El sacerdote salteño José Carlos Jorge Aguilera Tassin fue encontrado culpable de los delitos de abusos sexual que se le imputaban, por lo que un tribunal eclesiástico sentenció su dimisión del estado clerical.

"Por la gravedad de los mismos (los cargos) se ha sentenciado a la pena máxima, que es la dimisión del estado clerical", dice la sentencia difundida por el arzobispado de Salta.

En la condena también se asegura que la conducta de Aguilera Tassin reviste "peligrosidad" y se subraya "su manifiesta falta de arrepentimiento" ante las imputaciones en su contra.

El tribunal definió sobre seis denuncias por abuso que pesaban contra el religioso que fue capellán de la Universidad Católica de Salta por casi 20 años. El tema es que estas denuncias también tuvieron un capítulo en la Justicia ordinaria. Allí, Aguilera fue sobreseido en dos oportunidades, ya que se consideró que la "acción penal está prescrita". Esto fue apelado a la Corte de Justicia de la Provincia, que tendrá que dar su veredicto.

Juan Casabella Dávalos es el abogado que patrocina al sacerdote en el fuero judicial. Y como ya sostuvo en varias oportunidades, aseguró: "Aguilera fue víctima de un tribunal que lo prejuzgó y que fue imparcial". Respecto de la resolución que tomó el tribunal fue tajante y duro: "Salió la resolución de los Picapiedras".

Casabella fue más allá y señaló que el sacerdote terminó de esta forma por una interna que hay en la Iglesia salteña. El abogado sostiene que "lo persiguen porque Cargnello (el arzobispo, Mario Antonio) asegura que Aguilera lo denunció en Roma, por lo que ahora arremete contra él".

El letrado también dijo que la sentencia que salió ayer contra Aguilera no está firme. Al tiempo que se apelará ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, para que revise el fallo. "Sabemos que en Roma ya hay un incidente de nulidad con este fallo", señaló.

Al tiempo que dijo que no hubo nada de imparcialidad con su defendido, ya que los jueces del tribunal no tenían empacho de manifestarse en público señalando que lo iban a terminar enjuiciando.

La Iglesia salteña no vive un buen momento. Primero se armó un escándalo con el excura Emilio Raimundo Lamas, quien fue denunciado por abuso sexual, fue echado de la Iglesia y su causa también está en la Corte de Justicia.

Una vez que se conocieron las denuncias en contra del sacerdote Aguilera, fueron muchos los chicos que se concentraron en Ciudad Judicial para rechazar las acusaciones y brindarle su apoyo.

Idas y vuelta

En el ámbito judicial, hubo idas y vueltas con los acusados. El último incidente se conoció en mayo pasado. Allí, Casabella había dialogado con este medio y allí señaló que denunció a dos hermanos por amenazas, coacción y extorsión, ya que dijo le medio millón de pesos al sacerdote, quien está -según el abogado- en una mala situación económica.

Estos hermanos quisieron extorsionarlo y en caso de no acceder a pagarles lo que pedían lo amenazaron con "denunciarlo penalmente".

Lo que no puede hacer

La defensa de Aguilera dio a conocer lo dispuesto por el tribunal eclesiástico:

* El cura tiene prohibido predicar la homilía en las celebraciones litúrgicas.

* Prohibido desempeñar oficios directivos en ámbitos pastorales.

* Prohibición de desempeñar toda clase de oficios en seminarios e institutos que a ellos equipare.

* Prohibición de desempeñar oficios directivos en instituciones académicas de grado superior de algún modo dependientes de la autoridad eclesiástica; en dichas instituciones tiene prohibido además desempeñar tareas docentes relacionadas con disciplinas teológicas.

* Prohibido de asumir enseñanza de religión o catequesis en instituciones que no dependen de las autoridades eclesiásticas.