En la última misa del Triduo, Cargnello pidió por la unidad nacional y aseguró: "No tenemos miedo". Por la tarde, al renovar el Pacto, cuestionó los cambios en el Código Civil y exaltó la dignidad de la vida..
El Milagro se celebró con emoción y el amor de fieles y peregrinos pudo contra el cansancio de quienes esperaron horas para ver las imágenes de los santos patronos. También pudo con una jornada agobiante que a las 16.20 registró 36,2 º, aunque la sensación térmica subió a casi 40º.
Cientos de miles de personas participaron en este Milagro. Todos saludaron a las imágenes mientras transitaban por las calles de la ciudad. Una nube de pañuelos y banderas blancas coparon la fotografía que trasmitía una energía sin precedentes. La plaza 9 de Julio fue el escenario de partida; estuvo repleta, pintoresca. colmada de sombrillas, de niños vestidos de ángeles y decenas de visitantes de otras provincias que se sumaron al lema “En el año de la fe, el mejor Milagro es crecer”.
El Pacto de Fidelidad
En el monumento 20 de Febrero el arzobispo Cargnello y los fieles renovaron el Pacto de Fidelidad. Como antes los había hecho en la misa del Triduo, el prelado formuló una fuerte advertencia sobre la realidad social. Antes, en su mensaje, se refirió a la familia: “Qué corta parece la mirada de una sociedad que ignora la familia como un bien humano y humanizante”.
El sacerdote también tuvo lugar para instar a los legisladores que representan al pueblo a ser creativos para promoverla. Bendijo a los matrimonios que educan y reciben a sus hijos y honró a los maestros. Al pie del Monumento a la Batalla de Salta, el prelado recordó la gesta de la Independencia. “Hoy la causa es la de todo el hombre, de la dignidad de las personas, de la justicia y de la amistad social. ¿Quién podrá separarnos de tu amor? -preguntó a los santos patronos-. Cargnello llamó a vencer orgullos vanos y tentaciones adictivas del poder que corrompe. El arzobispo insistió varias veces que el Pacto se extiende todos los aspectos de la vida.
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