“El Papa tiene una metodología que es no imponer una idea”

En su paso por Argentina, Caminos Religiosos entrevistó al cardenal congoleño Laurent Monsengwo Pasinya. Figura preponderante de la iglesia en África, Pasinya fue elegido por Francisco para integrar el Consejo de Cardenales que lo asesora en el gobierno y reforma de la Iglesia.    

Eminencia, ¿Cuáles son sus primeras impresiones en esta visita a la Argentina?

La primera impresión es la de un país grande, un país que ha trabajado y trabaja, que tiene ciertas cualidades que ha logrado respecto a otros países; por ejemplo en el campo de la medicina, todos los que no se sienten bien pueden ir con facilidad a hacerse revisar y curar, porque hay médicos que lo atienden [se refiere a las estaciones saludables que vio ubicadas en las calles de la ciudad de Buenos Aires, ndr]. Todo esto me parece formidable para un país. Hay pocos países que hacen esto porque hace falta estar siempre buscando un turno con un medico… no pueden ir enseguida al médico para hacerse revisar rápido. Es algo muy lindo la capacidad de acoger a los hermanos para que se curen y esto sería deseable en todos los países.

¿Y cómo ha sido su encuentro con los obispos argentinos?

El encuentro fue muy fraternal, hubo varios miembros que yo ya conocía de antes, por ejemplo al presidente de la Conferencia Episcopal, a quien conozco desde hace muchos años y lo encontré varias veces en Roma. La bienvenida fue muy fraternal y agradezco muchísimo para la oportunidad de poder hablarles. Luego del encuentro me invitaron a almorzar con ellos y ¡pude festejar mis 37 años de episcopado! Esta bienvenida que me han reservado ha sido un placer.

La situación religiosa en África es delicada y el Papa Francisco pidió que en este mes recemos por los cristianos perseguidos. ¿Cuál es el camino para una solución a esos conflictos religiosos?

La situación religiosa de África es muy distinta, no es igual en todas partes: es diferente la situación de África del Sur respecto a la de Nigeria o del Congo, etc. En los últimos tiempos en Congo, por la decisión del presidente Joseph Kabila de rechazar  dejar el poder y permitir las elecciones, llegamos a masacres terribles… pero la vida cristiana continúa en Congo.

A pesar de esta situación y de las dificultades, en el país nuestra vida religiosa continúa en una buena condición; por ejemplo en Kinshasa [la capital, ndr] hay 12 millones de habitantes y se calcula que en algunos años esta población llegará a 20-25 millones. Entre estos habitantes hay parroquias que son frecuentadas todos los días, no sólo los domingos, son comunidades vivas; tenemos un 60% de católicos a pesar de este momento.

Esperamos que esta situación pase pronto y esperamos también que con la ayuda de Dios podamos formar personas con mucho compromiso. En la arquidiócesis de Kinshasa hay 180 parroquias (el número más grande de parroquias de África también en comparación con Nigeria que tiene más habitantes), tenemos 600 misioneros, 260 curas diocesanos, 1300 religiosas…. A lado de estos datos hay también muchos problemas… problemas de formación, una presencia evangélica que ha sido mandada por los poderosos para frenar la acción misionera de la Iglesia Católica…el cristianismo no es solo un tema de números sino  también de testimonios; a pesar de muchos políticos católicos que no dan un buen ejemplo, hay personas que ayudan.

Como miembro del Consejo de Cardenales ¿Qué balance hace del trabajo realizado hasta ahora?

Sabemos que el Santo Padre tiene la voluntad de hacer la reforma de la Iglesia Católica en muchas cosas, por ejemplo desea que las personas que trabajan en la Curia romana sean modelos y personas que se comprometan para hacer la reforma. La primera reforma que hemos hecho con el Papa Francisco, es propiamente la de las finanzas que en conjunto con la reforma del IOR -Instituto para las Obras Religiosas-, han sido reestructuradas y funcionan. Entrar con plata aprovechándose del Vaticano para hacer un blanqueo de plata o para transferencias se ha convertido en algo muy difícil, todo está controlado.

En la reforma del clero hecha por el cardenal Beniamino Stella se han revisados los programas de la formación en los seminarios, de la formación espiritual o la revisión de los requisitos para el nombramiento de los directores de los seminarios.

Otra reforma es la de la Comisión de Justicia y Paz de la cual se ocupó el cardenal Turkson, que se orienta a la protección de la naturaleza y del medio ambiente, lo sustentable, hacia un desarrollo en respeto de la `Casa Común´; que la naturaleza sea bien protegida para que no se llegue a dañarla ya que es nuestra `Casa Común´ y puede poner en peligro a la población mundial.

Por otro lado ¿Cuáles son los desafíos que están enfrentando?

Ya hemos empezado otras reformas de diferentes dicasterios. Hay quien piensa que el Papa quiere llegar a una Iglesia mas simple, mas cerca de las personas, una iglesia donde no haya diferencias entre cardenales y curas sino una Iglesia donde la gente sea hermana, donde pueda vivir junta. Por ejemplo, el mismo Santo Padre vive en la casa Santa Marta en el Vaticano, comparte sus comidas, muestra una simplicidad de vida que quiere para toda la Iglesia.

Por otra parte el Papa hace estas reformas con la ayuda de los cardenales pero al mismo tiempo con la ayuda de congregaciones interesadas, en conjunto.  Por ejemplo, cuando se hacen propuestas al Santo Padre, él escucha y de manera discreta sugiere una dirección, y cuando efectivamente se termina esa propuesta, él se la envía a los dicasterios. Siempre se llega a una propuesta final consultando a los responsables.

El Papa tiene una metodología que es no imponer una idea o propuesta, sino trabajar con todos, con las mismas personas que tienen que vivir la reforma, y participan en su cambio. Llega así a resultados que no son descuidados. Evidentemente el Santo Padre sabe que una reforma se empieza desde el corazón, teniendo en cuenta al Espíritu, sin el cual no se puede llegar lejos. El hábito de rezar al comienzo de algo, todos juntos, es testimonio que el Papa pone lo espiritual en todo, hace entrar al Espíritu en las cosas y el discernimiento.

¡Es increíblemente lindo el discernimiento del Espíritu! El Santo Padre quiere conducir a la Iglesia hacia la solidaridad, no gobernando solo, sino con todos.

Finalmente, en distintas partes del mundo hay tensiones sociales, políticas, militares… ante esto, ¿Cuál es su mensaje para las personas que están pasando por estos momentos, especialmente los jóvenes?

Yo creo que los jóvenes son el futuro de cada país, del mundo, y son también el presente. Cada Domingo de Ramos se celebra la Jornada Mundial de la Juventud, donde por supuesto hay un mensaje del Santo Padre para ellos, un mensaje de esperanza. Hay una canción francesa que dice que “joven es el de 7 a 77 años”… se termina de ser joven a los 20 años si no hay esperanza, si no hay iniciativas. Entonces es necesario que el próximo Sínodo se dedique a los jóvenes, que sea un Sínodo donde los jóvenes puedan encontrar su lugar, donde puedan hablar y donde se den cuenta que son jóvenes y necesitan de las personas mayores para aprender de ellas a través de la experiencia de vida.

Esperamos que este Sínodo que se ha anunciado sea un sínodo de Espíritu, donde los jóvenes sean protagonistas para ayudar a la humanidad y estudiar los problemas de la globalización y de nuestra comunidad.

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