Reacción de los Patriarcas tras decisión sobre la embajada estadounidense en Jerusalén

Reacción de los Patriarcas tras decisión sobre la embajada estadounidense en Jerusalén

El copto Tawadros se niega a reunirse con el vicepresidente Pence. Los obispos de Jordania, desde el patriarca caldeo hasta el melequita, critican a los Estados Unidos. La administración Trump y las fatigas de auto-nombrarse “protectora” de los cristianos en el Medio Oriente

La decisión de la Administración de los Estados Unidos de mudar la propia embajada ante Israel de Tel Aviv a Jerusalén no solo desencadenó la rabia en las plazas árabes y el desdén de los gobiernos de los países musulmanes. En las últimas horas va surgiendo otro “frente unido” de oposición, conformado por los Patriarcas y los líderes de las Iglesias y comunidades cristianas arraigadas en el Medio Oriente y en los países árabes. Desde el copto Tawadros hasta el caldeo Luois Raphael Sako, desde el melequita Youssef Absi hasta los obispos de todas las Iglesias presentes en Jordania; los líderes cristianos del mundo árabe y del Medio Oriente expresan su rechazo ante la decisión estadounidense, y lo hacen con maneras netas e incluso clamorosas. La decisión del presidente Donald Trump cae como una ducha fría sobre el fervor con el que las comunidades cristianas del Medio Oriente se estaban preparando para festejar este tiempo de Navidad. Y compromete incluso los esfuerzos que ha hecho la administración estadounidense para reafirmar el propio papel de fuerza como «protectora» de los cristianos en el Medio Oriente. 

 

En Beit Sahur, la localidad palestina en la que según la tradición los pastores recibieron la visita del ángel que les anunciaba que en la cercana Belén había nacido el Hijo de Dios, el patriarca latino emérito de Jerusalén, Michel Sabbah, durante la ceremonia para encender el árbol de Navidad, recordó que, precisamente en el tiempo en el que los cristianos se preparan para recordar con agradecimiento el nacimiento del Salvador, «nuestros opresores han decidido privarnos de la alegría de la Navidad. Ellos decidieron ofrecernos la guerra en lugar de la paz». «A pesar de todo esto –prosiguió el patriarca emérito–, nosotros no perderemos nuestra alegría. Nos quedaremos en nuestra tierra, permaneceremos en Jerusalén, capital de nuestras oraciones y de nuestra vida de todos los días, digan lo que digan y decidan lo que decidan». 

 

En Jordania, todos los obispos de las Iglesias y de las comunidades cristianas que viven en el Reino Hachemita suscribieron una carta para expresar su común y categórico rechazo de la decisión de los Estados Unidos, pues, indicaron los líderes de las comunidades cristianas de Jordania, «revela la facciosidad de los Estados Unidos, y que no son adecuados para ser honestos patrocinadores del proceso de paz». Los obispos del Reino también citaron las posiciones sostenidas en plateas internacionales por el rey Abdallah II de Jordania, quien sigue reivindicando el papel de «custodio» de los Lugares Santos musulmanes y cristianos de Jerusalén. 

 

También el Patriarcado de Babilonia de los caldeos, en un mensaje firmado por el patriarca Louis Raphael Sako, recordó que «el deber de los Estados Unidos de América del Norte, como superpotencia, es el de favorecer la paz, la justicia y la prosperidad en todo el mundo, y no el de suscitar nuevas controversias y conflictos». Por su parte, el Patriarca greco-melequita, el sirio Youssef Absi, durante una conversación con el embajador de Palestina en Beirut, confirmó su apoyo y el de la Iglesia melequita a los derechos del pueblo palestino, e insistió en su neto rechazo ante la decisión de mudar la embajada estadounidense ante Israel a la Ciudad Santa. Absi indicó la necesidad de que también los Estados Unidos respeten las resoluciones de la ONU, para evitar cualquier decisión unilateral que modifique el estatuto internacional de Jerusalén. Así, indicó que esta decisión solo podría alimentar el extremismo y la violencia en toda la región. 

 

El copto Tawadros II también manifestó su perplejidad ante la decisión de la administración Trump. El primado de la mayor Iglesia arraigada en el mundo árabo musulmán indicó que también él, como el jeque Ahmen al Tayyeb, Gran Imán de al-Azhar, ya no se reunirá con el vicepresidente Mike Pence cuando lleve a cabo su visita a Egipto e Israel. La decisión que tomó la Administración estadounidense sobre Jerusalén, se lee en el mensaje que difundió el Patriarcado copto el pasado sábado 9 de diciembre, llega «en un momento inapropiado y sin tener en cuenta los sentimientos de millones de árabes», cuando, por el contrario, se necesita que todos utilicen la «sabiduría» y el «juicio» al tratar las «cuestiones que tienen que ver con la paz de los pueblos en el Medio Oriente». 

 

Paradójicamente, la próxima visita al Medio Oriente de Mike Pence (a finales de diciembre) había sido presentada como una misión para reafirmar el protagonismo de los Estados Unidos en el terreno (geopolíticamente contentido) de la defensa de las locales comunidades cristianas frente a la violencia, la intimidación y las persecuciones. Ha llegado el momento de que en Medio Oriente se acabe «la persecución de los cristianos y de todas las minorías religiosas», afirmó el vicepresidente estadounidense el miércoles 25 de octubre, durante una cena solidaria en favor de los cristianos del Medio Oriente, promovida en Washington por la organización “In Defense of Christians”. 

 

El “número dos” de Trump, refirió entonces la agencia vaticana Fides, anunció la intención de incluir en el programa del viaje encuentros con líderes políticos y religiosos locales para discutir juntos estrategias para luchar contra la persecución de las minorías religiosas, incluidos los cristianos. «Puedo asegurarles –dijo Pence en su discurso que el presidente Trump se compromete en ayudar a los pueblos perseguidos para que recuperen sus tierras, vuelvan a sus casas, reconstruyan sus vidas y vuelvan a echar raíces en sus tierras de origen». En esa ocasión, el vicepresidente de los Estados Unidos también anunció la intención de la Administración Trump de administrar directamente la ayuda financiera a favor de los cristianos en el Medio Oriente, colaborando con organizaciones religiosas y sin pasar por los organismos de la ONU. 

 

Ahora, las reacciones negativas que han expresado con una sola voz muchos cristianos del Medio Oriente crean muchos sonrojos y “desmontan” el plan de la Administración Trump de convertirse en paladina de los cristianos del Medio Oriente, título que muchos líderes políticos globales y regionales querrían adjudicarse (desde Putin hasta Macron, pasando por Assad o Viktor Orbán). Toda esta competencia suscita la desconfianza precisamente en los presuntos beneficiarios de todos los llamados a la defensa y a la protección de los bautizados en la región. «Lo que nos ha destruido», declaró a Vatican Insider el cardenal libanés Béchara Boutros Räi, Patriarca de la Iglesia maronita, «han sido las guerras provocadas por agentes exteriores en Palestina, Irak y Siria. Y ahora, por favor, ahórrennos por lo menos la pantomima de los occidentales que vienen a preguntarnos qué se puede hacer para salvar a los cristianos…».

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