Sobre los “criminales judíos”

Sobre los “criminales judíos”

Obviamente hubo criminales judíos durante el Holocausto, algunos incluso condenados en Israel a diversas penas en los años cincuenta, a pesar de la dificultad de los tribunales para considerar las situaciones y el tipo de opciones que enfrentaron esas víctimas que fueron también delincuentes.

Sin embargo, unir en una misma categoría "criminales judíos, polacos y ucranianos" como hizo hace unas horas el primer ministro de Polonia en respuesta a una pregunta del periodista Ronen Bergman, es un relativismo peligroso, que en última instancia terminará dañando esa misma memoria histórica polaca que hoy están tratando de reescribir.

¿Es posible colocar en la misma categoría a un prisionero judío en un campo de concentración, que demostró crueldad con sus compañeros de destino, los otros prisioneros, tan pronto como recibió de sus carceleros el papel de "viejo del bloque" o "capo", con la esperanza de recibir algunas prebendas que le garantizaran sobrevivir un poco más, (incluso cuando era delator y violento, maltrataba físicamente a sus compañeros-víctimas y les cobraba en especias su “protección”), que a los guardias ucranianos de Treblinka o Belzec? ¿O que los habitantes de la aldea polaca de Jedwabne que quemaron vivos en una tarde a sus vecinos judíos en un granero? ¿Es lo mismo un informante judío en el gueto (incluso aquellos a quienes la Gestapo prometió inmunidad durante la próxima liquidación) que un informante polaco que delata la ubicación precisa de su antiguo vecino judío? En este caso, el sentido común parece negarse a compartir la presunta inocencia de los voceros del gobierno polaco: la confusión entre víctimas y victimarios parece ser una frontera que por lo menos en este caso no estamos dispuestos a dejar pasar en silencio.

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