El Papa a los luteranos: “No corramos con ímpetu, sino caminemos juntos”

El Papa a los luteranos: “No corramos con ímpetu, sino caminemos juntos”

Audiencia al Comité Nacional alemán de la Federación Luterana Mundial. E presidente Ulrich: vemos «con atención y esperanza» el debate sobre la posibilidad de admitir a la comunión a los cónyuges protestantes de fieles católicos

Católicos y luteranos deben «proseguir» en sus relaciones recíprocas «no con el ímpetu de correr hacia adelante para ganar metas deseadas, sino caminando juntos con paciencia, bajo la mirada de Dios», porque «ningún diálogo ecuménico puede avanzar si permanecemos quietos». Este es el paso que según el Papa Francisco se debe mantener, según dijo al recibir a una delegación de luteranos de Alemania hoy por la mañana en el Palacio Apostólico. También fue la oportunidad para que los invitados del Papa confiaran que observan con «atención y gran esperanza» el debate que se está llevando a cabo en la Iglesia católica alemana sobre la posibilidad de admitir a la comunión a los cónyuges protestantes de fieles católicos. 

  

«Apoyémonos los unos a los otros en el camino, incluso sacando adelante el diálogo teológico», dijo el Papa. «Ningún diálogo ecuménico puede avanzar si permanecemos quietos. Caminar. Debemos proseguir: no con el ímpetu de correr hacia adelante para ganar metas deseadas, sino caminando juntos con paciencia, bajo la mirada de Dios. Algunos temas –prosiguió el Papa– (pienso en la Iglesia, en la Eucaristía y en el ministerio eclesial, merecen reflexiones puntuales y bien compartidas. El ecumenismo exige también no ser elitista, sino involucrar lo más posible a muchos hermanos y hermanas en la fe, creciendo como comunidad de discípulos que rezan, aman y anuncian. Con esta base el diálogo ecuménico nos ayudará a progresar, bajo la guía del Espíritu Santo, en la comprensión común de la revelación divina, que se profundiza conociendo y amando juntos al Señor Jesucristo, porque –continuó Francisco citando la Carta de Pablo a los Colosenses– “está en Él que habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad” y “ha agradado a Dios… que mediante Él… sean reconciliadas todas las cosas”». 

  

Francisco subrayó la conmemoración común de la reforma luterana del año pasado «El 31 de octubre de 2016 nos encontramos en Lund para caracterizar en espíritu de comunión lo que, por las heridas del pasado, habría podido, por el contrario, suscitar polémicas y hastío», recordó Jorge Mario Bergoglio. «Agradecidos a Dios, hemos podido constatar que los quinientos años de historia (a veces muy dolorosa) que nos han visto enfrentados y a menudo en conflicto, han dejado espacio, en los últimos cincuenta años a una comunión que crece. Gracias a la obra del Espíritu, a los encuentros fraternales, a gestos que siguen la lógica del Evangelio más que las estrategias humanas, además del diálogo oficial luterano-católico, ha sido posible superar viejos prejuicios de ambas partes. Con la ayuda de Dios, deseamos un porvenir tendido hacia la superación plena de las divergencias». 

  

La conmemoración común de la Reforma, dijo Francisco, «nos ha confirmado que el Ecumenismo seguirá marcando nuestro camino. Se está convirtiendo cada vez más en una necesidad y un deseo, como demuestran las diferentes oraciones en común y muchos encuentros ecuménicos que se llevaron a cabo el año pasado en el mundo. No nos acordemos que hay que empezar por la oración, para que no sean solamente proyectos humanos los que indiquen el camino, sino el Espíritu Santo: solamente Él abre la vía e ilumina los pasos que hay que dar. El Espíritu de amor no puede sino llevarnos por los senderos de la caridad». 

  

Como cristianos, católicos y luteranos, «estamos llamados antes que nada a amarnos “intensamente, verdaderamente con el corazón, los unos a los otros”, porque hemos sido “regenerados mediante la palabra de Dios viva y eterna”», dijo el Papa citando la primera carta de Pedro. «Pero también estamos llamados a aliviar juntos las miserias de los necesitados y de los perseguidos. Los sufrimientos de muchos hermanos oprimidos debido a la fe en Jesús también son una invitación grave a alcanzar una cada vez más visible y concreta unidad entre nosotros: el ecumenismo de la sangre». 

  

Francisco concluyó su discurso con el deseo de que el Señor acompañe a los católicos y a los luteranos, «para que nuestro ser cristianos esté más centrado en Él y sea más valiente en la misión; para que el cuidado pastoral se enriquezca de servicio y, en sus diferentes dimensiones, esté más teñido de espíritu ecuménico». Antes de despedirse, invitó a los luteranos alemanes a que rezaran con él el Padre Nuestro. 

  

La delegación del Comité Nacional Alemán de la Federación luterana, según se indicó en Alemania, se reunirá en estos días con el Prefecto del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch, y con el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el futuro cardenal Luis Ladaria. 

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