El Papa pide un alto el fuego en Siria

El Papa pide un alto el fuego en Siria

Durante la catequesis de la audiencia general, el Santo Padre asegura que las obras de misericordia son el mejor antídoto contra la indiferencia.

El papa Francisco ha subrayado y reiterado su cercanía por todas las víctimas del conflicto deshumano en Siria. Al finalizar la audiencia general de este miércoles, el Santo Padre ha expresado que con “un cierto sentido de urgencia” renueva  su llamamiento, implorando, “con todas mis fuerzas”, a los responsables, para que “se prevea un inmediato alto el fuego”, “se imponga y respete al menos por el tiempo necesario para consentir la evacuación de los civiles, sobre todo de los niños” que están todavía atrapados “bajo crueles bombardeos”.  

También ha recordado que este jueves, 13 de octubre, se celebra la Jornada internacional por la reducción de los desastres naturales, que este año propone el tema: “Reducir la mortalidad”. De hecho, ha señalado Francisco, “los desastres natural podrían ser evitados o al menos limitados” ya que sus efectos a menudo se deben a una falta del cuidado del ambiente por parte del hombre. Por tanto, el Santo Padre ha alentado a “unir los esfuerzos de forma amplia en la tutela de nuestra casa común, promoviendo una cultura de prevención” con la ayuda también de “los nuevos conocimientos, reduciendo los riesgos para las poblaciones más vulnerables”.

Por otro lado, durante la catequesis de la audiencia general de esta semana, el Pontífice ha reflexionado sobre la misericordia, centrando la meditación en “las obras corporales y espirituales”.

Así, en el resumen hecho en español, el Santo Padre ha recordado que en las catequesis anteriores se ha reflexionado sobre el misterio de la misericordia de Dios, “desde el actuar del Padre en el Antiguo Testamento hasta el de Jesús”, quien a través de las narraciones evangélicas, “se nos muestra, en sus palabras y en sus gestos, como la encarnación misma de la Misericordia”.

No es suficiente –ha advertido– haber experimentado la misericordia de Dios en nuestra vida, debemos ser su signo e instrumento a través de pequeños gestos concretos. “Estos tienen valor a los ojos del Señor, hasta el punto de ser el criterio sobre el que seremos juzgados”, ha precisado. Además, el Papa ha señalado que “la Iglesia ha llamado a estos pequeños gestos «obras de misericordia corporales y espirituales», que tocan las exigencias más importantes y esenciales de las personas”.

En esta línea, el Papa ha observado que en un mundo donde reina la indiferencia, “las obras de misericordia son el mejor antídoto contra ella”, porque “nos educan a estar atentos a las necesidades más elementales de nuestros «hermanos más pequeños» y vulnerables”. Finalmente ha anunciado que en las próximas catequesis “meditaremos sobre cada una de estas obras, que son el modo concreto de vivir la misericordia, y hacer nuestra fe viva y operosa con la caridad”.

A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica. Que el Espíritu Santo –ha pedido– encienda en nosotros el deseo de practicar las obras de misericordia, para que nuestros hermanos sientan presente a Jesús, que no los abandona en sus necesidades sino que se hace cercano y los abraza con ternura.

Después de los saludos en las distintas lenguas, el Papa ha saludado a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Recordando que este martes se celebró la memoria de san Juan XXIII, ha pedido a los jóvenes que invoquen siempre su “celeste intercesión” para imitar “la dulzura de su amor paterno”. Del mismo modo ha invitado a los enfermos a que le recen “en los momentos de la cruz y del sufrimiento” para “afrontar las dificultades con la misma mansedumbre”. Y finalmente ha exhortado a los recién casados a que aprendan de este santo “el arte de educar a los hijos con ternura y con el ejemplo”.

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