Kim Davis, la empleada de un registro civil de Kentucky que estuvo una semana en la cárcel por no querer expedir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, se reunió con el papa Francisco durante la visita del Pontífice a los Estados Unidos.

La cita de Davis y su marido, Joe, con Francisco se produjo el jueves pasado, justo después del histórico discurso que el Pontífice pronunció en el Congreso en Washington. "El Papa me habló en inglés. No había intérprete. Francisco me dijo: 'Gracias por ser valiente'. Yo le contesté: 'Gracias, Santo Padre'", reveló Davis al sitio Inside The Vatican.

"Fue un momento extraordinario. 'Sé fuerte', me dijo Francisco. Después me dio un rosario y le dio uno a mi marido, Joe. Yo me puse a llorar, estaba muy emocionada", expresó Davis, quien se negó a permitir las uniones de matrimonio igualitario por motivos religiosos porque es cristiana, aunque no católica.

A pesar de no estar frente a la cabeza de su iglesia, Davis se sintió sobrecogida por el encuentro con el Papa. "Después me dijo que por favor rezara por él y yo le contesté: 'Por favor, rece usted por mí también, Santo Padre'. Y él me aseguró que lo haría", recordó la mujer.