“Preparemos la Navidad con fe, defendiéndola de mundanalidad y superstición”

“Preparemos la Navidad con fe, defendiéndola de mundanalidad y superstición”

En Santa Marta, el Papa Francisco invitó a no vivir «paganamente»el tiempo de Adviento

«Señor, ayuda a mi poca fe. Defiende mi fe de la mundanalidad, de las supersticiones, de las cosas que no son fe. Defiéndela de reducirla a teorías, ya sea teologizando o moralizando ... no. Fe en ti, Señor». Es la oración que formuló el Papa en esta segunda semana de Adviento y que recomendó a los fieles para una seria preparación para la Navidad. Durante la misa matutina en la casa Santa Marta, el Papa Francisco insistió una vez más en vivir este evento central para la vida cristiana, el nacimiento de Cristo, con «verdadera fe» y no «mundana o paganamente».

 

Claro, el Papa admitió en su homilía de hoy, según indicó el sitio Vatican News, que «no es fácil mantener la fe, no es fácil defender la fe: no es fácil». Es una «gracia» que hay que pedir y un don que hay que recibir: « Hoy hemos pedido esta gracia: en esta segunda semana de Adviento, preparémonos con la fe para celebrar la Navidad —exhortó Francisco. Es cierto que la Navidad - como todos sabemos – muchas veces se celebra no con tanta fe, también se celebra de manera mundana o pagana; pero el Señor nos pide que lo hagamos con fe y nosotros, esta semana, debemos pedirle esta gracia: poder celebrarlo con fe».

 

Comentado el pasaje del Evangelio de Lucas de hoy, que narra la curación de un paralítico y que sirve, Francisco dijo que era una «inspiración» para reafirmar que la fe infunde valor y que es la manera de tocar el corazón de Jesús. «Pedimos fe en el misterio de Dios hecho hombre. La fe también hoy, en el Evangelio, muestra cómo toca el corazón del Señor. El Señor a menudo vuelve a la catequesis sobre la fe, insiste. “Viendo su fe”, dice el Evangelio. Jesús vio esa fe (porque se necesita coraje para hacer un agujero en el techo y dejar caer una camilla con el enfermo allí... se necesita coraje ). Ese coraje, ¡esta gente tenían fe! Ellos sabían que si el enfermo llegaba delante a Jesús, sería sanado».

 

Francisco recordó que «Jesús admira la fe en las personas» como en el caso del centurión que pide la curación de su siervo; de la mujer siro-fenicia que intercede por la hija poseída por el demonio o incluso de la dama que, solo tocando el dobladillo del manto de Jesús, se cura de la pérdida de sangre que la afligió. Pero «Jesús - agrega el Papa - reprocha a las personas de poca fe» como Pedro, que duda. Por el contrario, «con la fe todo es posible».

 

Emblemático para el Papa es el pasaje de la curación del ciego en el capítulo IX de Juan; su acto de fe delante a Jesús a quien reconoce como el Mesías. Un pasaje que el Pontífice recordó para exhortar «a confiar nuestra fe a Dios», defendiéndola de las tentaciones del mundo.

 

«Nos hará bien hoy, e incluso mañana, durante la semana —recomendó—, tomar este capítulo IX de Juan y leer esta hermosa historia del niño ciego de nacimiento. Y terminar desde nuestro corazón con el acto de fe: "Creo, Señor. Ayuda a mi poca fe. Defiende mi fe de la mundanalidad, de las supersticiones, de las cosas que no son fe. Defiéndela de reducirla a teorías, ya sea teologizando o moralizando ... no. Fe en ti, Señor”».

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