El Papa y Kiril: el primer e histórico encuentro será en Cuba

El Papa y Kiril: el primer e histórico encuentro será en Cuba

El abrazo entre el Pontífice y el Patriarca de Moscú se llevará a cabo en la capital cubana, antes del viaje de Bergoglio que comienza la próxima semana: lo anunciaron contemporáneamente el Vaticano y el Patriarcado ruso

Por ANDREA TORNIELLI - CIUDAD DEL VATICANO

El próximo viaje de Papa Francisco a México se tiñe de ecumenismo. Se acaba de anunciar que el Pontífice se reunirá en La Habana, Cuba, con el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kiril, antes de dirigirse a la Ciudad de México. Nunca se ha verificado un encuentro entre un obispo de Roma y un obispo de la que es llamada la «tercera Roma», después de la sede de los sucesores de Pedro y Andrés, es decir Constantinopla. Durante una conferencia de prensa, el padre Federico Lombardi, portavoz vaticano, indicó que el próximo 12 de febrero Papa Francisco partirá antes de Roma para dirigirse a Cuba,  antes de llegar a la Ciudad de México. Llegará a La Habana a las 14 hora local.

«La Santa Sede y el patriarcado de Moscú tienen se encontrarán el próximo 12 de febrero, el encuentro se realizará en Cuba, donde el Papá hará escala antes de su viaje sa México y donde el Patriarca estará en visita oficial». Este encuentro histórico, explicó el padre Lombardi, concluirá con la firma de una declaración común.

El 30 de noviembre de 2014, durante el vuelo de regreso de Estambul, en donde participó, aceptando la invitación del Patriarca ecuménico Bartolomé, en las solemnes celebraciones por la fiesta de San Andrés, Francisco respondió a la pregunta del corresponsal en Roma de la agencia Tass Alexey Bukalov sobre la posibilidad de un encuentro con Kiril: «Yo se lo he hecho saber —respondió Bergoglio— y él también está de acuerdo; existe la voluntad de encontrarnos. Le dije: ‘Yo voy a donde me digas. Tú me hablas, y yo voy’. Y él también tiene la misma voluntad». «Los dos queremos encontrarnos —continuó—, y queremos seguir adelante».

El ecumenismo es una prioridad para Francisco, que en varias ocasiones ha hablado sobre la importancia del «ecumenismo de la sangre», que sufren los los cristianos perseguidos de diferentes confesiones: «Nuestros mártires nos están gritando: ‘¡Ya somos uno! Ya tenemos unidad, en el espíritu y también en la sangre’», explicó el Pontífice. Francisco también dijo que consideraba superada la vía del «uniatismo»: «Las Iglesias católicas orientales tienen derecho a existir, es cierto. Pero el uniatismo es una palabra de otra época. Hoy ya no se puede hablar así. Hay que encontrar un camino». Uno de los temas siempre «polémicos» en las relaciones entre los católicos y los ortodoxos rusos es justamente el del uniatismo en Ucrania, país en el que, además de los católicos de rito oriental que han vuelto a la comunión con Roma y a la Iglesia ortodoxa que depende de Moscú, existen otras dos Iglesias ortodoxas nacionales autocéfalas.

Hace pocos días, en una entrevista publicada en «Inside the Vatican», el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, después de haber comentado la importancia de la presencia de Francisco en la ciudad sueca de Lund (para la conmemoración con los luteranos del 500 aniversario de la Reforma, en octubre de este año), dijo con respecto a un posible encuentro con el Patriarca ruso: «Ahora ya no está en rojo el semáforo, sino en amarillo». Algo se estaba moviendo.

Kiril había programado un viaje a Cuba, justamente en los mismos días en los que Francisco estará en México (del 12 al 17 de febrero). Lo invitó personalmente el presidente Raúl Castro durante una visita a Moscú (mayo del año pasado). El anuncio de hoy confirma que el proyecto ha ido madurando lentamente, con todas las reservas, y que la posibilidad del histórico encuentro siempre ha estado presente, tras bambalinas, en la preparación del viaje a México.

Desde hace muchos años se habla sobre la posibilidad de que el Papa de Roma y el Patriarca de Moscú se encuentren. Uno de los sueños que no pudo realizar Juan Pablo II fue un viaje a Moscú. A pesar de las aperturas ecuménicas de Papa Wojtyla, quien en la encíclica «Ut unum sint» se dijo dispuesto a discutir las formas para ejercer el primado de Pedro, muchas puertas se habían quedado cerradas. No hay que olvidar que para los ortodoxos rusos el origen polaco del Pontífice era una especie de obstáculo: entre los rusos y los polacos las relaciones nunca han sido buenas a lo largo de la historia, y el Obispo de Roma, originario de Wadowice, era descrito como un «conquistador» católico. Además, la decisión de Juan Pablo II de fundar verdaderas diócesis católicas en Rusia aumentó las tensiones en la relación.

Con la elección del teólogo Benedicto XVI, la hipótesis comenzó a tener mayores posibilidades, pero tampoco se hizo realidad. Mientras tanto, después de la muerte de Alejo II, llegó Kiril a la cátedra moscovita. El Patriarca ruso tiene jurisdicción sobre dos terceras partes de los doscientos millones de ortodoxos en el mundo.

El abrazo entre Kiril y Papa Francisco en La Habana es un nuevo e importante paso hacia el «deshielo», y tendrá consecuencias positivas no solo en las relaciones entre el catolicismo y la ortodoxia, sino también para la paz en el mundo.

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