Rezar y trabajar juntos por la paz”, este es el compromiso que todas las religiones están llamadas a promover para buscar de reconstruir “la armonía en muchas zonas del mundo laceradas por la guerra” y por el “terrorismo”.

Lo escribe el papa Francisco en una carta enviada al venerable Koei Morikawa, sumo sacerdote de la denominación budista tendai, con ocasión del 30º encuentro de oración por la paz abierto el jueves 3 de agosto en el monte Hiei, en Kioto en Japón.

 

 

Es un llamado a “relaciones justas” y “solidad fraterna”. El Pontífice envío en misión al cardenal John Tong Hon, obispo emérito de Hong Kong, quien entregó y leyó la carta.

El purpurado es también jefe de la delegación de la Santa Sede de la que forman parte el arzobispo Joseph Chennot, nuncio apostólico en Japón, el obispo Miguel Ángel Ayuso Guixot y monseñor Indunil Janakaratne Kodithuwakku Kankanamalage, respectivamente secretario y subsecretario del Pontificio consejo para el diálogo interreligioso.

En el mundo actual “marcado por la violencia, por el terrorismo y por el aumento de amenazas a la tierra, nuestra casa común”, el “testimonio de oración y de solidaridad compartida “trasmite un mensaje fundamental para los hombres y las mujeres de buena voluntad”.

El Pontífice manifestó que nada es imposible para la fe en Dios y en la oración continua para que llegue la paz plena. Así como lo hizo el 20 de septiembre de 2016 en el encuentro de Asís con motivo del encuentro interreligioso para la paz. San Juan Pablo II inauguró hace más de 30 años esta histórica jornada de oración en octubre de 1986.

Un grupo de budistas, como narra Radio Vaticana, ha sido inspirado por el evento. Por eso, ellos ha replicado la iniciativa en Japón. Un año después del primer encuentro en Asís.