En presencia del Presidente Mauricio Macri y la Primera Dama, Juliana Awada, en la conmemoración de la Primera Junta de Gobierno del país el 25 de mayo de 1810, el Purpurado alentó a que “el genio que muchas veces nos distanció se convierta en el genio para que todo argentino y emigrante de buena voluntad tenga techo, tierra y trabajo, lo elemental”.

“Que no nos paralicen las estadísticas, sino más bien que no perdamos la sensibilidad para escuchar y redoblar esfuerzos y servicios ante el dolor de los más pobres, de las familias que sufren la humillación por carecer de lo esencial”, sostuvo.

 

“Que la atención priorice a los niños y a los ancianos, los más vulnerables, cuidarlos es asegurar el futuro de la patria independiente y libre”, resaltó el Cardenal.

El Arzobispo de Buenos Aires pidió a Dios para que “las promesas no defrauden a la gente, ni alimenten el desaliento y el desencuentro entre hermanos de esta gran familia que habita la casa común que es nuestra nación”.

“Danos coraje para crear espacios y mesas donde compartir la sabiduría del diálogo, donde las ideas superen las ideologías y donde nadie se levante hasta encontrar acuerdos razonables y duraderos de los que dependen tantas vidas, proyectos y sueños”, expresó el Purpurado.

Finalmente, el Arzobispo de Buenos Aires pidió la bendición de Dios para el pueblo argentino, y manifestó su deseo de celebrar “con gratitud y orgullo el bicentenario de nuestra nación, para que se transforme en un tiempo de encuentro fraterno entre los argentinos”. 

Este es el primer Tedeum al que asiste Mauricio Macri en su calidad de ‎Presidente de la República Argentina, quien días antes recibió una carta del Papa Francisco donde lo felicitaba por la celebración patria y confiaba a la oración el destino de Argentina.

"Que les ayuden a avanzar continuamente en la búsqueda del bien común, la reconciliación y la fraternidad", afirmó el Pontífice en la misiva.