VatiLeaks: condenas muy leves y absolución para dos periodistas

VatiLeaks: condenas muy leves y absolución para dos periodistas

Filtración de documentos vaticanos. A Francesca Chaouqui le dieron 10 meses en suspenso y a monseñor Lucio Balda un año y medio de prisión.

Penas leves, muy leves, más absoluciones que condenas en lo que para algunos es un final farsesco del segundo Vatileaks, o sea el robo de documentos secretos del Vaticano por parte de personajes nombrados por el mismo Papa. A Francesca Immaculada Chaouqui, italiana, los jueces del tribunal de la Santa Sede la condenaron solo a diez meses de prisión en suspenso por los próximos cinco años. No irá presa y los magistrados tuvieron en cuenta que ha tenido un bebé con el que se presentó en el aula. A monseñor Lucio Angel Vallejo Balda, español y miembro del Opus Dei, principal responsable, el castigo se elevó a 18 meses de prisión.

Libres por “defecto de jurisdicción” que razonablemente reconoció el tribunal, los periodistas italianos Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi que publicaron sendos libros que se vendieron como pan caliente cuando estalló el escándalo, justamente a raíz de la aparición de sus escritos. El último acusado, un colaborador de monseñor Vallejo Balda, que se llama Nicola Baio, fue absuelto por “no haber cometido el hecho” El monseñor del Opus Dei, nombrado por el Papa en los primeros tiempos de su pontificado al frente de la Comisión de estudio de las estructuras económicas, que tenia en sus manos documentos secretísimos que conocían el papa Francisco y unos pocos altos prelados más, el tribunal lo condenó a un año y medio de cárcel “por divulgación de documentos reservados”. A su brazo derecho en la Comisión, tambien designada por Francisco, la italiana Francesca Immacolata Chaouqui, el leve castigo fue por “concurso en divulgación”.

La gravedad de los hechos hacía pensar en penas más severas. Los fiscales vaticanos pidieron tres años y nueve meses a la Chaouqui y tres años y un mes a monseñor Vallejo Balda. Al final las penas fueron mucho menores y enderezaron la injusticia de convertir en principal culpable a Inmacolata Chaouqui. Vallejo Balda, Chaouqui y Nicola Maio fueron absueltos “por no haber cometido el hecho” de la acusacion de asociación ilícita. O sea, no eran un núcleo de conspiradores como se decía, para perjudicar al Papa argentino. Al menos esta es la conclusión oficial.

El capítulo del proceso contra los dos periodistas que publicaron los documentos en Italia culminó como era ultra lógico con el reconocimiento del propio tribunal vaticano de su incompetencia para juzgarlos. El Vaticano evitó así un enchastre que hubiera sido legendario. Los fiscales pidieron un año de cárcel para Gianluigi Nuzzi y la absolución de Emiliano Fittipaldi.

Nuzzi y Fittipaldi son ciudadanos italianos y nunca cumplieron acciones de ningún tipo en el Vaticano. Sus defensores habían ayer destruído las acusaciones recordando que los “giornalisti” se limitaron a escuchar a sus fuentes y publicar materiales que en Italia no eran secretos. Por eso “en nombre de Su Santidad, Papa Francisco”, el Tribunal Vaticano enarboló el derecho de expresión del pensamiento.

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