Sintesis misa arquidiocesana de niños 2018

Sintesis misa arquidiocesana de niños 2018

Con la alegría característica de una Misa festiva que congrega a más de 6.000 personas en el estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires, se realizó esta eucaristía especialmente dedicada a los niños el sábado 18 de agosto.

 

Antes de la misa, hubo música en vivo interpretada por el grupo musical que coordina el padre Ricardo Aloé, párroco de San Bernardo. 

El padre Lorenzo “Toto” De Vedia subió al escenario a agradecer que la colecta de esta misa fuera destinada al Instituto Nuestra Señora de Caacupé de la Villa 21-24 de Barracas. Con lo recaudado se comprarán pupitres, sillas y pizarrones para la nueva aula que inaugurarán el año próximo.El Grupo Sagrada Teatro, de la parroquia Sagrada Eucaristía y coordinado por Héctor Freire,  interpretó una obra cuyo tema era el del Evangelio de esta Misa: la historia de Zaqueo, aquel rico cobrador de impuestos que vivía en Jericó y que, cuando Jesús pasó por allí se subió a un árbol para poder verlo porque era muy bajito de estatura. Cuando Jesús pasó caminando delante de él le dijo –diciéndole por su nombre-- que esa noche iría a cenar a su casa. Zaqueo esa noche se arrepintió ante Jesús de su conducta usuraria y le devolvió el dinero a quienes se lo había tomado injustamente.

Con más de 10 actores en escena y en formato de obra musical, la recreación del evangelio fue a la vez pedagógico, bello y muy comprensible para los chicos. El lema final fue: “Jesús es modo amar”. 

La misa fue presidida por el cardenal primado de la Argentina y arzobispo de Buenos Aires Mario Aurelio Poli y concelebrada por cuatro de sus obispos auxiliares: Ernesto Giobando (Vicario para los Niños de Buenos Aires), Gustavo Carrara, Joaquín Sucunza y Juan Carlos Ares. Concelebraron también más de 40 sacerdotes  de toda la arquidiócesis.00:00/2:2200:00/5:31Audio Homilía Mons. Poli

Desgrabación homilía dialogada entre el cardenal Mario Poli y el personaje de Zaqueo, en ocasión de la Misa Arquidiocesana de Niños 2018.

ZAQUEO (Z): Alguien me estaba llamando y justo pasaba por aquí…  ¡Hola, Mario!

CARDENAL POLI (CP): ¿No me digas que sos Zaqueo vos?

Z: Sí, claro. Yo lo conozco a usted.

CP: ¿Pero cómo? ¿Te dejaron solo ahora?

Z: Sí, estoy solo. 

CP: Decime una cosa, Zaqueo… ¿vos sos el del evangelio que acabamos de leer recién?

Z: Así es.

CP: Pero qué lindo… Yo no me esperaba esta sorpresa. ¿Ustedes? [dirigiéndose a los chicos]

CHICOS: ¡Tampocoooo!

CP: Yo creía que él estaba en el momento anterior y después se iba pero… te quedaste con nosotros…Z: Así es, para contarles a los chicos cómo fue ese encuentro con Jesús.

CP: Quiero hacerte una preguntita. Yo estoy seguro de que los chicos te quieren hacer un montón de preguntas pero… ¿por qué querías que vaya a tu casa Jesús? ¿Qué te picó que tanto querías…?

Z: Yo lo quería conocer y viste que yo soy medio… 

CP: …petisón…

Z: Petisón… sí…

CP: Disculpá, no, que te diga…

Z: Lo que pasa es que vos sos alto…

CP: Es por el gorro…

Z: No lo podía ver a Jesús entonces se me ocurrió subirme al árbol de casa y desde la entrada de casa mirar a Jesús.

CP: Y todos estamos pensando: ¿qué sentiste en tu corazón cuando entró en tu casa? ¿Vos no te lo creías eso, no?

Z: No… al principio pensé que era como que venga uno más del pueblo a mi casa y después mi corazón… nada… no me juzgó, me conocía desde el principio, sabía quién era yo de verdad y no me quedó otra, como dicen los chicos ahora, que cambiar mi vida y cambiar mi corazón.

CP: Pero qué lindo, Zaqueo. Mirá, quedate un ratito con nosotros porque yo estaba pensando esto también: vos sabés que cuando viene alguien importante a nuestra casa hay un revuelo bárbaro. Me imagino tu señora…

Z: …ni hablar…

CP: …los chicos, ¿no? 

Z: Imaginate cuando vino, no sabía qué hacer yo en la casa… no sabía si lo que tenía iba a servir, si iba a ser suficiente… y, sin embargo, Jesús no se fijó en todo eso…

CP: Mirá, yo creo que Jesús, que conoce nuestro corazón, sabía qué había en tu corazón. 

Z: Sin dudas.

CP: Y de lo que eras capaz de hacer también, ¿no? Y por eso fue a tu casa. 

Z: Es muy lindo eso porque en el pueblo todos me juzgaban y…

CP: …pero Jesús no reparó en la mala fama…

Z: Exacto.

CP: La gente es mala y murmura… ¿viste? Ustedes saben que la gente es mala y murmura [dirigiéndose hacia el público]. Sin embargo, Jesús no se traga las apariencias.

Z: No, para nada.

CP: Fue a tu casa porque había algo que salvar en tu corazón, ¿no?

Z: Sí, claro. Por suerte es como vos decís, Mario: Jesús no le presta atención a lo que dicen los demás. Jesús sabía que yo tenía algo para dar.

CP: Qué lindo. Además me gustó mucho cómo terminaron… vos y Jesús diciendo eso y todos repetían… a mí me encantó eso: “Ven a mi casa, Jesús”…

Z: “Jesús, ven a mi casa”… 

CP: “Jesús, ven a mi casa”… qué lindo… ¿A ustedes les gustaría que Jesús vaya a la casa de ustedes? [dirigiéndose hacia el público]

Chicos: ¡¡¡¡¡¡Sí!!!!!!

Z: Yo estoy seguro de que si ustedes lo rezan, le piden a Jesús, Jesús va a ir a su casa, y qué lío el de sus padres… cómo se van a preparar… como Zaqueo y la esposa, ¿no? ¿Saben por qué Jesús tiene ganas de venir a nuestras casas? Porque Jesús era chico como ustedes, también fue un niño como ustedes, jugó como ustedes. Jesús se hizo uno igual a nosotros menos en el pecado pero igualito a nosotros. Él creció jugando hasta que tuvo que ir a trabajar a la carpintería de su papá. Por eso esa frase me encantó, Zaqueo: porque Jesús quiere venir a nuestra casa, a nuestro corazón… Y bueno, Zaqueo, mirá… hoy nos diste un ejemplo bárbaro, ¿no? 

Z: Gracias.

CP: Nos gustó mucho eso de que desfilaba la gente y… si alguna vez… vos te quedaste con lo que no era tuyo… sin embargo, fuiste desprendido de corazón. Ojalá que nosotros hagamos como Zaqueo: ser más generosos, más buenos… qué lindo sería que Jesús venga a mi casa y entonces le digamos con Zaqueo: “mirá, Jesús, antes no hice esto pero ahora estoy seguro de que con tu ayuda y con tu gracia voy a ser más bueno, voy a querer más a mis padres, más a mi familia, a mis amigos, voy a querer más a mi patria, ¡voy a querer más a la gente! Por eso, no te vayas antes de decir conmigo de vuelta lo que decías con Jesús y con la gente: “Jesús, ven a mi casa”.

Z: “Jesús, ven a mi casa”.

TODOS: “Jesús, ven a mi casa”. (3 veces)

Como ya es un clásico, en el momento del rezo del Gloria una lluvia de papelitos cayó sobre las gradas y plateas. 

El cardenal Poli, al finalizar la misa, agradeció el aporte de los chicos al “Sinodito”. Recordemos que la arquidiócesis de Buenos Aires está transitando su primer Sínodo Arquidiocesano. También se rezó la Oraciòn de los chicos de Buenos Aires por el Sínodo.

Se consagraron las vidas de todos los asistentes a María, “para que Jesús se haga presente en nuestro corazón”, indicó el cardenal Poli.

Todos los obispos impartieron su bendición.00:00/3:30

Acto seguido, el vicario para los niños, monseñor Ernesto Giobando, agradeció a todos quienes hicieron posible esta fiesta de la fe de los más chiquitos de Buenos Aires.

00:00/6:24El cuadro final estuvo a cargo de las niñas de la Escuela de Danza y Arte Agustina Spera.La próxima convocatoria de la Vicaría de Niños es para el sábado 20 de octubre en la tradicional Peregrinación Mariana Infantil que es co-organizada por las cuatro vicarías porteñas.

Comentá la nota