Crisis hídrica, diques con niveles muy bajos, calor y proliferación de algas: estos factores se combinan y, pese a los procesos de potabilización, el agua que llega a muchos domicilios tiene olor, sabor e, incluso, color. 

Desde Aguas Cordobesas indicaron a este diario que el jueves 18 de octubre percibieron niveles elevados de algas en el agua que ingresa desde la planta Suquía, que abastece al 70 por ciento de la ciudad, pero que esos valores se han reducido en los últimos días. 

En varias localidades del corredor Sierras Chicas que se proveen de la planta La Calera también se registran niveles de algas por encima de lo normal, como en Villa Allende. 

 

“La potabilización del agua en la planta de La Calera se encuentra afectada por un incremento de algas que interfiere en el normal funcionamiento”, explicaron desde la Cooperativa de Provisión, Obras y Servicios Públicos de Villa Allende. 

 

“Debido a este inconveniente temporal es que se está realizando un tratamiento adicional para brindar la mayor calidad posible en el líquido tratado. Por momentos, podría notarse que la claridad del agua o su olor puedan variar un poco, lo que no afectaría su potabilidad”, aclararon desde la cooperativa. 

“Esta situación comenzó a fines de la semana pasada, todas las localidades que tomamos agua de la planta potabilizadora de La Calera: debido al proceso de floración de algas propio de esta época, el agua cruda del lago San Roque llega con un olor y un sabor particular, que no pueden neutralizarse en el proceso de potabilización”, detalló a La VozMaximiliano Posseti, jefe de servicio de la Cooperativa de Villa Allende. 

“El agua se filtra, se decanta, se la clora, pero no se puede extraer el gusto y el olor, pero es agua perfectamente potable aunque no sea rica”, agregó. 

Las empresas aseguran que el olor o el sabor del agua no afectan su potabilidad. Desde Aguas Cordobesas piden a los usuarios que, si aún persiste el problema, den aviso a la firma para que se tomen nuevas muestras.