El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, aseguró que “el próximo año es posible” una eventual visita del Papa Francisco a la Argentina. Consultado sobre el tan esperado viaje, respondió: "Él tiene ganas de venir. No hay fecha ni agenda. Pero entiendo que para el próximo año es posible" aunque "lo definirá él".

Además, el prelado se refirió a "las grietas” políticas que “dejan heridas difíciles de cerrar" y reclamó no quedarse "en la chicana política preelectoral".

Durante una entrevista con el diario La Nación, Arancedo reclamó mirar "con horizontes superadores" más allá de la coyuntura electoral de cara a los comicios legislativos de octubre.

"No es fácil de definir el clima electoral. Uno lamenta las polarizaciones, las grietas, que dejan heridas difíciles de cerrar. Tiene que haber firmeza en lo que uno defiende, pero con respeto cívico. Hay que elevar el nivel de diálogo político y no quedarse enredados en chicanas y enfrentamientos, que lejos de acercarnos nos alejan", señaló.

"El país necesita dirigentes y estadistas que piensen la Argentina de acá a 20 o 30 años, con políticas de consenso", enfatizó.

De todas formas, Arancedo confió en que la conflictividad "se va a diluir" tras los comicios y pidió por el encuentro "de la clase dirigente", aunque aclaró que eso "no significa uniformidad, que todos piensen igual" porque "la diversidad enriquece".

El prelado, que en noviembre culminará su mandato al frente del episcopado argentino, se encontró tres veces con Francisco en Colombia, y contó que pudo tener un diálogo especialmente más cercano en el seminario de Medellín. Allí, según relató, dijo al Papa: "Vengo en nombre del pueblo argentino que te quiere, te espera y reza por vos”. El Papa le agradeció su presencia y le pidió que les diga de su parte a los obispos y a todo el pueblo cristiano: “Yo también estoy muy cerca de todos”.