El Papa ordenó a tres nuevos obispos y les pidió más servicio y menos mundanidad

El Papa ordenó a tres nuevos obispos y les pidió más servicio y menos mundanidad

“Fueron elegidos entre hombres y para los hombres, no para los negocios, no para la mundanidad ni para la política”, recordó el papa Francisco a los tres nuevos obispos a los que confirió la ordenación episcopal, en la tarde del 19 de marzo, solemnidad de San José, en la basílica de San Pedro. “Episcopado”, en efecto, es el nombre de un servicio, no de un honor, subrayó el pontífice. 

“Fueron elegidos entre hombres y para los hombres, no para los negocios, ni para la mundanidad ni para la política”, recordó el papa Francisco a los tres nuevos obispos a los que confirió la ordenación episcopal, en la tarde del 19 de marzo, solemnidad de San José, en la basílica de San Pedro. 

Los tres presbíteros que fueron ordenados por el Santo Padre, elevándolos a la dignidad de arzobispos son: monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, del clero de la diócesis de Pelplin, (Polonia), elegido arzobispo titular de Maarstricht y nombrado nuncio apostólico en Nicaragua; monseñor Alfred Xuereb del clero de la diócesis de Gozo (Malta) elegido arzobispo titular de Amantea y nombrado nuncio apostólico en Corea y Mongolia; y monseñor José Avelino Bettencourt del clero de la arquidiócesis de Ottawa (Canadá) elegido arzobispo titular de Cittanova y nuncio apostólico en Georgia y Armenia. 

“Nos hará bien reflexionar atentamente a qué alta responsabilidad eclesial son promovidos estos hermanos nuestros, comenzó diciendo el pontífice en la homilía. “Nuestro Señor Jesucristo enviado por el Padre para redimir a los hombres mandó a su vez al mundo a los doce apóstoles, para que llenos del poder del Espíritu Santo anunciaran el Evangelio a todos los pueblos y, reuniéndolos bajo un único pastor, los santificaran y los guiaran a la salvación”.

“En cuanto a ustedes, hermanos queridos, elegidos por el Señor, piensen que han sido elegidos entre los hombres y para los hombres, han sido constituidos en las cosas que se refieren a Dios. No para otras cosas. No para los negocios, no para la mundanidad, no para la política. «Episcopado», en efecto, es el nombre de un servicio, no de un honor. Porque al obispo le compete más servir que dominar, según el mandamiento del Maestro: «el mayor entre ustedes se ha de hacer como el menor, y el que gobierna, como el que sirve». Huyan de la tentación de convertirse en príncipes”. 

“Amen con amor de padre y de hermano a todos los que Dios les confía. Ante todo, a los presbíteros y a los diáconos, sus colaboradores en el ministerio. Cercanía a los presbíteros, por favor: que puedan encontrar el obispo el mismo día o máximo al día siguiente en que los buscan. Cercanía a los sacerdotes. Pero también cercanía a los pobres, a los indefensos y a cuantos tienen necesidad de acogida y de ayuda. Exhorten a los fieles a cooperar en el compromiso apostólico y escúchenlos de buen grado”. 

“Presten viva atención a cuantos no pertenecen al único rebaño de Cristo, porque ellos también les han sido confiados en el Señor. Recuerden que en la Iglesia católica, reunida en el vínculo de la caridad, están unidos al Colegio de los obispos y deben llevar en ustedes la solicitud por todas las Iglesias, socorriendo generosamente a las más necesitadas de ayuda”. 

“Y velen: velen con amor por todo el rebaño donde el Espíritu Santo los pone para guiar a la Iglesia de Dios. Y esto háganlo en el nombre del Padre, de quien hacen presente la imagen; en el nombre de Jesucristo, su Hijo, por quien han sido constituidos maestros, sacerdotes y pastores. Y en el nombre del Espíritu Santo que da vida a la Iglesia y con su poder sostiene nuestra debilidad”.

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