En palabras de Eduardo Van der Kooy y Santiago Fioriti, el periódico expresó dos sensaciones que marcan el mal momento del Gobierno Nacional, con una economía en recesión, una Justicia que no "colabora", una Cristina Fernández de Kirchner imperturbable y un Lavagna que asoma como el cisne negro.

Por un lado, la tensión que reina entre la Casa Rosada y La Plata. Por los errores de cálculo y, principalmente, de comunicación que se originaron en Balcarce, pero, también, por los rumores del "Plan V" que sobrevuelan el territorio bonaerense. Los mismos que, tras la última corrida cambiaria, sugerían darle paso a la gobernadora, en lugar del fundador del PRO, pero ella misma descartó.

Por otra parte, el sufrimiento que atraviesa la primera mujer en comandar la Provincia tiene principio y fin en Mauricio Macri. La misma mala gestión que diluyó aquella imagen renovadora y que ahora le impide repuntar en las encuestas (incluso pese a la amenaza del regreso de Cristina Fernández de Kirchner), es la que arrastra a Vidal a una potencial derrota.

Con un Banco Central haciendo malabares para contener al dólar, una recesión económica sin fecha de vencimiento y el consumo en terapia intensiva, la certeza de que Mauricio Macri es el lastre de Mariu es mucho más fuerte que aquella ilusión que permite creer que, en contraposición, la buena imagen de la gobernadora le traccionará votos a un Macri desangelado.

Incluso, hay ministros en La Plata que, según Van der Kooy, no descartan la posibilidad de desdoblar las elecciones provinciales a último momento, salvar a María Eugenia y condenar a un presidente cuyo destino ya está juzgado.