La prédica de la Iglesia a favor del diálogo, más vigente tras el ajustado triunfo de Macri

La prédica de la Iglesia a favor del diálogo, más vigente tras el ajustado triunfo de Macri

La ventaja de Cambiemos, de casi 3 puntos, obligará ahora más que nunca al nuevo gobierno a buscar acuerdos. Y a la oposición, a ser permeable. Pero el kirchnerismo deja un país dividido. Los obispos renovarían su llamado a la búsqueda de entendimientos.

Por Sergio Rubin

La prédica de la Iglesia a favor del diálogo y la búsqueda de consensos cobraron tras el ajustado triunfo de Mauricio Macri sobre Daniel Scioli una vigencia mayor de la que se preveía. En efecto, estaba claro que quien ganara no iba a disponer de un poder hegemónico y que se volcaría -más por necesidad que por virtud- a la búsqueda de acuerdos marco en cuestiones institucionales, económicas y sociales. Ahora, con la ventaja de menos de tres puntos ese camino es fundamental.

Por eso, se descuenta que, de un momento a otro, la Conferencia Episcopal hará un llamado a deponer las actitudes de confrontación y avanzar en los entendimientos. El principal escollo en pos de ese objetivo es que, además de que el país, electoralmente, quedó partido casi en mitades, es que durante muchos años -los más de doce años que gobernó el kirchnerismo- el oficialismo se ocupó de fomentar la división y arrumbar una cultura acuerdista.

Las fuentes eclesiásticas admiten que Cambiemos gobernará la nación, la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires -además de haberse impuesto cómodamente para la presidencia en Córdoba, Mendoza y Santa Fe, las otras grandes provincias, además de Jujuy-, pero subrayan que tendrá doce provincias en contra, deberá buscar alianzas en la Cámara de Diputados y será una pequeña minoría en el senado.

Señalan que el desafío es, pues, enorme, sobre todo porque la situación económica es apremiante: alta inflación, déficit fiscal elevado, reservas en el Banco Central por el piso, economías regionales en crisis y recesión. Y un porcentaje de pobres que ronda el 30 por ciento. Ello sin olvidar el grave problema de la inseguridad -la principal preocupación de la gente- y, en particular, el crecimiento del narcotráfico.

En ese contexto, el aporte que pueda hacer la Iglesia para fomentar el diálogo y la búsqueda de consensos puede ser relevante. Como las exhortaciones en esa línea del mismísimo Papa Francisco, siempre preocupado por su país.

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