La Iglesia Católica recordó ayer la festividad de San Esteban, y miles de feligreses se congregaron en el santuario de Sumamao para rendirle culto al primer mártir de la grey católica más influyente del mundo.

Como cada año, la gobernadora de la Provincia, Dra. Claudia de Zamora, arribó a la localidad para agradecer y pedir por los santiagueños. Fue acompañada por su esposo, el senador nacional, Dr. Gerardo Zamora y cumplieron con la tradición de peregrinar hacia el santo, para luego prenderle velas en la pequeña capilla.

Allí, la titular del Ejecutivo provincial dialogó en exclusiva con Nuevo Diario y manifestó: “Siempre cuento que a San Esteban vengo desde que era estudiante, porque mi abuela materna nos hacía promesas, para que apruebe las materias y por eso venía a agradecerle. Conozco la historia del santo hace mucho tiempo”.

En ese contexto, dijo que como gobernadora “vengo a dar gracias por un año más que está finalizando y para pedir por el bienestar de todos los santiagueños, para que el año 2017 sea muchísimo mejor”.

“San Esteban es el primer mártir cristiano y creo que debemos seguir su ejemplo, y cumplir como él todas las obras de bien que ha realizado a lo largo de su vida. Su historia es una inspiración”, recalcó la Dra. Claudia de Zamora.

Llegó alrededor del mediodía y pudo conversar con las miles de personas que se le acercaron. Muchos de ellos, vecinos de la localidad de Sumamao, quienes hicieron hincapié en las importantes obras viales que se ejecutaron, para que los fieles tengan mayor seguridad y comodidad a la hora de dirigirse al santuario.

El clima acompañó a los fieles devotos

El buen tiempo acompañó a los fieles durante las celebraciones centrales en honor a San Esteban. Según indicaron, es la primera vez, en más de seis años, que el cielo permanece nublado, dando alivio a los promesantes que cada año se enfrentan a las altas temperaturas y al tórrido sol del verano santiagueño, para cumplir con el santo mártir.

San Esteban, sin dudas, es una de las fiestas religiosas más convocantes de Santiago del Estero. Y no sólo llegan de localidades del interior, sino también de otras provincias, donde se extendió la devoción.