La Prelatura de Labrea y la REPAM denuncian las grandes injusticias de la Amazonía brasileña

La Prelatura de Labrea y la REPAM denuncian las grandes injusticias de la Amazonía brasileña

"Luchamos para garantizar los derechos históricamente negados a los pueblos", reiteran

 

Cuidar de la Amazonia a partir de aquello que la Laudato Si nos propone como camino a seguir para que nuestra Casa Común no sea devastada. Ese es uno de los grandes propósitos que la REPAM (Red Eclesial Pan-Amazónica), se propone. Como instrumento para llevar a cabo esa propuesta están los Seminarios que están siendo llevados a cabo en diferentes diócesis y prelaturas de la Amazonia brasileña.

Este último fin de semana, de 27 a 29 de enero, el encuentro tuvo lugar en la Prelatura de Labrea. Situada en el extremo sur del Estado de Amazonas, con una extensión de más de dos cientos treinta mil kilómetros cuadrados y unos ochenta mil habitantes, desde su creación en 1925 ha sido uno de los territorios de misión de los agustinos recoletos españoles, siendo su obispo desde abril de 2016, Santiago Sánchez.

Actualmente la región es una de las más afectadas por la violencia en la Amazonia brasileña, como consecuencia de los conflictos de tierra entre los habitantes de la región, indígenas, ribereños y pequeños campesinos, y los invasores a la caza de tierra virgen llegados de todos los rincones del país.

Ante ésta y otras problemáticas, los 110 participantes del Seminario organizado por la REPAM, han reflexionado y denunciado profeticamente, con palabras cargadas de valentía, como recoge en la Carta Compromiso Final, situaciones que resultan intolerables, pues acaban con la vida y dignidad de los habitantes de la región y provocan situaciones inhumanas.

El escrito muestra los valores tradicionales de los pueblos originarios de la región, devastados por los colonizadores, que provocaron cambios radicales en el modo de relación y organización locales, instalando la cultura de la dominación y abriendo paso a innumerables desafíos y conflictos que tienen difícil solución y que han motivado la persución y muerte de diferentes líderes.

Se destaca que muchos de los problemas relatados -drogas, explotación sexual, trabajo esclavo- afectan sobre todo a los jóvenes, lo que compromete el futuro de la región, aunque muchos se empeñen en disfrazar con un falso progreso todo aquello que, de hecho, está conduciendo a una situación sin salida.

También se denuncia la tentativa gubernamental de acabar con todas las instituciones relacionadas con los pueblos indígenas y que cuidan de preservación ambiental, así como la falta de inversión en aquello que es básico para garantizar el futuro de la población, como sanidad y educación.

En este sentido. resultan proféticas las palabras de José Inácio Apurinã - lider de la Tierra Indígena Caititu, quien afirma que "el gobierno no quiere dar nada al indio, pero quiere todo del indio", y que muestra una realidad de la que participan la mayoría de los pueblos indígenas brasileños.

Una de las consecuencias de esta situación es la migración de los habitantes locales para otras ciudades de la Amazonia, donde se instalan en las periferias en condiciones precarias.

Por eso, los participantes no dudaron en asumir una serie de compromisos urgentes que, en la medida en que sean llevados a cabo, van a ayudar a cuidar de la Casa Común y construir un mundo mejor para todos y todas.

 

Carta Compromiso de los Participantes del Seminario de la Red Eclesial Pan-Amazônica de la Prelatura de Lábrea (Amazonas)

Reunidos(as) en Lábrea, a la orilla del río Purus, nosotros, Pueblos de la Floresta, 110 participantes, del Seminario promovido por la Red Eclesial Pan-Amazónica (Repam), los días 27 a 29 de enero de 2017, presentamos algunas de nuestas fuerzas, desafíos, clamores, iniciativas y conquistas observados y vividos en nuestra Amazonia "gorakaraho" (Casa Comun - en la lengua Paumari) reflexionados a la luz de las enseñanzas de la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco.

Nuestro modo de ser en nuestra "aiko" (Casa Común en la lengua Apurinã) heredado de nuestros antepasados ha sido impactado negativamente desde la llegada de los colonizadores que nos impusieron otros valores basados en las relaciones de poder ey dominación. Desde entonces, los desafíos son muchos. Insistimos y acreditamos en una vivencia armoniosa y de inter-relación entre todos los Pueblos de la Floresta y de las ciudades sin destruir nuestra "gorakaraho". Entre tanto, percibimos que aumentan los conflictos socioambientales que fomentan persecuciones, amenazas y hasta muerte de nuestros líderes locales, resultado de la omisión estratégica del Estado, de la presión del agronegócio, de la toma ilegal de tierras y del robo y pillaje de maderas, inclusive castañera, colocando nuestra región como una de las campeonas de la acelerada deforestación de la Amazonia.

Destacamos la diversidad de experiencias de convivencia entre las diversas culturas y etnias de los Pueblos de la Floresta con los pueblos de las ciudades que nos hacen sentirnos seguros(as) y protegidos(as) en nuestra gorakaraho de donde retiramos el alimento para mantener nuestras familias y garantizar una calidad de vida que permite a nuestras generaciones vivir largos años. Pero, esta vivencia se encuentra amenazada. En todos los rincones de la floresta ha llegado gente con sangre en las manos diseminando violencia y exponiendo nuestros jóvenes a condiciones de vulnerabilidad social tales como drogas, explotación sexual, trabajo esclavo y servicio doméstico. Gente que, en nombre del "progreso" no reconoce nuestros derechos a la tierra, nuestras reservas, territorios, ríos y florestas. Gente que viene de lejos y saquea nuestros recursos dejando un rastro de muerte y destrucción. Gente que no reconoce nuestra historia, identidad y cultura, no respeta a nuestros líderes y nuestra forma de organización social y política y quiere "enseñarnos" sus valores y su modo capitalista de sociedad. Gente que no cree en la sostenibilidad del extractivismo animal y vegetal basado en las relaciones de respeto e inter dependencia en nuestra casa común garantizando vida en abundancia a nuestra generación y a las generaciones futuras.

 

En el contexto nacional nos asusta los recurrentes cortes de recursos que afectan a instituciones importantes como el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodivesidad - ICMBio y el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y de los Recursos Naturais Renobables - IBAMA. Bien como el ataque a nuestras entidades representativas con la creación de la Comisión Parlamentaria de Investigación - CPI, con la finalidad de investigar, incriminar y debilitar la actuación del Consejo Indigenista Misionero - CIMI, de la Fundación Nacional del Indio - FUNAI y del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria - INCRA, por el simples hecho de posicionarse en defensa de los derechos de los Pueblos de la Floresta. Eso apenas confirma que "el gobierno no quiere dar nada al indio, pero quiere todo del indio" (José Inácio Apurinã - lider de la Tierra Indígena Caititu).

En el contexto regional, nos preocupan los procesos de migraciones forzadas para las ciudades de la Amazonia prevaleciendo el derecho de emigrar sin la garantía del derecho de permanecer en la floresta juntándose a los procesos de urbanización acelerada y no planeada de nuestras ciudades marcadas por la precariedad de los servicios públicos (sanidad, educación, seguridad, transporte, entre otros), por la violencia, sobre población en las cárceles, desempleo, hambre y miseria, fruto de la falta de atención de los gobiernos municipales.

En el contexto local luchamos para garantizar el derecho a la educación, sanidad y acceso a los bienes y servicios públicos históricamente negados a los pueblos de esa inmensa región donde ya se respira el humo de las grandes quemadas y se inhala el veneno de los agrotóxicos pulverizados indiscriminadamente sobre nuestra gorakaraho contaminando nuestro Purus y sus afluentes río Ituxi, Curequeté, Seruini, Siriquiqui, Punicici, Sepatini y Pauini.

Nos preocupan las condiciones deshumanas a las que son sometidos los Pueblos Indígenas y Ribereños obligados a vivir en condiciones precarias en las periferias desasistidas de las ciudades, sometidos a la convivencia con basureros a cielo abierto que contaminan sus aguas, peces y campos, esparciendo enfermedades y desestructurando su convivencia. Un verdadero atentado contra sus vidas y una violación a los derechos humanos.

Ante todo eso, clamamos y gritamos reafirmando "que el Purus es nuestro! Es casa comú de todos nosotros. Generoso, nos brinda en el día a dia, las riquezas de sus entrañas con nombre de tambaqui, pirarucu, fillote, tucunaré, mandi, sardina, matrinxã (nombre de peces de la región) y mil especies más, de rico sabor, base de nuestro cotidiano sustento" (Dom Florentino Zabalza Itury).

 

Por fin, motivados(as) por las provocaciones de este seminario y nuevamente iluminados(as) por las enseñanzas de la Laudato Si, asumimos el compromiso de:

1) Tejer nuevas redes en nuestras localidades con nuestras comunidades e instituciones, como nos propone la REPAM a través de los comités locales;

2) Luchar para garantizar una educación para la sostenibilidad, diferenciada y de calidad atenta a las demandas de nuestra realidad indígena y ribereña, provocando a las instituciones de enseñanza para que ofrezcan cursos que vengan al encuentro de nuestras demandas locales, formando gente nuestra para actuar en la educación de nuestros pueblos;

3) Desarrollar proyectos sociales de educación ambiental, buscando alternativas con posibilidad de crear recursos, tales como artesanía utilizando productos no madereros y reaprovechamiento de madera, entre otros;

4) Promover espacios permanentes de formación e información que nos ayuden a retomar, reafirmar y ampliar nuestras prácticas ambientales sustentables como modelo posible de sociedad basada en los valores del bien-vivir en nuestra gorakaraho, nuestra aiko;

5) Mantener y ampliar el permanente diálogo entre indígenas y ribereños garantizando una alianza para la protección de nuestros territorios, cuidando de nuestra Amazonia, como nuestra floresta, nuestra gorakaraho, nuestra aiko;

6) Continuar alarmando a los gobiernos em relación al robo indiscriminado de nuestros recursos naturales en nuestras fronteras;

7) Que la Carta Laudato Si del Papa Francisco sea leída en nuestras comunidades, retomada, profundizada y ampliamente divulgada y que sus enseñanza sean puestas en práctica.

Por fin, invocamos a la memoria de nuestros antepasados y reafirmamos que "creemos en la fecundidad liberadora de tantos hermanos y hermanas que regaron la tierra con su sangre mártir y nos acompañaron en la busca de la Tierra Sin Males" (Don Pedro Casaldáliga), como el testimonio de la Hermana Cleuza, mártir de la causa indígena en aábrea. Llamamos a todas las iglesias, instituciones, organizaciones, comunidades y movimentos sociales para tejer juntos una gran tela, retirando de nuestro cesto las experiencias, propuestas y apoyos que nos permiten seguir en la lucha por nuestra Pachamama, para garantizar vida plena y con dignidad en nuestra floresta, nuestro tapiri común (casa de los ribereños).

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