Comentando el Evangelio que podemos llamar del perdón (Mt 18.21 a 35), el 17 de septiembre, Papa Francisco hizo una distinción importante entre el agravio y el ser humano, dijo que "el Evangelio nos ofrece una enseñanza sobre el perdón, que no niega el agravio sufrido, sino que reconoce que el ser humano, creado a imagen de Dios, es siempre más grande que el mal que comete”.
Después de referirse a la respuesta que Jesús le da a Pedro cuando pregunta: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?”, y que Jesús responde: “No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces”, es decir, siempre, Francisco recordó que en la oración del Padrenuestro, “Jesús puso en relación directa el perdón que le pedimos a Dios con el perdón que debemos conceder a nuestros hermanos”, “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mateo 6:12). Y afirmo que “el perdón de Dios es el signo de su abrumador amor por cada uno de nosotros; es el amor que nos deja libres de alejarnos, como el hijo pródigo, pero que espera nuestro regreso todos los días; es el amor emprendedor del pastor por la oveja perdida; es la ternura que recibe a cada pecador que llama a su puerta. El Padre Celestial, nuestro Padre, está lleno, lleno de amor y quiere ofrecérnoslo, pero no puede hacerlo si cerramos nuestro corazón al amor por los demás”
Comentá la nota