El Papa pide para Cuba "libertad en la dingidad"

"La mayor riqueza de USA y de su gente está en su patrimonio espiritual y ético"

Por José Manuel Vidal

Primera audiencia pública delPapa Francisco tras su triunfal visita a Cuba y Estados Unidos y antes del comienzo del Sínodo. Y a Cuba y USA dedica su catequesis. Para dar gracias por la acogida a los presidentes de los dos países, Raúl Castro y Barcak Obama, y al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. Para la isla grande volvió a pedir "libertad en la dingidad" y para EEUU. que sigan siendo "tierra de libertad y de acogida"

Lectura del Evangelio de Juan: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros...En esto conocerán que sois mis discípulos"

Algunas frases del Papa

"La udiencia de hoy será en dos lugares: Aquí y en el aula Pablo VI, donde hay tantos enfermos, que siguen la audiencia a través de las pantallas, porque el tiempo no es muy bueno. Allí estarán mejor. Unámonos y saludémonos"

"Cuba, primera etapa de mi itinerario" 

"Mi reconocimiento al presidente Castro y al presidente Obama y al secretario general Ban Ki Moon por la acogida que me dispensaron"

"Gracias a los obispos"

"Misionero de la misericordia. Así me presenté en Cuba, tierra rica en belleza, misericordia y fe"

"La misericordia de Dios es mayor que cualquier ideología"

"Pude abrazar a todo el pueblo cubano, en patria y fuera, por encima de cualquier división"

"Fui peregrino al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre"

"Compartí con el pueblo cubano la esperanza de que, como decía Juan Pablo II, que Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba"

"Libertad en la dignidad"

"Un camino de responsabilidad y de servicio al prójimo"

"Un camino que saca fuerzas de las raíces cristianas"

"Que el Espíritu Santo haya crecer la semilla sembrada"

"De Cuba a Estados Unidos, un puente. Dios siempre quiere construir puentes. Somo snosotros los que edificamos muros, que siempre se hunden"

"La mayor riqueza de USA y de su gente está en su patrimonio espiritual y ético"

"Todos los hombres son creados iguales por Dios y dotados de inalienables derechos: vida, libertad y la persecución de la felicidad"

"Canonización de Junípero Serra, gran misionero de California, que muestra la vía de la alegría"

"Puede seguir siendo tierra de libertad y de acogida"

"En Nueva York, pude visitar la sede central de las Naciones Unidas"

"Necesidad de cuidar la creación, prevenir la violencia contra las minorías étnicas y religiosas y contra las poblaciones civiles"

"Enorme servicio que las comunidades católicas ofrecen"

"Culmen del viaje, encuentro de las familias en Fladelfia"

"La familia equilibra la dimensión personal y comunitaria"

"Es el sujeto protagonista de une ecología integral, porque es el sujeto social primario"

"Fraterno y caluroso gracias a monseñor Chaput, arzobispo de Filadelfia"

"Es providencial que el impulso haya venido de Estados Unidos, con el máximo desarrollo sin renegar de sus raíces religiosas"

Texto completo de la Catequesis del Papa traducido del original italiano

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La audiencia de hoy es en dos lugares: aquí en la plaza y también en el Aula Pablo VI, donde hay tantos enfermos que siguen la audiencia por la pantalla. Como el tiempo es un poco feo hemos elegido que ellos estén cubiertos y más tranquilos allá. Unámonos unos con otros y saludémoslos.

En los días pasados he realizado el viaje apostólico a Cuba y a los Estados Unidos de América. Esto nació de la voluntad de participar al Encuentro Mundial de las Familias, en programa desde hace tiempo en Filadelfia. Este "núcleo originario" se ha ampliado en una visita a los Estados Unidos de América y a la sede central de las Naciones Unidas, y después también a Cuba, que ha sido la primera etapa del itinerario. Expreso nuevamente mi reconocimiento al presidente Castro, al presidente Obama y al Secretario General Ban Ki-moon por la acogida. Agradezco de corazón a los hermanos Obispos y a todos los colaboradores por el gran trabajo realizado y por el amor a la Iglesia que lo ha animado.

"Misionero de la Misericordia": así me he presentado en Cuba, una tierra rica de belleza natural, de cultura y de fe. La misericordia de Dios es más grande que cada herida, cada conflicto, cada ideología; y con esta mirada de misericordia he podido abrazar todo el pueblo cubano en patria y fuera, más allá de cada división. Símbolo de esta unidad profunda del alma cubana es la Virgen de la Caridad del Cobre, que hace cien años ha sido proclamada Patrona de Cuba. Fui como peregrino al Santuario de esta Madre de esperanza, Madre que guía en el camino de justicia, paz, libertad y reconciliación.

He podido compartir con el pueblo cubano la esperanza del cumplirse la profecía de san Juan Pablo II: que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba. No más cierres, no más explotación de la pobreza, sino libertad en la dignidad. Este es el camino que hace vibrar el corazón de tantos jóvenes cubanos: no una vía de evasión, de ganancias fáciles, sino de responsabilidad, de servicio al prójimo, de cuidado de la fragilidad. Un camino que trae fuerza de las raíces cristianas de aquel pueblo que ha sufrido tanto. Un camino en el cual he animado en modo particular a los sacerdotes y todos los consagrados, los estudiantes y las familias. El Espíritu Santo, con la intercesión de María Santísima, haga crecer las semillas que hemos sembrado.

De Cuba a los Estados Unidos de América: ha sido un pasaje emblemático, un puente que gracias a Dios se está reconstruyendo. Dios siempre quiere construir puentes; ¡somos nosotros quienes construimos muros! Y los muros caen siempre.

En los Estados Unidos ha realizado tres etapas: Washington, Nueva York y Filadelfia.

En Washington he encontrado las Autoridades políticas, la gente común, los Obispos, los sacerdotes y consagrados, los más pobres y marginados. He recordado que la más grande riqueza de aquel país y de su gente está en el patrimonio espiritual y ético. Y así, he querido animar a llevar hacia adelante la construcción social en la fidelidad a su principio fundamental, que todos los hombres son creados por Dios iguales y dotados de derechos inalienables, como la vida, la libertad y el perseguir la felicidad. Estos valores, compartidos por todos, encuentran en el Evangelio su pleno cumplimiento, como lo ha evidenciado la canonización del padre Junípero Serra, franciscano, gran evangelizador de la California. San Junípero muestra el camino de la alegría: ir y compartir con los otros el amor de Cristo. Este es el camino del cristiano, y también de cada hombre que ha conocido el amor: no tenerlo para sí mismo sino compartirlo con los otros. Sobre esta base religiosa y moral han nacido y crecido los hijos de los Estados Unidos de América, y sobre esta base pueden continuar a ser tierra de libertad y de acogida y cooperar a un mundo más justo y fraterno.

En Nueva York he podido visitar la Sede central de la ONU y saludar el personal que allí trabaja. He tenido coloquios con el Secretario General y los Presidentes de las últimas Asambleas Generales y del Consejo de Seguridad. Hablando a los representantes de las Naciones, en las huellas de mis predecesores, he renovado el ánimo de la Iglesia Católica a aquella Institución y a su rol en la promoción del desarrollo y de la paz, llamando en particular la necesidad del compromiso armonioso y activo para el cuidado de lo creado. He reafirmado también la llamada a detener y prevenir las violencias en contra de las minorías étnicas y religiosas y en contra de las poblaciones civiles. 

Por la paz y la fraternidad hemos rezado en el memorial de la zona cero, junto a los representantes de las religiones, los familiares de tantos fallecidos y el pueblo de Nueva York, rico en variedad cultural. Y por la paz y la justicia he celebrado la Eucaristía en el Madison Square Garden.

Sea en Washington que a Nueva York he podido encontrar algunas realidades caritativas y educativas, emblemáticas del enorme servicio que las comunidades católicas -sacerdotes, religiosas, religiosos, laicos- ofrecen en estos campos.

Culmen del viaje ha sido el Encuentro de las Familias en Filadelfia, donde el horizonte se ha ampliado a todo el mundo, a través del "prisma", por así decir, de la familia. La familia, es decir la alianza fecunda entre el hombre y la mujer, es la respuesta al gran desafío de nuestro mundo, que es un desafío doble: la fragmentación y la masificación, dos extremos que conviven y se sostienen mutuamente, y juntos sostienen el modelo económico consumista. La familia es la respuesta porque es la célula de una sociedad que equilibra la dimensión personal y aquella comunitaria, y al mismo tiempo puede ser el modelo de una gestión sostenible de los bienes y de los recursos del creado. La familia es el sujeto protagonista de una ecología integral porque es el sujeto social primario, que contiene al interno los dos principios base de la civilización humana sobre la tierra: el principio de comunión y el principio de fecundidad. El humanismo bíblico nos presenta este ícono: la pareja humana, unida y fecunda, colocada por Dios en el jardín del mundo, para cultivarlo y cuidarlo.

Deseo dirigir un fraterno y caluroso agradecimiento a Mons. Chaput, Arzobispo de Filadelfia, por su empeño, su piedad, su entusiasmo y su gran amor a la familia en la organización de este evento. Mirando bien, no es una casualidad, sino providencialmente es que el mensaje, más bien, el testimonio del Encuentro Mundial de las Familias se haya llevado a cabo en este momento desde los Estados Unidos de América, es decir del país que en el siglo pasado ha alcanzado el máximo desarrollo económico y tecnológico sin renegar sus raíces religiosas. Ahora estas raíces piden: volver a partir de la familia para repensar y cambiar el modelo de desarrollo, para el bien de la entera familia humana. Gracias.

Texto del saludo del Papa en español

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy deseo compartir con ustedes el grato recuerdo de mi reciente viaje a Cuba y a los Estados Unidos de América, que culminó con el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia.

Llegué a Cuba como «Misionero de la Misericordia», y allí he experimentado la esperanza y la unidad de un pueblo que más allá de toda división y bajo la maternal mirada de la Virgen del Cobre, toma fuerza de sus raíces cristianas y afronta el futuro con un espíritu de servicio y responsabilidad. De allí pasé a los Estados Unidos de América, un paso que ha sido emblemático, gracias a Dios un puente se está reconstruyendo. En aquel País, he podido apreciar su gran patrimonio spiritual y ético, sobre el principio de que todos los hombres son iguales y dotados de derechos inalienables como la vida y la libertad. Estos principios son universales y encuentran en el Evangelio su máximo cumplimiento. Y estaban ya presentes en los trabajos de Evangelización que por aquellas tierras realizó el ahora santo Junípero Serra. 

En la Sede de la ONU he querido renovar el apoyo de la Iglesia católica a esta institución en la promoción de la paz, recordando también la importancia de frenar y prevenir toda clase de violencia contra las minorías étnicas y religiosas y contra la población civil. El viaje ha culminado con Encuentro de las Familias, que le ha dado una dimensión universal, pues la alianza entre el hombre y la mujer es la respuesta a los desafíos del mundo actual, siendo a su vez modelo de la gestión sostenible de la creación, sobre los principios comunión y fecundidad con que fue querida e instituida por Dios.

***

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Encomendemos a Dios los frutos de este viaje, y que el ejemplo de san Junípero Serra, nos haga a todos auténticos evangelizadores, que vayan por el mundo compartiendo con todos el amor de Cristo. Muchas gracias.

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