 

Monseñor García destacó que la misa es para celebrar los “primeros y jóvenes 85 años de vida, pasión y servicio” de la Acción Católica, y aseguró: “No recordamos, hacemos memoria”. 

“Tenemos memoria agradecida del corazón, porque ‘muchos descubrimos nuestro modo de vivir la pasión por Jesús en nuestra propias vocaciones. Memoria agradecida por haber palpitado al compás oscilante de la historia, signo de estar encarnados, con errores y aciertos”, agregó. 

La celebración tuvo momentos de gran emotividad, en un marco numeroso y entusiasta de dirigentes y miembros de la institución, entre ellos los presidentes diocesanos de la Acción Católica del país, que ingresaron al templo llevando en procesión la imagen de la Virgen de Lujan, que se colocó al lado del altar. El acto se inició con palabras de agradecimiento del ingeniero Rafael Corso, actual presidente del Consejo Nacional. 

Mensaje de monseñor Arancedo 

Monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, envió una carta, en la que afirmó: “Estamos ante un acontecimiento que hace a la vida de fe, de presencia y compromiso laical en nuestra patria. Son muchos los frutos que nos ha dado la Acción Católica”. 

En su misiva, el prelado pidió al Señor que “renueve en todos sus miembros y dirigentes, el entusiasmo y la responsabilidad de llevar adelante el don de una vía discipular y el compromiso misionero ante el mundo”. 

Luego de la misa se proyectó la imagen con el papa Francisco, en su mensaje a la Asamblea Federal, que fue seguido por una ovación, y se entregaron reconocimientos a dirigentes destacados por su tarea evangelizadora. También a emprendimientos apostólicos relevantes y a los ex presidentes nacionales Carlos Sabaté, Beatriz Buzzetti, (actual vicepostuladora de la causa de beatificación del cardenal Eduardo Pironio), Alejandro Madero, Osvaldo González Prandi y Emilio Inzaurraga. 

Los dirigentes distinguidos fueron Yanina Basílico, Rodolfo Brandan, Héctor Allende, Jorge Blanco, Damián Hernández y Daniel Martini. También se agradeció a otras instituciones, civiles o religiosas, con las que la Acción Católica trabaja. 

Entre los servicios reconocidos figuran de la diócesis de San Martín, el Hogar Asunción, la Agrupación Compromiso Padre Mujica y el Merendero Madre Teresa de Calcula; la tarea de prevención de adicciones de San Luis; la Casa del Niño Mons. Casanova, de Remedios de Escalada, de la diócesis Avellaneda Lanús junto a “Pampita” (parroquia Sagrado Corazón) y San Pantaleón (Nuestra Señora de Lourdes); de Formosa “Payasos en acción”; Grávida de Bahía Blanca; de Lomas de Zamora, el programa “Levadura en la masa”, el Comedor San Cayetano y Proyecto Más; el grupo de integración de discapacitados de la parroquia de la Merced, Tucumán; el proyecto “Proba no probar “, de San Juan; grupo Tercera Edad Santa Elena de Concepción de Tucumán, y el servicio de capacitación y elaboración de ladrillos de ACA Mendoza. 

Entre las personalidades destacadas que participaron del festejo figuró el ex embajador argentino ante la Santa Sede Carlos Custer. 

Antes de la misa tuvo lugar el encuentro anual de los presidentes de la Acción Católica del país, en el que se acordó el objetivo general del trienio institucional: “La ACA asume desde el encuentro vivo con Jesucristo, rostro misericordioso del Padre, realizar en clave misionera todas sus acciones y se compromete a trabajar en todos los ambientes a favor de la vida, la familia, la libertad, la dignidad humana, el cuidado de la casa común, construyendo la amistad social”.