Una queja de la Iglesia con efectos políticos

Una queja de la Iglesia con efectos políticos

Dos días después de que el papa Francisco finalizara su gira latinoamericana y cuando faltan tres semanas para que el país defina el mapa de las elecciones presidenciales, la Iglesia encontró el momento oportuno para difundir las nuevas cifras de la pobreza, una problemática que viene en sostenido ascenso desde 2011.

Por Mariano De Vedia

Difundirlas antes, hubiera sido tal vez incómodo por el potencial conflicto que podría haberse planteado entre la Iglesia y el Gobierno en las horas previas a la reciente visita del Papa a la región.

Hacerlo después, podría ser interpretado como una injerencia en el proceso electoral, con vistas a las elecciones del 9 de agosto y la contienda posterior del 25 de octubre.

Incluso, algunas fuentes eclesiásticas estiman que difundir el informe entre agosto y octubre hubiera sido leído, más que como una crítica a la gestión de Cristina Kirchner, como una medida antipática hacia el candidato oficialista Daniel Scioli, lo que podría ser aprovechado por la oposición.

"La UCA no tiene ningún interés en jugar un papel opositor. Por eso, cuando llega la hora de presentar el informe tememos quedar en medio de las discusiones políticas, sobre todo ahora, tan cerca de las elecciones", admitió ante una consulta de LA NACION el propio rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), el arzobispo Víctor Fernández, hombre cercano a Francisco que intenta mostrar un camino de equilibrio en medio de la contienda electoral.

IMPACTO VISIBLE

Para rebatir especulaciones, el arzobispo "Tucho" Fernández explicó: "Los datos son un cuestionamiento a cualquier gobierno, nacional o local, porque su objetivo es poner de manifiesto y reclamar una deuda social todavía no saldada; es inevitable que moleste".

Reconoció, así, el fuerte impacto político que cada año genera la presentación del informe del Observatorio de la Deuda Social.

"Las repercusiones son imparables porque la gente no confía en los datos oficiales", dijo el rector, al considerar el valor objetivo del informe, que se basa en una encuesta de 5700 casos, cuando la mayoría de los sondeos sobre distintos temas que se difunden en el país no incluyen más de 1000 casos, tal vez, por una cuestión de costos.

Según pudo saber LA NACION, los obispos son conscientes del impacto político y social de las mediciones anuales de la pobreza, lo que muchas veces lleva a evaluar la oportunidad de su difusión. Ante cada presentación, todos recuerdan que el Observatorio de la UCA nació por impulso del entonces cardenal Jorge Bergoglio, cuando el Gobierno enfrentaba a la Iglesia, por lo que no es irrazonable pensar que a pesar de todo se tiene en cuenta en el nuevo contexto marcado por la relación política.

Las mediciones de la UCA sobre la desigualdad y la exclusión tienen, también, repercusiones directas en la propia Universidad Católica. En la misma sede de Puerto Madero donde ayer se presentó el informe, trascendió que varias empresas que colaboraban con la institución dejaron de hacerlo en los últimos años por temor a posibles represalias desde el poder político.

En una reunión, incluso, se lamentó que la universidad deba sostener el alto costo del Observatorio de la Deuda Social Argentina, que supone varios millones de pesos", reveló una fuente universitaria.

Otras fuentes del campo eclesiástico, en tanto, revelaron a este diario que ya en marzo o abril de este año se había omitido la presentación de un anticipo del informe conocido ayer, como era habitual en años anteriores.

Se reemplazó ese anticipo -que tiene difusión asegurada en los medios- por otro informe referido a la situación del narcotráfico y las adicciones. Una muestra de que uno de los objetivos de la Iglesia es que no se reduzca el papel del Observatorio y de sus mediciones a la mera función de "contar pobres"..

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