El Papa junto a los pobres: almorzó con 1.500 indigentes y pidió escuchar su grito

El Papa junto a los pobres: almorzó con 1.500 indigentes y pidió escuchar su grito

Francisco exhortó a escuchar el grito de los pobres sofocado por “el estruendo de unos pocos ricos” en una misa celebrada en San Pedro y después almorzó con 1.500 indigentes.

 

El papa Francisco exhortó este domingo a escuchar el grito de los pobres sofocado por "el estruendo de unos pocos ricos" en una misa celebrada en San Pedro y después almorzó en el aula Pablo VI con 1.500 indigentes a quienes regaló una jornada especial.

El Pontífice argentino aseguró que la atención a los pobres no puede ser "la moda de un pontificado", pero en estos cinco años Francisco se ha volcado en atender a los más desfavorecidos.

El almuerzo en el Salón Paulo VI. El menú fue lasaña, pollo con puré de papas y tiramisú, y se entregó una bolsa con paquetes de pasta a quienes participaron en el almuerzo (EFE).

NEWSLETTERS CLARÍNQué pasó hoy | Te contamos las noticias más importantes del día, y que pasará mañana cuando te levantesDE LUNES A VIERNES POR LA TARDE.

Recibir

El año pasado Francisco instituyó la Jornada Mundial de los Pobres para la Iglesia católica y en su segunda edición, el Papa celebró de nuevo una misa en la basílica de San Pedro, donde en las primeras filas se sentaron 6.000 sin techo, indigentes e inmigrantes.

En su homilía, Francisco afirmó que el grito de los pobres es "cada día más fuerte, pero sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos pero más ricos".

Sacudió las conciencias al recordar la imagen de "los pocos epulones que banquetean con lo que en justicia corresponde a todos" porque, destacó el pontífice, "la injusticia es la raíz perversa de la pobreza".

Una vista del salón con los 1.500 invitados en la segunda Jornada Mundial de los Pobres, instituida por Francisco en el 2017 (REUTERS).

Pero además hizo referencia al aborto al pedir escuchar "el grito ahogado de los niños que no pueden venir a la luz" y a las guerras y "a los chicos acostumbrados al estruendo de las bombas en lugar del alegre alboroto de los juegos".

El Pontífice recordó "el grito de los ancianos descartados y abandonados" y el de los inmigrantes, "quienes deben huir, dejando la casa y la tierra sin la certeza de un lugar de llegada" o "de poblaciones enteras, privadas también de los enormes recursos naturales de que disponen".

Mirá tambiénEl papa Francisco quiere más mujeres en puestos de responsabilidad de la Iglesia católica

A los fieles les dijo que es Dios quien pide que "lo reconozcamos en el que tiene hambre y sed, en el extranjero y despojado de su dignidad, en el enfermo y el encarcelado".

E insistió en que "el cristiano no puede estar con los brazos cruzados, indiferente, fatalista" ante el sufrimiento del prójimo.

A los fieles les dijo que es Dios quien pide que "lo reconozcamos en el que tiene hambre y sed, en el extranjero y despojado de su dignidad, en el enfermo y el encarcelado" (REUTERS).

"Miremos lo que sucede en cada una de nuestras jornadas: entre tantas cosas, ¿hacemos algo gratuito, alguna cosa para los que no tienen cómo corresponder?", interrogó Francisco durante su homilía.

El Pontífice argentino concluyó pidiendo al Señor que enseñe a "dejar lo que pasa, a alentar al que tenemos a nuestro lado, a dar gratuitamente a quien está necesitado".

Porque para Francisco, la ayuda al prójimo "no es una opción sociológica, no es la moda de un pontificado, es una exigencia teológica. Es reconocerse mendigos de salvación, hermanos y hermanas de todos, pero especialmente de los pobres, los preferidos del Señor".

El menú fue ofrecido por el hotel Rome Cavalieri-Hilton Italia y la asociación Ente Morale Tabor (REUTERS).

"Despiértanos, Señor, de la calma ociosa, de la tranquila quietud de nuestros puertos seguros. Desátanos de los amarres de la autorreferencialidad que lastran la vida, libéranos de la búsqueda de nuestros éxitos. Enséñanos a saber dejar, para orientar nuestra vida en la misma dirección de la tuya: hacia Dios y hacia el prójimo", exhortó.

Mirá tambiénEl papa Francisco: “los chismosos y chismosas son terroristas”

Posteriormente desde la ventana del palacio apostólico, Francisco recordó su almuerzo con 1.500 indigentes y que estas comidas con los más necesitados se repetirán hoy en muchas parroquias y asociaciones de todo el mundo.

Deseó que estas iniciativas "sean una señal de esperanza y un estímulo para convertirse en instrumentos de misericordia en el tejido social".

Francisco afirmó que el grito de los pobres es "cada día más fuerte, pero sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos pero más ricos" (EFE).

Y esta iniciativa convirtió la enorme sala de las audiencias papales diseñada por el arquitecto italiano Pier Luigi Nervi en un inusual comedor social, con mesas circulares, alrededor de una central oval donde se sentó el pontífice.

Francisco entró en el aula y agradeció a quienes donaron el almuerzo y a los 70 voluntarios que lo sirvieron y después se sentó en la mesa con 18 mujeres y hombres elegidos entre los desfavorecidos de la capital italiana.

El papa Francisco conversa con un paciente durante su visita sorpresa al ambulatorio que ha instalado el Vaticano para atender a personas vulnerables y sin recursos, en la Plaza de San Pedro (Vaticano) (EFE).

El menú fue ofrecido por el hotel Rome Cavalieri-Hilton Italia y la asociación Ente Morale Tabor y consistía en lasaña, pollo con puré de papas y tiramisú, y se entregó una bolsa con paquetes de pasta a quienes participaron en el almuerzo.

Mientras en la plaza de San Pedro, en otra de las iniciativas del Papa, sigue instalado el ambulatorio temporal que en esta semana ha atendido a cientos de personas vulnerables y sin recursos.

Comentá la nota