Pese a las críticas de observadores internacionales, que consideran que sus esfuerzos fracasaron e incluso le fueron funcionales a la estabilidad del régimen chapista, el Papa sigue mostrándose dispuesto a contribuir a un entendimiento entre el gobierno y la posición en Venezuela. El nuncio apostólico en ese país, Aldo Giordano, dijo en las últimas horas que el pontífice está abierto a reunirse con delegados del gobierno de Venezuela y de la oposición para buscar soluciones a la crisis política del país.

"De parte del Vaticano, hay la disponibilidad. Claro, aunque nosotros decimos que estamos listos, los protagonistas del diálogo son los venezolanos (...). Si piensan que es útil, el Papa ha expresado su disponibilidad", declaró Giordano a periodistas tras reunirse con diputados oficialistas en el Parlamento de mayoría opositora.

Gobierno y oposición mencionaron en días previos la posibilidad de una cita con el Papa en el Vaticano. Maduro aseguró el 5 de febrero que realizaba "gestiones" para concretar dicha reunión, mientras que el presidente del Legislativo, Julio Borges, manifestó el pasado viernes que se trataba de una invitación del Pontífice a las partes.

"No hay una invitación formal del Vaticano, hay una expresión, a través de la Nunciatura, de su disponibilidad", aclaró Giordano.

El diálogo instalado el pasado 30 de octubre con acompañamiento del Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) está congelado desde el 6 de diciembre.

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) suspendió las negociaciones al acusar al gobierno de incumplir lo acordado.

"Hay un debate" en busca de "puntos en común", indicó Giordano sobre la respuesta de las partes a una iniciativa de los facilitadores para reactivar las conversaciones.

Como condición para retomar el diálogo, la oposición exige realizar las elecciones regionales -que debieron celebrarse en diciembre último-, la liberación de "presos políticos" y el respeto a la autonomía de la Asamblea, declarada en desacato por la justicia.