El Papa sobre “Amoris laetitia”: comentarios respetables, pero equivocados

El Papa sobre “Amoris laetitia”: comentarios respetables, pero equivocados

En el último número de la revista “La Civiltà Cattolica” se publica la conversación de Francisco con los jesuitas en Colombia: hay que leerla de principio a fin, la suya es una teología tomista

por IACOPO SCARAMUZZI

 

«Aprovecho esta pregunta para decir una cosa que creo que la debo decir en justicia y también por caridad…». El Papa Francisco afrontó las críticas a su exhortación apostólica sobre la familia, «Amoris laetitia», durante un encuentro reservado durante su viaje a Colombia (del 6 al 11 de septiembre). La transcripción de sus palabras será publicada en el próximo número de la revista “La Civiltà Cattolica”. Francisco, como en cada uno de sus viajes internacionales, se reunió con los jesuitas colombianos y, al final de una respuesta a una pregunta sobre lo que esperaba de la reflexión filosófica, Jorge Mario Bergoglio habló sobre «Amoris laetitia», un documento que, entre otras cosas, despertó las “dudas” de cuatro cardenales (ahora son solo dos, pues los otros fallecieron mientras tanto), en particular sobre el tema de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar. 

«Escucho muchos comentarios —respetables porque los dicen hijos de Dios, pero equivocados— sobre la Exhortación apostólica postsinodal. Para entender “Amoris Laetitia” hay que leerla de principio a fin. Empezar con el primer capítulo, continuar por el segundo… y así siguiendo… y reflexionar. Leer qué cosa se ha dicho en el Sínodo. Una segunda cosa: algunos sostienen que la moral que que está a la base de “Amoris Laetitia” no es una moral católica o, al menos, que no es una moral segura. Ante esto quiero reafirmar con claridad que la moral de “Amoris laetitiae” es tomista, la del gran Tomás. Pueden hablar de esto con un gran teólogo, entre los mejores de hoy y entre los más maduros, el cardenal Schönborn. Esto lo quiero decir para que ayuden a la gente que cree que la moral es pura casuística. Ayúdenlos a darse cuenta que el gran Tomás tiene una riqueza muy grande, capaz también hoy de inspirarnos. Pero de rodillas, siempre de rodillas…». 

 

La Teología y la Filosofía, acababa de decir el Papa, no deben ser «una reflexión de laboratorio. De hecho, hemos visto el daño que nos terminó haciendo la grande y brillante escolástica de santo Tomás, cuando fue decayendo, decayendo, decayendo… hasta convertirse en una escolástica de manual, sin vida, mera idea, que se tradujo en una propuesta pastoral casuística». 

 

Según el Papa Francisco, «Benedicto XVI hablaba de la verdad como encuentro, o sea, ya no una clasificación sino un camino. Siempre en diálogo con la realidad, porque no se puede hacer filosofía con la tabla de logaritmos, que, por otra parte, ya no se usa más. Y vale también para la teología, lo cual no quiere decir «bastardear» la teología, al contrario. La teología de Jesús era la cosa más real de todas, partía de la realidad y se elevaba hasta el Padre. Partía de una semillita, de una parábola, un hecho… y ahí explicaba». 

 

Francisco fue recibido con un canto y aplausos, según se lee en el texto publicado en línea por “La Civiltà Cattolica”. Se sentó y agradeció el encuentro. Riendo dijo —refiriéndose a la Compañía de Jesús— «me gusta encontrarme con “la secta”», provocando la hilaridad general. «Les agradezco lo que hacen en Colombia», dijo, y prosiguió: «Ayer tuve una alegría grande en Medellín: me encontré con Álvaro Restrepo, que fue Provincial en Argentina. Él, en Buenos Aires, venía al arzobispado con frecuencia a charlar… Es un gran hombre, de mucha bondad, mucha bondad. Bueno, yo estoy a disposición de ustedes. No quiero echar un discurso, así que si ustedes tienen alguna pregunta o algo que deseen saber, me lo dicen ahora, así va a ser mejor: ustedes me pinchan y me inspiran».  

 

Alguien del grupo pide la bendición, pero el Papa responde: «Al final, cuando dé la bendición final, los bendigo a todos». Francisco después respondió a algunas preguntas sobre el «pueblo de Dios»; sobre los jóvenes y sobre el sufrimiento del pueblo afro-colombiano. Y, para concluir, sobre « qué espera de la reflexión filosófica y teológica en un país como el nuestro y en la Iglesia en general».

Comentá la nota