A las pocas horas, y con el recuerdo del debate en el Congreso y de los hechos de violencia, el presidente Mauricio Macri decidió hablar: aseguró que “la gobernabilidad ya no está más en discusión” y destacó el apoyo del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, ante las masivas protestas en las calles.

Macri habló en conferencia de prensa. Fue ayer al mediodía. En Casa Rosada, confesó que el camino reformista (con ajuste en los haberes jubilatorios, baja de impuestos y cambios en las reglas laborales) le quita el sueño porque no logra el apoyo mayoritario de la opinión pública y, mucho menos, de la oposición política.

Pero también descartó que la protesta social vaya a tener algún costo político para él.

 

Horas más tarde, cuando caía la noche de ayer, cientos de personas volvieron a realizar cacerolazos en diferentes esquinas de Buenos Aires y en otras ciudades del país.

 

En el medio, y en un clima enrarecido, Macri recibió en la Casa Rosada a la nueva comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que le entregó una copia del comunicado en el que advierte la “creciente violencia política”. Allí, los curas le pidieron por los jubilados y por la paz social en el país.

RELACIONADASUn triunfo a lo Bilardo, no exento de riesgos"No nos van a desestabilizar"Impuestos: avanza la reforma que apunta a la inversión y a bajar los costos laborales

 

Monseñor Oscar Ojea y el cardenal Mario Poli solicitaron, en una reunión hermética, que el Gobierno nacional lograra “consensos de mayor solidez, liderara el diálogo y pacificara las disputas” políticas y económicas que se están registrando. 

El encuentro fue minutos después de que el Presidente brindó una conferencia en la que se ocupó de despejar dudas sobre su alianza con Elisa Carrió. Dijo que comparten la visión sobre las tensiones que genera el “cambio cultural” en el país.

Por primera vez desde que asumió, Macri pidió no comparar el presente con 2001. Apuntó que en los dos años que lleva de mandato, a la Argentina le “ha ido bien” porque se fue “recuperando del desastre heredado”. 

La ausencia de Schiaretti 

El lunes, 14 gobernadores posaron para la foto tras una reunión con Emilio Monzó, Marcos Peña y Rogelio Frigerio (el articulador), y horas después la reforma previsional fue sancionada en el Congreso.

Fue un gesto sobre el que Macri se apoyó y se apoyará de ahora en más para reforzar su gestión. 

El jefe del Estado lamentó ayer que Schiaretti no haya podido llegar a esa foto por, según dijo, las manifestaciones en las inmediaciones del Congreso. 

El cordobés y la provincia son para Macri claves en la construcción de su gobernabilidad. 

Sin embargo, desde el entorno de Schiaretti aseguran que el gobernador “nunca tuvo previsto viajar” y que cumplió con aportar los cuatro votos de sus diputados.

Allí sí estuvieron otros gobernadores peronistas como Juan Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Mariano Arcioni (Chubut) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego), entre otros. 

Tras la conferencia, un ministro importante del Gabinete le dijo a La Voz que en las últimas semanas “ha crecido mucho la relación” del Presidente con Schiaretti por el apoyo a las reformas. “El Gringo (Schiaretti) no muestra la miseria política de hacer oposición porque sí”, agregó el funcionario, que estuvo en el Salón Blanco cuando Macri, un tanto fastidioso con el presente político y social, habló ante los periodistas. 

Según el jefe del Estado, Schiaretti es uno de los gobernadores que “han apoyado con la firmeza y la convicción” de que el Gobierno está “sentando bases para un mejor futuro”, con “la generosidad” de entender que las leyes no generan el mismo impacto en todas las provincias.

En esa alianza, los cordobeses dieron una mano para aprobar la reforma previsional. De los 18 diputados, 14 votaron a favor y 4 en contra.