El Papa invitó al padre Raúl Troncoso a una audiencia privada en el Vaticano

El Papa invitó al padre Raúl Troncoso a una audiencia privada en el Vaticano

Raúl Troncoso es una de las personas más importantes de la ciudad. La misma comunidad lo posicionó como uno de sus dirigentes desde hace varios años. Su don de bien y el permanente trabajo solidario realizado desde la Iglesia Matriz le permitieron transformarse en un referente para toda la clase política en su más amplio espectro.

En el venidero mes de septiembre volverá a reunirse con su amigo Jorge Mario Bergoglio, proclamado desde hace dos años como papa Francisco, cuya misión de fe que viene llevando a cabo produjo una revolución cristiana.

Conocido por su humildad, su preocupación por los pobres, marginados y sufrientes de distinta extracción y su compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos, Francisco mostró una variedad de gestos pastorales indicativos de sencillez, entre los que se incluyen su decisión de residir en la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de la residencia papal usada por sus antecesores desde 1903.

Al poco tiempo de su elección, en el año 2013 la revista Time lo consideró una de las cien personas más influyentes, incluyéndolo en el grupo de los “líderes”, y meses más tarde lo nombró “persona del año”.

Con ese hombre volverá a estar Troncoso, quien recibió a El Eco de Tandil en su oficina para hablar del viaje programado y de otras cuestiones que suceden en Tandil que lo mantienen preocupado y ocupado.

El párroco contó que “aproveché el viaje a Roma del obispo y le mandé una carta a Francisco donde le decía que tenía ganas de verlo, porque los dos tenemos casi la misma edad y uno se iba a ir antes que otro. Yo estoy seguro de que me voy al cielo, pero él no sé (risas). Me contaron que se puso a reír”.

En cuanto a la respuesta que recibió, mencionó que “no pensé que fuera tan rápido, yo le escribí en abril y la respuesta fue el 29 de ese mes. El obsipo me dijo ‘o te habla por teléfono o te escribe’. No sé si llamó, pero acá tengo las dos notas que recibí de la gente que lo rodea con la correspondiente invitación a una audiencia privada para el sábado 12 de septiembre a las 11”. También dijo que “estaré alrededor de dos semanas porque tengo sacerdotes muy amigos, incluso de la diócesis de Olavarría que están estudiando”.

Troncoso señaló que “viajaré acompañado de personas que ayudaron mucho de la Dirección General de Ferrocarriles, donde hemos hecho convenios para utilizar algunos de los lugares que están desocupados, tanto para celebraciones religiosas como para algunos maestros que gratuitamente recorren el campo para quienes no tienen posibilidades de llegar a la escuela. En total seremos nueve personas las que viajaremos”.

Sobre el viaje que se avecina, el sacerdote sostuvo que “lo espero con mucha alegría y esperanza, con ganas de charlar con él, que siempre es un aliciente mutuo. Además de las cuestiones de la ciudad, también hablaremos de la vida de la Iglesia que a Francisco le interesa y le volveré a recordar que su vocación la descubrió en Don Bosco”.

Amistad

La amistad entre Troncoso y el papa Francisco comenzó hace mucho. El padre Raúl expresó que “surgió hace años en los encuentros que hacíamos en Cura Brochero (Córdoba), a los que íbamos siempre. Ahí comenzamos a vincularnos un grupo de sacerdotes que estábamos cercanos que se denominaba ‘formadores’. Teníamos, en ese entonces, tres meses de preparación a los sacerdotes en la parte humana y espiritual. Me tocó ser director espiritual de esos cursos donde acudían sacerdotes de todo el país. Después fui recorriendo y predicando en las distintas diócesis de todo el país, situación que me permitió ir relacionándome. Con el papa Francisco siempre tuvimos un fluido intercambio porque nos interesaba la vida sacerdotal”.

Luego mencionó que “el trabajo del Papa no cambió en lo más mínimo, pasa que antes no era visto lo que hacía. Siempre tuvo una opción clara por los que más necesitan, preocupación por los sacerdotes, por la familia y la situación del país. Es un hombre que te interpreta y a la vez te interpela, tengo una comunicación muy linda y sencilla”.

Historia de vida

Troncoso hizo un breve resumen de su vida. “Nací el 15 de agosto de 1937, pero me anotaron el 8 de septiembre. Vengo de una familia pobre, mis padres eran trabajadores y mis abuelos italianos. Desde muy chico, la familia trabajaba y preparábamos la comida para cuando llegaban. Cuando uno se cría en ese mundo, te marca y fue para mí una vida feliz. Mi familia no era cristiana pero mis abuelos un poco le impusieron a mis padres que me dieran libertad para hacer lo que quería”, dijo.

Acotó luego que “comencé a ir a la catequesis, después ingresé a la Acción Católica y con el tiempo me dijeron si quería ser sacerdote. Pregunté para qué servía y la respuesta fue para hacer el bien, eso me quedó en la cabeza para toda la vida. Más tarde entré al seminario, hice la filosofía y posteriormente un sacerdote amigo me comenzó a llevar a los barrios. Ahí aprendí muchas cosas”.

Sobre la época de la dictadura, expresó que “fue duro, mi posición fue ésta es mi parroquia, e hice lo que tenía que hacer como sacerdote. Sufrí bastante pero no tengo resentimientos, el resentimiento te mata la vida. Dios y la Virgen me dieron las fuerzas de seguir para adelante”.

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“Creo en las autoridades, pero también

es importante la labor de las ONGs”

Troncoso es un ferviente trabajador social en una ciudad que ha crecido mucho y que presenta una problemática que merece, en algunos casos, especial atención. Sobre la actual situación social en Tandil, mencionó que “no es fácil, ni acá, ni en el país. Creo que hay que formar personas, educándolas y compartiendo con ellos lo que parece que hay que hacer, y hacerlo. No es cuestión de tantos proyectos. El que hacemos es un trabajo que uno se inspira cuando va viendo la respuesta que se obtiene”.

En cuanto a las carencias que presenta la comunidad, dijo que “son varias, no le saco méritos a lo que se está haciendo, pero los barrios están bravos. La droga, la falta de responsabilidad, hay maestros que sufren mucho porque se los ataca, podría enumerar muchas cosas. Tenemos que acompañar a quienes lo van necesitando a que no se desanimen, porque no hay mal que dure mil años”.

Aseveró que “esta situación me tiene preocupado y ocupado porque hay mucha juventud vinculada con la droga y hechos delictivos. Muchas cosas se dicen pero no se hacen, por eso es importante tomar conciencia. Creo mucho en lo que pueden hacer las autoridades, pero también creo en la labor de las ONGs (Organizaciones No Gubernamentales). Cuando llegué a Tandil había cuatro organizaciones, hoy hay cerca de cuatrocientas. Está la Mesa Solidaria en donde estamos casi todos, participando en la medida de las posibilidades. Las ONGs han salvado muchas de las situaciones de la vida de la ciudad”. u

“La obra más importante que tenemos es Cáritas, que hicimos muchas cosas porque las vimos”

Al pedirle al sacerdote una reflexión de cómo observa la política local, mencionó que “los obispos señalaron las cosas positivas y negativas, que cada uno en su responsabilidad vaya asumiendo el documento. Por ahí pasa, me parece que no se puede señalizar personas”.

En cuanto a la consideración que le tienen aquellos políticos que al llegar a Tandil se toman un tiempo para visitarlo, sentenció que “debe ser por la cantidad de años que estoy en la ciudad, llevo más de veinte. Por otro lado, uno aglutina personas para trabajar juntos. La obra más importante que tenemos es Cáritas, que hicimos muchas cosas porque las vimos. Cuando se comienza y la obra se hace, te cambia la vida y todos se van dando cuenta de que algo se puede hacer”.

En medio de la gente que lo visita y colabora, dijo que “lamenté mucho el fallecimiento del ‘Vasco’ Gómez, junto a él y varias personas se reunían en la Iglesia todas las semanas e impulsaban distintas obras. En la actualidad va cambiando y asumen otros, pero la ayuda siempre la tenemos”.

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