El Papa en Colombia; todos los elementos prioritarios para una gran agenda nacional

El Papa en Colombia; todos los elementos prioritarios para una gran agenda nacional

Entrevista con Manuel Rodríguez Becerra, ex ministro del Ambiente colombiano, profesor universitario y ambientalista; « los Papas anteriores también estuvieron muy pendientes sobre el tema de la guerra, y en Colombia la Iglesia ha jugado un papel importante y muy positivo, sin duda, en el proceso de paz»

Por PABLO LOMBÓ

¿Cómo se está viviendo la inminente llegada del Papa a Colombia? 

 

Hay una expectativa muy grande, porque Colombia es uno de los países más católicos de América Latina, aunque cada vez menos practicante, y de todas maneras las Iglesias cristianas diferentes de la católica han crecido en los últimos veinte años, que es un fenómeno nuevo en Colombia. Esta expectativa tiene que ver con que mucha gente espera que con la venida del Papa se modere la polarización política que hay en Colombia en relación con la paz; que de alguna manera sirva para crear un clima de mayor entendimiento y de mayor comprensión entre todas las partes que están enfrentadas.  

 

Sobre todo después de que ganara el frente del «no» al acuerdo de paz en el referéndum de 2016… 

 

Lo más importante que ha ocurrido en Colombia en las últimas décadas es que las FARC, el principal grupo guerrillero, hayan dejado las armas, pero lo más paradójico es que el gobierno que logró esto sea uno de los gobiernos más impopulares en la historia de Colombia, y eso tiene mucho que ver con cómo se manejo el proceso de paz. Infortunadamente quedó la idea entre quienes triunfaron con el «no» a la paz de que el gobierno los engañó, haciendo una nueva negociación con las FARC sin tener mucho en consideración la visión del grupo del «no». En lo personal yo voté por el «sí» a la paz, pero creo que el gobierno no manejó bien esa derrota tan fuerte que sufrió con el proceso de paz. Y eso ha tenido como consecuencia que el país se haya paralizado más, por lo que hay una polarización política muy grande, con miras a la campaña presidencial. Es triste que se haya dado esa polarización frente a un hecho histórico tan importante como la entrega de armas, y por ello, insisto, hay mucha expectativa de que la venida del Papa pueda moderar esas polarizaciones y crear un clima más positivo.  

 

Francisco y la diplomacia vaticana fueron también en cierta medida protagonistas del proceso de negociación. 

 

Este Papa estuvo muy pendiente de los diálogos y de las negociaciones, pero en general también los Papas anteriores siempre hicieron manifestaciones condenando la guerra que había en Colombia y condenando las masacres cuando estas tenían lugar. Los Papas anteriores también estuvieron muy pendientes sobre el tema de la guerra, y en Colombia la Iglesia ha jugado un papel importante y muy positivo, sin duda, en el proceso de paz y en algunas regiones del país que son muy violentas, de moderación y muchas veces también de resistencia civil frente a la guerra. Aunque, paradójicamente, una de las guerrillas, que es el ELN, que no ha hecho la paz, fue liderado en su momento por unos sacerdotes españoles. Existen todavía estas situaciones de guerra del pasado. Se inicia un proceso de negociación con el ELN, pero es muy lento y seguramente pasará al próximo gobierno.  

 

¿Hay alguna relación entre el proceso de paz y el deterioro ambiental en el país? 

 

Con la paz y con el post-conflicto parece acelerarse la destrucción ambiental, por ejemplo en la región amazónica, donde ha aumentado de forma muy preocupante la tasa de deforestación. Sin embargo, Colombia tiene una gran oportunidad, a partir de su gran riqueza natural, de generar un tipo de desarrollo que tome esta riqueza natural como uno de sus fundamentos y que disminuya la destrucción ambiental. 

 

¿Qué la parece la encíclica «Laudato si’» de Francisco? 

 

Realmente es una encíclica extraordinariamente rica, tajante en sus diagnósticos y denuncias. Reconozco que es, sin duda, el documento sobre el desarrollo sostenible más importante que haya hecho un líder político o religioso en los últimos años. Además tiene una incidencia muy positiva, porque constituye un granito en la historia de la concepción de desarrollo sostenible, según la cual se han de respetar los límites que impone la naturaleza y, simultáneamente, erradicar la pobreza, la injusticia, crear una sociedad más inclusiva. Son todos temas importantes para Colombia, y por ello la encíclica del Papa es muy fuerte, así como su idea de cambios o ajustes al modelo de desarrollo. El texto del Papa tiene todos los contenidos prioritarios de la gran agenda colombiana, que no solamente es el sistema socio-ambiental, sino también todo el tema que tiene que ver con la relación entre deterioro ambiental, pobreza y miseria y la necesidad de detener ese deterioro como uno de los fundamentos para construir la paz. No hay que olvidar que los más pobres de Colombia viven en zonas muy vulnerables ambientalmente, en zonas que no son urbanizables.  

 

¿Podría dar un ejemplo concreto de la relación entre el deterioro ambiental y la injusticia social en Colombia? 

 

Hay una ciudad a la que va a ir el Papa, que es Cartagena, que simboliza la opulencia (hoy en día está en el momento de mayor prosperidad económica de su historia), pero también es una ciudad en la que nunca había habido tanta injusticia social ni tanta destrucción ambiental, y las víctimas son los más pobres. Por ejemplo, en un sitio que se llama la Sierra de la Virgen, vive la gente en zonas tremendamente vulnerables desde el punto de vista ambiental en unas condiciones de miseria y pobreza inconcebibles, por lo que son víctimas de las marejadas, inundaciones y otras calamidades. Y también en Cartagena se concentra una buena parte de desplazados de la guerra, que vive en la pobreza.  

 

¿Y ejemplos concretos de la relación entre la explotación de recursos naturales y la pobreza? 

 

Colombia es uno de los países con mayores conflictos socio-ambientales del mundo, por lo que existe un movimiento muy fuerte en contra de la minería y del petróleo hoy en día, que tiene mucho que ver con la historia de regiones colombianas y de toda América Latina en las que ha habido grandes explotaciones que han dejado pobreza, miseria y muchas veces destrucción ambiental. Hay una resistencia muy fuerte, muchas comunidades están en contra de la minería, y el temor es que se dañen sus fuentes de agua y que este tipo de explotaciones no les traiga ningún beneficio económico, sino que, por el contrario, se deteriore su calidad de vida, como, de hecho, las evidencias en Colombia, Perú o Ecuador, por citar algunos países, demuestran.  

 

¿Cuál ha sido el papel de la Iglesia en la defensa del medio ambiente? 

 

Sobre todo en la región del Pacífico colombiano, una zona tropical muy densa, en donde hay una enorme pobreza, pero simultáneamente es muy rica en diversidad biológica y en oro, y en la que todavía están el ELN y grupos paramilitares, si no fuera por la Iglesia la situación estaría mucho peor; la Iglesia ha tenido una posición muy valerosa defendiendo los intereses de las comunidades afro-colombianas e indígenas y claramente mediando en todo el conflicto y buscando que las mineras no sigan haciendo verdaderos desastres. Un papel absolutamente central en esa región.  

 

¿Han surgido iniciativas a partir de la «Laudato si’» en el país? 

 

Cuando salió la encíclica del Papa hubo iniciativas en la Universidad católica de los jesuitas, en donde el rector nos invitó a mí y a otros ambientalistas para que los asesoráramos y ver cómo se podía expresar la encíclica en sus programas de investigación. Y hubo un seminario internacional en esa universidad, mirando la encíclica desde todos los ángulos, económicos, sociales, culturales… Así que la visita del Papa puede ser muy positiva en todas las dimensiones del desarrollo y para recordarle varias cosas a este país, de una injusticia social tremenda (porque muchas de las elites colombianas siguen siendo muy irresponsables); entonces, que alguien con la autoridad del Papa vuelva sobre el tema de la pobreza en Colombia, vuelva sobre el tema de la necesidad de fortalecer y robustecer el proceso de reconciliación con los procesos de paz, que vuelva sobre el tema de proteger el medio ambiente, pues creo que es muy positivo, porque la figura del Papa no solo entre los católicos, por su gran carisma, cuenta también con enorme simpatía en la opinión pública. 

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