El Papa: no a la “pastoral de conservación” de “custodios de museos”

El Papa: no a la “pastoral de conservación” de “custodios de museos”

Francisco en Santa Marta: “Cuidado con aquellos que predican el Reino de Dios con la ilusión de no ensuciarse las manos”; hace falta tener la valentía de sembrar la semilla cristiana, no permanecer en la seguridad

por DOMENICO AGASSO JR

 

Para hacer crecer el Reino de Dios es necesario arrojar semillas cristianas. Para conseguirlo, los feligreses necesitan valentía, no una “pastoral de conservación” que busca solo seguridad. Lo dice el papa Francisco en la Misa celebrada en la Casa de Santa Marta esta mañana, 31 de octubre de 2017. El Pontífice advierte: “Cuidado con aquellos que predican el Reino de Dios” sin ”ensuciarse las manos”.  

 

Jorge Mario Bergoglio –según recoge Radio Vaticana-- basa la homilía del Evangelio del día, de San Lucas, en la que Cristo compara el Reino del Señor con una semilla de mostaza y levadura: el Obispo de Roma observa que ambos elementos son pequeños, sí, pero “tienen dentro una fuerza” que crece. Y así es el Reino de Dios: su fuerza proviene del interior. 

 

San Pablo en la Carta a los Romanos, propuesta durante la Primera Lectura de hoy, evidencia las tensiones de la vida: son dolores, angustias y sufrimientos que sin embargo “no son comparables a la gloria que nos espera”. Se afronta continuamente “una tensión entre sufrimiento y gloria”. Y en las tensiones de la existencia hay “una ardiente expectativa” por una “revelación grandiosa del Reino de Dios”.  

 

Es una expectativa también de la Creación, que no puede huir de la caducidad “como nosotros”, y se extiende “hacia la revelación de los hijos de Dios”. Esta es la fuerza que se tiene dentro y que “nos lleva con esperanza hacia la plenitud del Reino de Dios”; es la energía del Espíritu Santo.  

 

Y es “la esperanza la que nos da la plenitud –explicó–, la esperanza de salir de nuestra cárcel, de nuestras limitaciones, de nuestra esclavitud, de la corrupción y llegar a la gloria. El camino hacia la plenitud es un camino de esperanza, y la esperanza es un regalo del Espíritu. Es justamente el Espíritu Santo el que, dentro de nosotros, nos proporciona algo grandioso: la liberación, la gran alegría. Y por eso que el Hijo de Dios afirma: “Del interior de una semilla de mostaza, de ese grano pequeño, surge una fuerza que genera un crecimiento inimaginable”.  

 

Subraya el Papa Bergoglio: “Dentro de nosotros y en la creación hay una fuerza, está el Espíritu Santo”, el cual “nos da la esperanza”. 

 

El Papa ilustra el significado de vivir con esperanza: permitir que “estas fuerzas del Espíritu nos ayuden a crecer” hacia la plenitud que espera a cada ser humano en la gloria eterna. Pero al igual que la levadura debe ser mezclada y la semilla de mostaza tirada, porque si no esa fuerza permanece allí encerrada y no se expande, así es para el Reino de Dios, que aumenta “desde dentro” y “no por proselitismo”, advierte el Pontífice.  

 

El Reino del Señor “crece desde dentro, con la fuerza del Espíritu Santo. Y la Iglesia ha tenido siempre la valentía de tomar y tirar, de tomar y mezclar, también ha tenido el miedo de hacerlo. Y muchas veces vemos que se prefiere una pastoral de conservación en vez de dejar que crezca el Reino de Dios. Para que el Reino crezca se necesita valentía, la valentía de dejar que crezca el grano y de mezclar la levadura”. 

 

Francisco reconoce que si se planta la semilla, se pierde, y si se mezcla la levadura, “me ensucio las manos” porque “siempre hay alguna pérdida cuando se siembra en el Reino de Dios”. Pero “cuidado con aquellos que predican el Reino de Dios con la intención de no ensuciarse las manos”, exclama. Estas personas “son custodios de museos: prefieren las cosas bellas antes que el gesto de sembrar y mezclar para que la fuerza crezca”. Es el mensaje de “Jesús y de Pablo: esa tensión que va de la esclavitud del pecado a la plenitud de la gloria”. Y “la esperanza es la que va adelante, la esperanza no decepciona. A veces la esperanza puede parecer pequeña, como también parece pequeño el grano del que surge un gran árbol o la levadura que hace crecer. Es la virtud más humilde” pero donde está la esperanza, está el Espíritu Santo, que siempre lleva ante el Reino de Dios. 

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