El papa Francisco en primera línea por refugiados y emigrantes

Inicia desde el 1 de enero a funcionar el Dicasterio para el servicio del Desarrollo humano integral por iniciativa del Pontífice.

Por ARY WALDIR RAMOS DÍAZ

El 1 de enero de 2017 comenzó su andadura el nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, abierto por el Papa Francisco aconsejado por el C9, el grupo de cardenales que le ayudan en la reforma de la Curia Romana.

María, José y el niño Jesús fueron perseguidos, prófugos y emigrantes reiteró el Papa en varios de sus mensajes de Navidad mirando hacia el pesebre y en ellos ha señalado el rostro de miles y miles de familias desplazadas en nuestros tiempos.

Así, el Pontífice ha querido estar en primera línea en la sección dedicada a los migrantes y refugiados de este nuevo Dicasterio – comparable a un súper ministerio de desarrollo social – ante la grave crisis migratoria global que detona en los conflictos en Oriente Medio y África, zonas donde se concentra la persecución de cristianos, particularmente en Iraq, Siria, Libia y Nigeria, entre otros.

La sección será guiada a tempus directamente por el Papa, que el 14 de diciembre pasado ha nombrado a sus directos colaboradores en esta misión: el jesuita Michael Czerny, asesor del Pontificio Consejo para la Justicia y de la Paz, y el escalabrino padre Fabio Baggio, profesor en la Pontificia Universidad Urbaniana.

En este contexto, Francisco ha dispuesto que este Dicasterio “ayudará a la Iglesia a promover, con creciente eficacia, ‘los inconmensurables bienes de la justicia, la paz y la protección de la creación y de la solicitud hacia los emigrantes”.

El nuevo ente estará dirigido por el cardenal ghanés, Peter Turkson, antes prefecto del Pontificio Consejo para la justicia y la paz.

Una atención pastoral de papa Bergoglio y la Iglesia Universal dirigida hacía “los necesitados, los enfermos y los excluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura”.

La reforma de la Curia en acto agrupa en este súper ministerio, Servicio del Desarrollo Humano Integral, los anteriores dicasterios vaticanos: Justicia y Paz, Cor Unum, emigrantes e itinerantes.

El inicio de la labores del Dicasterio armoniza con el Mensaje del Papa para la celebración de la 50ª Jornada Mundial de la Paz que se celebra desde el pontificado de Pablo VI cada 1 de enero. El tema elegido por el Papa latinoamericano para este año 2017: «La no violencia: un estilo de política para la paz»

Un tema que se vuelve agenda del nuevo ente vaticano comprometido en “la construcción de la paz mediante la no violencia activa”.

La no violencia, elemento que es “necesario y coherente del continuo esfuerzo de la Iglesia para limitar el uso de la fuerza por medio de las normas morales, a través de su participación en las instituciones internacionales y gracias también a la aportación competente de tantos cristianos en la elaboración de normativas a todos los niveles”.

La Iglesia Católica acompañará todo tentativo de construcción de la paz también con la no violencia activa y creativa.

El miedo al terrorismo fundamentalista es una amenaza para la propuesta del Pontífice que pone bajo tiro también la solidaridad con los migrantes desesperados que llegan a Europa en chalupas o presas de traficantes sin escrúpulos. Por ello, la vía de la no violencia es la que Francisco propone según el modelo cristiano que ha inspirado grandes hombres y mujeres de la historia reciente.

“Tenemos ejemplos de personas que han recorrido este camino: Gandhi, M.L. King, Leymah Gbowee. Se puede a pesar de la dificultad”, comentó el cardenal Turkson sobre el mensaje del Papa a los periodistas en la Oficina de Prensa del Vaticano el pasado 12 de diciembre 2016.

“La no violencia es una camino posible, no es una idea abstracta sino es algo que puede suceder. A veces es la única solución a todas las experiencias de violencia que pasan a nuestro alrededor”, reiteró Turkson.

En el “Motu propio” del pasado 17 de agosto de 2016 y publicado el 31 de agostos siguiente, Francisco dispone que el nuevo Dicasterio, inicie su labor ad experimentum. Pero de ordena “que entre en vigor de manera firme y estable, no obstante cualquier disposición contraria”.

Así, quedan abrogados los artículos 142-153 de la Constitución apostólica Pastor Bonus (1988) de Juan Pablo II en que estaban inscritos los viejos Dicasterios apenas disueltos en este último.

Comentá la nota