Posadas tiene su primer santuario diocesano dedicado a Nuestra Señora de Loreto

Posadas tiene su primer santuario diocesano dedicado a Nuestra Señora de Loreto

 La diócesis de Posadas vivió el domingo 10 diciembre una gran fiesta, al dejar constituido el primer santuario diocesano bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto. La misa fue presidida por el vicario general, monseñor Carlos Viera, quien llamó a ser “santuarios como lo fue María. Ella engendró la fe, lo hizo diciendo que sí”.

La diócesis de Posadas vivió el domingo 10 diciembre una gran fiesta, al dejar constituido el primer santuario diocesano bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto, madre del pueblo de las misiones. 

La celebración en Loreto, en la capital provincial de la Espiritualidad, tuvo lugar el día en que la diócesis celebró a la Virgen bajo esa advocación. 

La comenzó en la antigua capilla, ubicada en el medio de las reducciones, donde los pueblos originarios se reunían para las celebraciones religiosas y luego se realizó una solemne procesión hasta la capilla homónima en el centro de la localidad, donde se procedió con la celebración eucarística. 

La misa fue presidida por el vicario general de la diócesis de Posadas, monseñor Carlos Viera, y concelebrada por el párroco y rector del nuevo santuario, presbítero Alejandro Ferreira, los sacerdotes Javier krawczuk, Gervasio Silva, y el canciller de la diócesis y rector del seminario diocesano Santo Cura de Ars, presbítero Sebastián Escalante. 

Participaron de la celebración eucarística los seminaristas de la casa de formación sacerdotal y fieles procedentes de distintos puntos de la provincia de Misiones. 

“Hoy nos encontramos con mucha alegría en este lugar santo, y no nos tiene que llamar la atención que este santuario y muchos otros estén dedicados a la Virgen María. Pues ella fue un santuario. Ella en su cuerpo, y en su corazón engendró la fe. Es clave decir que el Jesús nace en el corazón del hombre porque primero ella dijo que sí”, destacó monseñor Viera en la homilía. 

“La fe nos va haciendo santuario a nosotros también porque en nuestros corazones va naciendo Cristo y nos va transformando, pero para que esto ocurra debemos primero abrir nuestros corazones y confiar en Dios”, sostuvo, y agregó: “María con su sí fue confiada, como también hoy el hombre confía en Dios. Y lo hace para que vayamos creciendo, ella confía como una madre protectora”. 

“María fue el santuario del hijo de Dios. María nos ayuda a hacer presentes a Dios en nuestras vidas, todos los días. Desde la pequeñez y las precariedades que todos tenemos y que también tenía ella, nos invita a confiar en Dios y así nos visita”, subrayó. 

El sacerdote afirmó que “la fe no es devoción, es convicción de lo cree y de lo que se espera. Nosotros debemos engendrar nuestra fe para dar testimonio. La fe es el fundamento y la realidad de lo que cree. Eso es engendrar la fe. La fe es ser testimonio todos los días”. 

“Preguntémonos hoy, ¿cómo está mí corazón? ¿tengo esperanzas? ¿creo? La respuesta es que la fe es una aventura, hermosa. Aventura en la que sabes por dónde empezar, pero no sabes cómo va a terminar. Que la fe nos ayude a fortalecer nuestra voluntad pero sobre todo para hacer la voluntad de Dios. Pidamos ser como María y engendrar en nuestro corazón el amor a Dios”, concluyó. 

Aniversario y Casa del Peregrino 

Con la constitución de este primer santuario diocesano se cierra un año en el que la diócesis celebró su 60 aniversario de erección canónica, haciendo memoria, pero sobre todo también siendo parte de la historia. 

La diócesis adelantó que próximamente también quedará habilitada la Casa del Peregrino, donde se podrán realizar retiros o momentos de descansos, e informó que todos los domingos, a las 10, se celebra la misa en el santuario.

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