Se sabe de la conflictiva relación del kirchnerismo con el nuevo papa Jorge Bergoglio, a quien, tanto la presidenta Cristina Fernández como su esposo y antecesor Néstor Kirchner, le hicieron varios desplantes, como no asistir a los Tedeum del 25 de mayo en la Catedral Metropolitana.
Ayer, cuando la noticia de que se había designado a un papa argentino estallaba en el mundo y sobre todo en las redes sociales, en su cuenta de twitter @CFKArgentina la presidenta hablaba de las bondades de la Universidad de Río Negro. Una hora más tarde publicó una carta formal en la que en su nombre, "del gobierno argentino y del pueblo de nuestro país" lo felicitó y le deseó que tenga "una fructífera tarea pastoral desempeñando tan grandes responsabilidades en pos de la justicia, la igualdad, la fraternidad y la paz de la humanidad".
Más tarde, en uno de sus acostumbrados actos políticos en Tec-nópolis y con silbidos de fondo de los aplaudidores K, le dedicó unas palabras y confirmó que viajará a Roma para la asunción.
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