El Papa: Quien tiene autoridad debe dar buen ejemplo y no ser vanidoso

El Papa: Quien tiene autoridad debe dar buen ejemplo y no ser vanidoso

Francisco durante el Ángelus: ejercer mal el liderazgo lleva a hostilidades y corrupción. Los líderes deben dejar “crecer” a los demás. No buscar “honor o supremacía” sino fraternidad y modestia

por DOMENICO AGASSO JR

 

Es una “ayuda” pero si se “ejerce mal se convierte en opresiva, no deja crecer a las personas y crea desconfianza, hostilidad” y “corrupción”. El Papa habla de la autoridad durante el Ángelus de esta mañana, 5 de noviembre de 2017. Francisco invita a quien la tiene a dar buen ejemplo y no ser vanidoso. Los cristiano son deben buscar “títulos de honor o de supremacía” sino fraternidad y “modestia”. 

 

Empieza explicando que el Evangelio de hoy –de Mateo-- está ambientado “en los últimos días de la vida de Jesús en Jerusalén; días cargados de expectativas y de tensiones. Por una parte Jesús dirige críticas severas a los escribas y los fariseos, y por otra, deja importantes entregas a los cristianos de todos los tiempos, por tanto también a nosotros”.  

 

Cristo dice “a la multitud: ’En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Ustedes hagan y cumplan lo que ellos digan. Esto para hacer entender que ellos tienen la autoridad para enseñar lo que es conforme a la ley de Dios. Sin embargo, inmediatamente después, Jesús añade: «pero no los imiten; porque dicen y no hacen. Para el Pontífice este un “defecto frecuente en quienes tienen una autoridad: exigir de los demás cosas, inclusive justas, pero que ellos no practican en primera persona”, llevando así una “doble vida”. Observa “Atan fardos pesados, difíciles de llevar, y se los cargan en la espalda a la gente, mientras ellos se niegan a moverlos con el dedo”.  

 

Este comportamiento es un “mal ejercicio de la autoridad, que nace del buen ejemplo, para ayudar a otros a practicar lo que es justo y debido, sosteniéndolos en las pruebas que se encuentran en el camino del bien”.  

 

La autoridad es “una ayuda, pero si se ejerce mal, se vuelve opresiva, no permite que la gente crezca y crea un clima de desconfianza y hostilidad” y también “la corrupción”.  

 

El Hijo de Dios “denuncia abiertamente algunos comportamientos negativos de los escribas y de los fariseos: “Les gusta ocupar los primeros puestos en las comidas y los primeros asientos en las sinagogas; que los salude la gente por la calle y los llamen maestros” y esta es una “tentación que corresponde a la soberbia humana y que no siempre es fácil vencer”.  

 

Después el Hijo del Señor aconseja a sus discípulos: “Ustedes no se hagan llamar maestros, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos […] Ni se llamen jefes, porque solo tienen un jefe que es el Mesías. El mayor de ustedes que se haga servidor de los demás”.  

 

El Obispo de Roma aclara: “Nosotros discípulos de Jesús no debemos buscar títulos de honor, de autoridad o supremacía porque entre nosotros debe haber una actitud fraternal”. Y añade: “Yo les digo que personalmente que me duele ver a personas que psicológicamente andan corriendo detrás de las honorificaciones”. Y subraya: “Todos somos hermanos y no debemos dominar a los demás de ninguna manera ni mirarlos de arriba a abajo”.  

 

Y si “hemos recibido cualidades del Padre celestial, las debemos poner al servicio de nuestros hermanos y no aprovecharnos para nuestra satisfacción personal”.  

No debemos considerarnos “superiores a los demás; la modestia es esencial para una existencia que quiere estar conforme a las enseñanzas de Jesús, que es manso y humilde de corazón”.  

 

Francisco invoca a la “Virgen María” para que “nos ayude con su intercesión maternal, a rehuir del orgullo y la vanidad, y a ser dóciles al amor que viene de Dios, para el servicio de nuestros hermanos y para su alegría, que también será la nuestra”.  

 

Después del Ángelus el Papa recuerda que “ayer, en Indore, India, fue proclamada Beata Regina Maria Vattalil, religiosa de la Congregación de las Hermanas Clarisas Franciscanas, asesinada por su fe cristiana en 1995. Sor Vattalil ha reconocido a Cristo en el amor y la clemencia, y se ha unido a la larga lista de mártires de nuestro tiempo. Que su sacrificio –espera-- siempre fe y paz, especialmente en la tierra india”. Después añade sin leer el texto escrito: “Era tan buena que la llamaban la ’monja de la sonrisa’”.  

 

Por último, “deseo un buen domingo a todos. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!” 

 

La Gendarmería vaticana informa que los feligreses presentes durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro han sido 40.000.  

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