El último recurso

El último recurso

La economía no remonta y la imagen de Mauricio Macri sigue en pronunciado descenso. En la alianza gobernante crece la preocupación y la Gobernadora aparece como la alternativa más confiable para que el oficialismo retenga la Casa Rosada.

“Ya no se discute que tiene que ser Vidal, lo que se discute es cuándo se debe concretar”. La frase se repite en las reuniones de Cambiemos de distintos ámbitos, y la repican por lo bajo desde concejales hasta altos dirigentes del oficialismo, que temen por una derrota, inimaginada hasta hace pocos meses.

Las encuestas muestran contundencia sobre las dificultades que Mauricio Macri enfrenta de cara a la reelección. Al son de los vaivenes del dólar, una sostenida recesión acompañada por inflación y una seguidilla de desaciertos políticos, el Presidente atraviesa el peor momento en cuanto a la percepción que la sociedad tiene tanto de él como de su gestión.

Desde distintos sectores del oficialismo y, también, desde el Círculo Rojo, comenzaron a ejercer presión para que la oferta electoral de Cambiemos a la Presidencia no sea el actual mandatario sino la gobernadora María Eugenia Vidal. “Contamos con la ventaja de tener un reemplazo más competitivo que el titular, y si queremos salvar Cambiemos debemos ir con Vidal. Macri ya fue”, le dijo a este medio un dirigente radical bonaerense. Vidal sigue siendo la dirigente mejor posicionada del país.

En sintonía con ese pensamiento se mueven distintos sectores del oficialismo, sobre todo bonaerense, donde se despotrica por lo bajo contra la obstinación de la Casa Rosada en el manejo político del espacio. Sin más remedio que aceptar que los números vienen flojos, en la Gobernación no pueden, por disciplina partidaria, hacer público lo que advierten. Sí trasciende la preocupación por el riesgo que corre la continuidad de Cambiemos en la Provincia. Las encuestas que llegan desde los distritos del Conurbano son alarmantes, y ahora se suma que tampoco dan como se esperaban los sondeos en el interior.

La boleta de Vidal pegada a la de Macri llevaría a una posible derrota oficialista en territorio bonaerense. Es donde Cristina Fernández concentra el mayor nivel de adhesión, y el arrastre llevaría a poner en riesgo la Gobernación. Salvar el sillón de Dardo Rocha dependería de un inédito corte de boleta, tras una campaña donde se pudiera separar la imagen de Vidal de la del Presidente. Casi imposible; sobre todo cuando Macri pretenderá montarse a la campaña provincial para remontar. Lo dejó claro en la reunión del lunes con el gabinete y los legisladores bonaerenses.

En calle 6 preocupa tanto la posibilidad de perder Buenos Aires como un anuncio tardío de que finalmente sea ella la candidata a la primera magistratura. Al ritmo que se deteriora la economía y, en paralelo, la imagen de Cambiemos, “cuanto más tarde se concrete el anuncio, más difícil será revertir la tendencia”, coincidieron los dirigentes consultados por este medio.

“Acá hay que hacer un trasplante de corazón, pero Favaloro está muerto, y nadie sabe bien de qué forma hacerlo”, dijo a La Tecla un legislador del oficialismo, convencido de que la candidata debe ser Vidal, aunque reconoce que es difícil realizar la maniobra sin que la Gobernadora pague costos. La oposición contraatacará con la campaña de que “Macri y Vidal son lo mismo”.

Otro legislador completó la metáfora de su colega y dejó en claro dónde está el punto neurálgico de la discusión. “El problema es que si al trasplante lo hacen (Marcos) Peña, (Fernando) De Andreis y (Jaime) Durán Barba, el paciente está jodido”, ironizó. El trío por donde pasan las decisiones políticas, y que Macri banca a muerte, es el epicentro de todas las críticas por la pérdida de terreno de Cambiemos.

A Peña y Durán Barba les facturan el apresuramiento para que Vidal desechara la idea de desdoblar las elecciones, en cuyo caso, todo el oficialismo provincial coincide en que el triunfo era seguro, y que también hubiera servido para crear un clima positivo para la reelección presidencial. Todavía muchos intentan explicarse por qué la mandataria cedió tan rápido, y quieren autoconvencerse de que en la reunión hubo algo más que un renunciamiento, y que el desdoblamiento se descartó porque Vidal siempre fue el plan B para la presidencial. Parece que a esa posibilidad la maneja seriamente Durán Barba.

Con todo, la Gobernadora volvió a insistir en que no tiene aspiraciones presidenciales, y en la Casa Rosadasostienen a rajatabla la candidatura de Macri. Ante la bola de nieve que se creó en los últimos días, apoyada en hechos, dichos y reuniones concretas, el PRO mandó a su presidente a nivel nacional, Humberto Schiavoni, a decir que “el candidato natural es Macri”. Deben frenar el operativo clamor que surge desde las bases, pero todos saben que  no siempre “lo natural” garantiza buena salud.

Quienes conocen bien a Macri aseguran que no cederá a las presiones internas, y que su tozudez es capaz de hacer estrellar a Cambiemos en pos de lograr el objetivo propio. “No hay que confundirse: este no es un proyecto colectivo, es un proyecto personal”. La frase se le atribuye al diputado nacional macrista Federico Pinedo, hace ya algún tiempo, pero encaja a la perfección en el presente.

¿Pesará más en la alianza oficialista el capricho del Presidente, avalado por Peña y Durán Barba, o el pragmatismo que le reclaman radicales, peronistas devenidos en macristas y hasta PRO puros? Por ahora ganan la pulseada, pero la economía y un electorado que expresa su malestar pueden torcer ese brazo. Para muchos, aún queda un recurso con perfume de mujer. Un último recurso, llamado Vidal.

 

Las encuestas dispararon alarmas en el interior de Cambiemos

Uno de los encuestadores a los que suele recurrir el oficialismo, y cuyos sondeos rara vez son difundidos mediáticamente, les anticipó a dirigentes del PRO que ya no es tan seguro que Mauricio Macri venza a Cristina Fernández en un balotaje. De hecho, es el único de los analistas que le adelantó al Gobierno la posibilidad de una derrota en la segunda vuelta, y basó su argumento en que los ciudadanos (muchos de ellos, votantes de Cambiemos en 2015) priorizan su situación personal (léase presente económico) por sobre el enojo o el odio que puedan sentir respecto de la expresidenta.

“En la Tercera sección es paliza, con muchos distritos donde la diferencia es de 20 puntos; y en la Primera, sólo se está ganando en dos distritos: Vicente López y San Isidro. Es imposible descontar eso con los votos del interior. Hoy, la diferencia entre Cristina y Macri en la provincia de Buenos Aires es de diez puntos a favor de ella, y eso arrastra a Vidal a una derrota. En 2015 era de siete puntos, pero enfrente estaba Aníbal Fernández, y eso motivó un corte de boleta importante; hoy, ese espejo no está”, analizó ante La Tecla un legislador que estudia minuciosamente los sondeos.

El dato más inquietante que se sumó en los últimos días llegó desde el interior, donde Cambiemos siempre tuvo marcada supremacía sobre el kirchnerismo. Tanto dirigentes del oficialismo como de la oposición tienen en sus manos encuestas privadas que dan cuenta de un vuelco repentino, y para muchos, inesperado, en la productiva zona rural bonaerense. La intención de votos de Macri se cae, arrastra a Vidal y complica incluso a los intendentes en varios distritos.

Fue la alarma más fuerte que sonó en la Gobernación, pero de la que aún no parecen haberse percatado en la Casa Rosada, donde suelen ningunear la importancia electoral de provincia profunda.

Se abre una puja interesante por la sucesión bonaerense

Si finalmente María Eugenia Vidal es elegida como la candidata presidencial del oficialismo, Cambiemos deberá resolver quién va a la pelea para defender la gobernación bonaerense, y allí se abre otra disputa interna.

El primer nombre que aparece como probable es el de Cristian Ritondo, ya anunciado como cabeza de lista de diputados nacionales por la Provincia. Pero si Cambiemos necesita ampliar la base de sustentación política, hay quienes consideran que el vidalismo debería dejar el sillón de Dardo Rocha a otros espacios.

Sueñan con esa apertura los radicales, que no se conforman con menos que conservar la vicegobernación, y el monzonismo. Este sector juega en la cornisa de Cambiemos y pide el compromiso de, por lo menos, asegurar en las listas legislativas los puestos que hoy ya tiene. Ahora especula con la necesidad que tendrá el oficialismo de retener a todos, y con la vieja idea de convocar a peronistas afines. Se hace cada vez más difícil esta jugada, pero no sería imposible si la aglutinadora a nivel nacional fuera Vidal.

Otro de los nombres que salen con insistencia de algunas usinas PRO es el de Carolina Stanley. Ven a la ministra de Desarrollo Social de la Nación como alguien muy parecida a Vidal desde lo estético y desde la trayectoria política en la mencionada cartera, donde la actual Gobernadora hizo sus primeros pasos, junto a Macri. Pero hay un impedimento difícil de salvar para Stanley, que lleva a que sea descartada desde su mismo entorno: no nació en la Provincia ni tiene residencia en ella.

Jorge Macri, jefe comunal de Vicente López, también se anota en la carrera bonaerense en caso de que ese casillero quede libre porque Vidal sube un escalón.

Gustavo Córdoba: “Si Vidal fuera candidata a Presidente sería el fracaso del modelo de Macri”

Hay una tendencia que es notable. Por octavo mes consecutivo, de manera coherente y consistente con el pesimismo económico en el país, la imagen negativa del presidente Macri y la desaprobación de su gestión han ido en incremento. Casi el 65 por ciento de los argentinos rechazan la gestión presidencial, y él tiene una imagen negativa que supera el 60 por ciento en todo el país.

El tema central de su imagen y de su competitividad electoral está determinado básicamente por un elemento que él no controla, que es Cristina Fernández. En la medida que ella disponga de ser candidata a Presidenta se dispara un escenario, y si Cristina decide no ser candidata se dispara un escenario totalmente diferente. Pero en cualquiera de los dos es la decisión o la voluntad de ella la que va a determinar la suerte de Macri, no al revés.

Si Cristina decide competir, obviamente, tiene chances; si Cristina no decide ser candidata, se abre un abanico interesante, y puede darse la conformación de un polo opositor en el que el voto anti-Macri tenga una personalidad electoral.

Un elemento trascendental es el cuestionamiento al liderazgo del Presidente a partir de la interna a gobernador de La Pampa. Esa interna representó por primera vez la derrota del modelo electoral macrista, que se impone a través de amigos sin tanta trayectoria en la política; basado en una construcción de una identidad digital, con muchas redes sociales y mucha big data por detrás. Es la primera vez que vemos que ese modelo fracasa de manera estrepitosa, compitiendo mano a mano con el voto en blanco.

Todo parece indicar que la idea de desdoblamiento de María Eugenia Vidal no era mala, porque en el fondo, la idea de no votar el mismo día que a Marci era salvaguardar el territorio de la provincia de Buenos Aires. Lo que se ve ahora, incluso, es que también en el territorio de Horacio Rodríguez Larreta, la posibilidad de ir en un mismo día a una elección con Macri como candidato a Presidente los tira para abajo tanto a él como a Vidal. Y eso pone en jaque a todo el sistema político Cambiemos.

Si Vidal fuera candidata a Presidente sería el fracaso del modelo Macri, y sería una candidata fallida por eso. Creo que es tarde para ese tipo de maniobras; y parece que el Gobierno no tiene plan B, se juega por entero a que su rival sea Cristina Fernández, como su verdadera contrincante o contradictoria ideológica. Cristina es la que motiva al votante de Macri a tener una intensidad diferente. Sin Cristina, no sé qué puede llegar a pasar con el Gobierno, porque pierde utilidad votar a Macri si ella no es candidata.

El radicalismo presiona y hace tambalear a la alianza oficialista

La interna en La Pampa, donde se impuso Daniel Kroneberger sobre el candidato del PRO, Carlos Mac Allister, despertó de la anomia al radicalismo, que parece recibir un electroshock cada vez que se acercan las elecciones y alcanza su punto máximo de excitación si huele internas.

Por debajo de las broncas coyunturales debido a la irresolución de la contienda en Córdoba entre Ramón Mestre y Mario Negri, donde la Casa Rosada intenta interceder y complica más las cosas, en la UCR, la bronca y la preocupación van de la mano y en ascenso. “Si el Gobierno no da un gesto político contundente antes de la convención de mayo, no se sabe lo que va a pasar con Cambiemos”, contó a La Tecla un dirigente bonaerense cercano al vicegobernador, Daniel Salvador.

Distintas fuentes radicales coincidieron tanto en ese pronóstico como en la conclusión de que la mejor manera de descomprimir es que “Vidal sea la candidata a Presidente”. Claro que la UCR quiere, además, que el compañero de fórmula de la actual Gobernadora sea un boina blanca. Son varios los anotados, pero el primer lugar de esa grilla lo ocupa el actual mandatario mendocino, Alfredo Cornejo.

Postergada, y aún sin día precisado, la convención nacional de la Unión Cívica Radical será en el mes de mayo en Jujuy, provincia gobernada por Gerardo Morales, quien acaba de desdoblar sus elecciones y ya avisó que en 2023 quiere competir por la Presidencia.

Respecto de la convención, los radicales que quieren seguir en Cambiemos, grupo que se reduce con el correr de los días, expresan preocupación porque “no tenemos el número asegurado para ganar la votación” y seguir en la alianza. ¿Cambiemos puede terminar en mayo? Es una posibilidad por ahora lejana, pero no imposible.

Mientras insisten en que “Macri ya fue, con él vamos a la derrota”, y piden por un golpe de timón, sectores bonaerenses del centenario partido que siguen alineados a Cambiemos otean posibles salidas si el tobogán no encuentra freno. Por ahora son sólo amagos y especulaciones en torno a un escenario electoral todavía impreciso en la oposición, pero el descontento es generalizado entre los dirigentes que ocupan cargos, algunos de los cuales, ni siquiera renuevan este año.

“Ir a dar una interna en Córdoba significaba ya una derrota”

A partir de lo de La Pampa surgieron cuestionamientos del radicalismo no macrista, que es el que más se ha movilizado en la idea de buscar un nuevo rol del partido en Cambiemos. Allí reside la tensión más importante del oficialismo. El radicalismo macrista es el que va a pagar más costos a mediano y largo plazo, y los que tienen posibilidades de recuperar el partido desanclándolo del Gobierno son los que buscan una nueva forma de insertarse en el poder. Por ejemplo, lo que pasa en Córdoba (donde se partió Cambiemos) con Ramón Mestre.

Es muy significativo que la gente que rodea a Macri no haya evaluado que el solo hecho de ir a dar una interna en Córdoba significaba ya una derrota, y lo que pasó, ya produce otro escenario de derrota adicional. También es una derrota la sola posibilidad de que el PRO analice hacer una primaria con Martín Lousteau.

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