Día de las Víctimas de la Shoá. El argentino que ayudó a escapar del nazismo

Día de las Víctimas de la Shoá. El argentino que ayudó a escapar del nazismo

El empresario Alberto Grimoldi es muy conocido por su fábrica de calzado, pero recién seis décadas después de su muerte en 1953 se conoció que les había guardado plata y puesto falsamente a su nombre una zapatería en Holanda de los Leiser, que les reintegró tras conseguir que entraran al país.

Alberto Enrique Grimoldi es muy conocido -o al menos, su apellido- por su fábrica de calzado, pero recién seis décadas después de su muerte en 1953 se conoció que había ayudado a una familia judeoalemana durante la Shoá, los Leiser.

Éstos eran dueños de una cadena de zapaterías, que el empresario argentino visitó en la década de 1930 para interiorizarse de algunas técnicas innovadoras que utilizaban para la venta de zapatos.

Tras el ascenso de Adolf Hitler al poder, Grimoldi les guardó plata que le giraban a la Argentina y puso falsamente a su nombre una zapatería que tenían en Holanda, para que no les fuera expropiada como las de Alemania.

En 1938, los Leiser se fugaron a Holanda, pero dos años después los nazis los deportaron al campo de Westerbork,pese a que le habían comprado -a cambio de una fuerte suma de dinero- pasaportes de Costa Rica– pasaportes costarricenses al conde Rautenberg, cónsul de ese país.

Luego que un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán constatara la autenticidad de esos documentos, hacia 1944 los trasladaron al campo de refugiados La Bourboule, en Francia, donde una semana después celebraron el desembarco aliado en Normandía.

Tras la Shoá, los Leiser quisieron radicarse en la Argentina, pero el gobierno de Juan Perón no les otorgó las visas, como al resto de los refugiados judíos.

Estuvieron unos nueve meses en Uruguay, donde tenían amigos y parientes, hasta que Grimoldi intercedió por ellos y aseguró que sus conocimientos técnicos en el área del calzado eran importantes para la Argentina.

Ya en Buenos Aires, en 1948, Grimoldi les reintegró sus bienes.

En 2013, la AMIA le rindió un homenaje, al cual asistieron sus tres hijos -Lucila, Jorge y Alberto Luis-, la sobreviviente Liselotte Leiser, falecida poco después, y su hijo, Jorge Nesviginsky.

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