Sínodo; homosexuales y migrantes; Cupich: queremos dirigirnos a todos de manera incluyente

Sínodo; homosexuales y migrantes; Cupich: queremos dirigirnos a todos de manera incluyente

El arzobispo de Chicago en la rueda de prensa sobre las sesiones de trabajo: la propuesta de un ente de laicos que investigue sobre los abusos acusados de abusos. El martes estará listo el borrador del documento final. El cardenal Ribat: «Que la Iglesia sea una casa en la que cada uno pueda sentirse a gusto»

Acogida, atención, acompañamiento. Para los migrantes, para los que están lejos de la fe, para aquellos que están «atraídos por personas del mismo sexo». En el documento final el Sínodo quiere decir «algo que sea incluyente para todos», afirmó el cardenal arzobispo de Chicago, Blase Cupich, al resumir algunos de los sentimientos de los padres que participan en el Sínodo. Comienza la cuarta y última semana de las sesiones de trabajo y se comienza a delinear el resultado de las relaciones de los Círculos Menores sobre la tercera parte del “Instrumentum laboris”. 

 

En la rueda de prensa cotidiana en la Sala de Prensa vaticana, participaron Cupich, dos arzobispos auxiliares, Peter Andrew Comensoli, de Melbourne (Australia), y Alain De Ramey, de Lausana, Ginebra y Friburgo (Suiza), y el cardenal John Ribat, arzobispo de Port Moserby (Papúa Nueva Guinea), quien subrayó que «la Iglesia debe acoger a todos, hacer que se sientan en su casa, sin excluir a nadie: todos son bienvenidos». 

 

Un deseo que han expresado también los jóvenes, según explicaron los relatores. Y los Círculos menores han aceptado el desafío de formular un enfoque nuevo y diferente: en particular el tema de la homosexualidad ha vuelto a surgir en las discusiones en diferentes lenguas. El “Italicus B”, por ejemplo, moderado por el cardenal Fernando Filoni, cuyo relator es monseñor Bruno Forte, pide «una especial atención y acompañamiento para las personas de orientación homosexual«. El “Anglicus B” (en el que participan tres de los relatores de hoy: Cupich, Ribat y Comensoli) indica que: «Hemos discutido sobre la cuestión de los católicos que sienten atracción por el mismo sexo». Por lo que «proponemos una sección separada para este problema y que el objetivo principal sea el acompañamiento pastoral de estas personas, que sigue las líneas del Catequismo en la Iglesia católica». 

 

Para aclarar esta petición, Cupich explicó: «Queríamos asegurarnos que se dijera algo que fuera incluyente para todos. ¿Qué dirá el documento final a los homosexuales? Creo que todo el documento tiene algo que decirle a todos». Ribat confirma: «Tanto en los Círculos menores como en el Aula magna se ha hablado sobre no excluir, dar la bienvenida a todos, hacer que todos se sientan a gusto. En medio de las dificultades que viven los jóvenes, la Iglesia debe ser una casa y, como tal, recibir» a quien se acerque. «Los jóvenes», añadió, «nos hablan libremente, son ellos los que nos animan: diríjanse así a nosotros, de esta manera nos sentimos libres de decir lo que sentimos. Debemos hacer que se sientan bienvenidos por lo que son». 

 

Según Comensoli, la cuestión de acoger a los homosexuales se reduce a una pregunta: «¿No somos todos pecadores? ¿No estamos todos en búsqueda de ser encontrados por Dios?». «Estamos llamados a tomar nuestras vidas y llevar la cruz», insistió el prelado australiano. «A mis amigos homosexuales y lesbianas les hablo de la amistad de Dios, y juntos tratamos de entender cómo seguir adelante». 

 

Se trata, indicó el cardenal Cupich, de esa «pedagogía divina» a la que se refiere el Papa Francisco en la “Amoris laetitia”. «No debemos poner obstáculos a la gracia de Dios. Tomemos a las personas en donde estén y caminemos con ellas, aunque a veces retrocedan o se pierdan. La gracia es algo que debemos discernir juntos». 

 

Las críticas a este enfoque surgieron durante la rueda de prensa. Según ciertos periodistas, se trata de una actitud ambigua: está bien acoger a los homosexuales, pero así parecería que la Iglesia “bendijera” el estilo de vida homosexual. Pero, sobre todo, observó un periodista de uno de los sitios ultraconservadores que han contribuido con la difusión de los documentos de Viganò, la raíz de los abusos sexuales dentro de la Iglesia serían las tendencias homosexuales. Según Cupich esto no es verdadero, puesto que hay varias investigaciones que demuestran «que la causa de los abusos no es la homosexualidad, pues contribuyen muchos otros factores». «Las opiniones serán discordantes, pero esto es lo que dicen las investigaciones». 

 

Con respecto a los abusos sexuales, el obispo Comensoli, que proviene de esa Australia que, junto con Estados Unidos y Chile, parece ser el país más afectado por el terrible fenómeno, quiso subrayar que el tema fue analizado con atención por los padres sinodales. «Desde el primer día del Sínodo se ha hablado sobre el fracaso del liderazgo de la Iglesia para los casos de abusos, del fracaso de los hermanos del episcopado al escuchar a las víctimas». Ahora que el Sínodo está por concluir, se ve claramente la necesidad de «seguir adelante», no solo con «palabras de disculpas o admisiones de culpa», sino con soluciones concretas. 

 

Una la propuso el mismo Cupich: la institución de un ente de laicos expertos que investiguen sobre las acusaciones en contra de los obispos, encargadas por los mismos prelados bajo investigación. «Cada obispo debería estar listo para ceder su autoridad y sus derechos Si hubiera acusaciones contra mí, quisiera que se investigara sobre mí», afirmó el pastor de Chicago. De esta manera, paso a paso, será posible volver a ganarse la confianza del pueblo de Dios, afectada por los últimos escándalos. «Los laicos quieren que tengamos éxito, que hagamos lo correcto. Veo mucha rabia alrededor, pero esta rabia oculta la tristeza». 

 

La mirada del cardenal se reveló realista y proyectada hacia el futuro, es decir hacia la relación de la Iglesia con los jóvenes que podrían estar desilusionados. «Nosotros pedimos que los jóvenes sean transparentes y honestos con Dios y con la Iglesia, pero debemos serlo antes nosotros», en lugar de seguir mostrando «un clero que ha recibido privilegios, protección, poder». Muchos chicos durante el Sínodo han hablado claramente al respecto. 

 

Una de las respuestas concretas ha sido la decisión del Papa de convocar, para el mes de febrero de 2019, a los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo con el objetivo de discutir sobre la crisis de los abusos. ¿Cómo puede encontrar soluciones la Iglesia para un problema de las dimensiones del de los abusos? Cupich zanjó: «Tengo confianza en que el Papa no dejará que nos vayamos sin haber obtenido un resultado». 

 

Además de la homosexualidad y los abusos, también se preocupan los padres sinodales por el destino de todos los migrantes que huyen de la pobreza, de las guerras, del desempleo, del enrolamiento forzado de menores, de «líderes y gobernantes que recurren fácilmente a la guerra para resolver los conflictos». Situaciones cuyo precio «es pagado por las generaciones que todavía no han nacido», afirmó Ribat. «Se nos ha pedido dar voz (una voz de alto nivel) a todos ellos, que hablemos francamente en contra de decisiones que se han tomado hoy pero que ponen en riesgo su futuro». 

 

Muchos padres sinodales están de acuerdo en que «debería existir un derecho reconocido para las personas que no quieran trasladarse, separarse de sus raíces, acabar perdidas en tierras y culturas diferentes de las propias». Dijo Cupich. «Muchos —expresó Ribat— se encuentran perdidas en medio de la nada y tal vez mueren. ¿Se puede hacer algo por ellas? Esto toca el tema de la pobreza, y hay que ayudar a los jóvenes a no dejar sus países, mediante el trabajo y la disponibilidad de recursos y posibilidades para decidir». 

 

Al comenzar la rueda de prensa, el prefecto del Dicasterio para la comunicación, Paolo Ruffini, anunció que el martes 23 de octubre se presentará el proyecto del documento final, que después será discutido en la asamblea general por los padres que podrán presentar los llamados “modos”, con el objetivo de modificar o integrar el texto. Además de la comisión para el documento final está trabajando la comisión que se encarga de la redacción de la “Carta a los jóvenes” que será publicada la semana que viene y que representa la verdadera novedad de este Sínodo. 

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