Sánchez Sorondo: "Hoy el mundo no crea desarrollo, sino más pobreza"

Sánchez Sorondo:

El arzobispo argentino que trabaja con el Papa analiza los desafíos de las empresas.

Hace 50 años, el papa Pablo VI definió en Popolorum Progressio que el desarrollo era el nuevo nombre de la paz. Hoy, a la luz de la encíclica Laudato si', en la que Francisco hace un dramático llamado al cuidado del ambiente, se podría concluir que el desafío es el desarrollo sostenible e integral, que incluye el uso de las energías renovables.

Así lo entiende el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de Ciencias Sociales, la misma que integraron Galileo Galilei y unos 35 premios Nobel. El jueves llegó desde el Vaticano, donde trabaja desde hace más de 40 años, para exponer sobre la encíclica del Papa en el congreso nacional de CREA.

"Laudato si' es fundamentalmente una encíclica social. Los problemas de la Tierra impactan en el plano social. En vez de desarrollo, el mundo crea más pobreza e involución. Eso influye en lo que Francisco llama las formas más extremas de la globalización de la indiferencia, que son el trabajo forzado, la prostitución, la venta de órganos y el crimen organizado", expresó Sánchez Sorondo, en una entrevista con LA NACION, al explicar los alcances del urgente llamado para cuidar el planeta.

-¿La encíclica enfrenta fuertes lobbies?

-No está hecha para enfrentar los lobbies, pero es una de las que más los enfrenta.

-¿Cuáles son las principales resistencias?

-La principal resistencia viene de los lobbies del petróleo. No quieren aceptar que se diga que pueden arruinar el clima. Dicen que el Papa no puede hablar de estos temas, porque no son temas de moral. Pero resulta que es también un tema moral, porque si nosotros arruinamos la Tierra degradamos el hábitat, y eso es un problema moral.

-¿La comunidad científica respalda el diagnóstico del Papa?

-Los que describen técnicamente el problema son los científicos. El holandés Paul Crutzen y el mexicano Mario Molina, que recibieron el premio Nobel por haber denunciado el agujero de la capa de ozono, lo respaldaron y se pronunciaron en favor del cuidado del planeta.

-¿La Iglesia propicia la idea del desarrollo sustentable?

-El desarrollo sustentable es una idea muy arraigada en el magisterio de la Iglesia. Tiene sus orígenes en Pablo VI, cuando hablaba del desarrollo en la encíclica Populorum Progressio, y lo manifiestan economistas como Jeffrey Sachs. Como decía aquel papa, Dios ha puesto en la providencia potencialidades y es tarea de los científicos descubrirlas y actuar en beneficio de todos. Se trata de acompañar a la naturaleza en sus posibilidades, colaborando con la obra del creador. Nos corresponde respetarla y guiarla. No tener actitud pasiva, como si custodiáramos las piezas de un museo, ni creer que con ella puedo hacer cualquier cosa.

-¿Qué impacto produjo la encíclica?

Laudato si' toca de frente el gran desafío ecológico y social, como es el problema del clima. Llama a evitar la práctica de la ecología superficial y reemplazarla por una ecología integral. Si alteramos el ciclo del agua podemos llegar a no tener más vida en el planeta. Con el uso de materiales fósiles, como el petróleo y el carbón, estamos produciendo una especie de frazada en la estratosfera, que no permite la respiración de la Tierra. El cambio climático consiste en el recalentamiento de la Tierra con ácidos que son maravillosos, porque el anhídrido carbónico es lo que hace la vida de las plantas, pero llevado a un extremo produce desastres.

-¿Logró avances la encíclica?

-Fue fundamental y muy oportuna. La intención era influir en el COP 21, la cumbre del cambio climático que se reunió en París. Y por primera vez, después de 21 encuentros, se planteó de modo claro la gravedad del recalentamiento y se propuso disminuir dos grados para evitar desequilibrios. Los augurios no son buenos y el Papa, con toda claridad, a pesar de todas las presiones y los lobbies, dijo que la actividad humana que utiliza el material fósil determina el recalentamiento global, basado en la comunidad científica.

-¿La ONU acompaña los postulados de la encíclica?

-Se produjo una sinergia con la ONU. El Papa publicó la encíclica en mayo de 2015 y luego la relanzó en su visita a Estados Unidos, donde los lobbies del petróleo son muy fuertes. Logró cambiar el escenario en favor de la toma de conciencia del problema y muchos grandes capitales ya piensan invertir en otras cosas, por ejemplo en energías renovables.

-¿Alcanza con una toma de conciencia o hay que esperar pasos más audaces?

-Antes la comunidad internacional planteaba el tema en formas tan complicadas que nadie entendía qué pasaba. Ahora por primera vez se habla claramente: el problema es el clima y hay que cambiarlo.

-¿Qué respuesta les da a quienes cuestionan al Papa por hablar de temas en los que no es infalible?

-La verdad tiene distintos aspectos. El Papa usa las verdades filosóficas cuando habla de determinados temas y usa las verdades científicas para el bien del hombre. Adopta una tesis de la comunidad científica, como asume otra tesis filosófica cuando habla de la persona humana.

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