El Papa: no al “masoquismo espiritual” de los que no tienen esperanza

El Papa: no al “masoquismo espiritual” de los que no tienen esperanza

Vuelven a comenzar las Misas en Santa Marta. Francisco recordó que la Cruz no puede ser considerada sin Cristo como hacen los que viven en la angustia, ni hay que pensar en Cristo sin la Cruz, volviéndolo solo «maestro del espíritu»

por DOMENICO AGASSO JR.

 

La Cruz de Jesús es un misterio de amor. Pero todo el conjunto, no solo una de las dos partes. Lo recordó el Papa Francisco al retomar hoy por la mañana las Misas en la Capilla de la Casa Santa Marta, después de la pausa veraniega. En la fiesta de la Exaltación de la Cruz, el Pontífice advirtió sobre dos tentaciones espirituales: por una parte, pensar en un Dios sin crucifijo, por lo tanto solo «maestro del espíritu», y, por otra, en el símbolo cristiano sin Cristo, es decir vivir sin esperanza en una especie de «masoquismo» espiritual. 

 

Según informó la Radio Vaticana, el obispo de Roma subrayó en su homilía que no siempre es fácil comprender el sentido de la Cruz: «Solo con la contemplación se va adelante en este misterio de amor». 

 

El Hijo de Dios, cuando lo quiere explicar a Nicodemo, como dice el Evangelio de hoy, usa dos verbos: «subir» y «bajar». Afirmó el Papa: Cristo «bajó del Cielo para llevarnos a todos nosotros a subir al Cielo. Este —insistió—es el misterio e la cruz». En la Primera Lectura de hoy, para tratar de explicarlo san Pablo subraya que Jesús «se humilló a sí mismo», obediente hasta la tremenda muerte en la Cruz. Es esta, exclamó el Pontífice, «esta es la bajada de Jesús: hasta el fondo, hasta la humillación, se vació a sí mismo por amor, y por ello Dios lo exaltó e hizo que subiera. Solamente si nosotros logramos entender esta bajada hasta el final podemos comprender la salvación que nos ofrece este misterio de amor». 

 

Pero no es sencillo, porque existen algunas tentaciones particulares: la de considerar una mitad sin la otra. Se trata de la «ilusión de un Cristo sin Cruzo o de una Cruz sin Cristo». La primera vuelve a Jesús solo «maestro espiritual, un Cristo sin Cruz que no es el Señor: es un maestro, nada más. Sí, Jesús, qué bueno el maestro, pero… sin Cruz. Jesús». La otra es «la Cruz sin Cristo, la angustia de permanecer abajo, abajados, con el peso del pecado, sin esperanza». El Papa la definió como una «especie de “masoquismo” espiritual. Solamente la Cruz, pero sin esperanza, sin Cristo». 

 

Pero la Cruz sin Cristo sería «un misterio de tragedia». Y exclamó: «Pero la Cruz es un misterio de amor, la Cruz es fiel, la Cruz es noble». 

 

El Pontífice exhortó a tomarse «algunos minutos» para preguntarse: «¿el Cristo crucificado para mí es misterio de amor? ¿Yo sigo a Jesús sin Cruz, a un maestro espiritual que llena de consuelo, de buenos consejos? ¿Sigo a la Cruz sin Jesús, siempre quejándome, con este “masoquismo” del espíritu? ¿Me dejo llevar por este misterio del abajamiento, vaciamiento total y elevación del Señor?». 

 

Para concluir, el Papa expresó el deseo de que el Señor «nos dé la gracia no digo de comprender, sino de entrar» en este misterio de amor, «después con el corazón, con la mente, con el cuerpo, con todo, comprenderemos algo». 

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