El Papa en Colombia evitará toda instrumentalización política

El Papa en Colombia evitará toda instrumentalización política

Perspectivas de la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia en voz del colombiano de más alto rango en la Curia Romana, José Octavio Ruíz Arenas

por ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ

 

El Papa no va a Colombia a bendecir el acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla. Ni pretende avalar a una facción política. Su visita mira más allá. Quiere impulsar a un pueblo atormentado por más de 50 años de conflicto, invitarlo a dar el primer paso hacia una verdadera reconciliación. Un proceso que lejos está de haber terminado y que, en realidad, apenas comienza. En entrevista con el Vatican Insider José Octavio Ruíz Arenas, secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, trazó algunas perspectivas de sobre la gira de Francisco por el país sudamericano, prevista del 6 al 11 de septiembre.  

 

¿Cómo se prepara Colombia para la visita del Papa? 

 

Sin duda alguna existe una expectativa grandísima, no sólo porque es el tercer Papa que nos visita sino por las situaciones que se están viviendo en relación con la guerrilla, el narcotráfico y la corrupción, que se ha ido descubriendo con escándalos terribles. La palabra del Papa va a animar un ambiente favorable a la esperanza de construir una patria mejor, de lograr una reconciliación y una paz verdaderas. Sabemos que se firmó un tratado de paz con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), pero este es solo un documento político en el que se inicia un proceso. El anhelo profundo en el corazón de todos los colombianos es por la reconciliación, pero esto no se logrará si entre todos no buscamos la erradicación de las causas que han llevado a la violencia y a una situación tan dura como la que se vivió durante 50 años o más. Debemos acabar con la mala distribución de los bienes, con tanta corrupción, erradicar el narcotráfico, hacer todo lo posible para que haya una mayor solidaridad y una mayor conciencia de la dignidad humana. 

 

La agenda del Papa es amplia, con visitas a cuatro ciudades, ¿qué se puede esperar?  

 

Sin duda es un viaje muy temático. La primera etapa en Bogotá tendrá un momento institucional y el gran encuentro con el pueblo de Dios, para reafirmar la dignidad de la vida humana y el respeto a ella. Luego, en Villavicencio, el Papa nos dirá que si queremos una reconciliación verdadera entre nosotros debemos iniciar por una reconciliación con la naturaleza. Villavicencio es la puerta del Llano, de la Orinoquia y de la Amazonía, allí nos va a decir que, si nos respetamos los bienes naturales, vamos a una destrucción. Luego el Papa va a encontrar a víctimas y victimarios. Villavicencio es la capital del Meta, uno de los departamentos donde hubo más violencia: Secuestros, extorsiones, muertos. En ese momento, encontrándose y viendo la necesidad de perdón, de reconciliación, abrazados por el Papa, ellos podrán tener esa esperanza de un cambio. Allí también se dará la beatificación de dos sacerdotes, un obispo y un párroco (Jesús Jaramillo y Pedro María Ramírez) que cayeron con el fruto de esa violencia política.  

 

¿Y el resto de la agenda? 

 

En Medellín se dará la cita con la realidad católica: sacerdotes, religiosos, seminaristas y grupos apostólicos. Es una región con un florecimiento importante de vocaciones, sacerdotes de allí no sólo han ayudado en Colombia, sino que han ido como misioneros a diversas partes del mundo. Finalmente, en Cartagena está previsto el gran encuentro con los pobres. El Papa visitará uno de los barrios más difíciles del país y rendirá honor a San Pedro Claver, “el siervo de los esclavos”, quien dignificó a los que perdieron todo, sobre todo su libertad y su dignidad humana. 

 

Francisco llegará después de un proceso de negociación entre el gobierno y la guerrilla que fue muy tortuoso y cuestionado, ¿con qué se encontrará? 

 

El Papa no va a ratificar, como tal, la firma del tratado con las FARC. Él va a impulsar la esperanza de que logremos la paz, nos va a reafirmar en la fe y en ese compromiso de que la paz es un don de Dios pero debemos construirlo con justicia, igualdad y solidaridad. Cada uno de nosotros debemos poner de nuestra parte. Él no va apoyar a los del sí o a los del no, va a encontrar al pueblo colombiano para decirle: “ustedes son cristianos, tienen que seguir a Cristo, él es el príncipe de la paz y sólo con él podemos lograrla”. 

 

¿Existe alguna posibilidad de que el Papa tenga algún acercamiento con los guerrilleros de las FARC o del ELN (Ejército de Liberación Nacional)? 

 

No, por el programa que nos han pasado no se tiene prevista ninguna reunión de este tipo, precisamente para evitar una polarización. Ellos, los excombatientes, estarán seguramente en alguno de los actos, pero no habrá una palabra especial para ellos o un encuentro personal. Habría que atender a tantísima otra gente también, por ejemplo, a las víctimas que son la parte fundamental dentro de todo este conflicto, a quienes hay que ayudar porque muchos de ellos están en situaciones terribles. 

 

¿Qué puede pasar después del momento de algarabía temporal por la visita del Papa? 

 

Lo importante es ver cuál será el mensaje del Papa y cómo ponerlo en práctica. Creo que ha habido una preparación espiritual muy grande en los últimos tres meses en Colombia. Esto permite que, habiendo reflexionado sobre los grandes valores que surgen del evangelio, luego se puedan retomar todos los discursos y homilías del santo padre, organizarlas y que la Iglesia continúe llevando adelante una concientización sobre la necesidad de poner en práctica este mensaje, no simplemente guardarlo como un lindo recuerdo de su visita. Muchas veces se dice: “Lástima que los mensajes de Pablo VI y de Juan Pablo II cayeron en el olvido”. Es posible, en sus viajes estábamos en una situación muy difícil. Ahora existen unas circunstancias distintas, hay tal expectativa de paz que es posible dar ese paso hacia la reconciliación, absolutamente necesario y que requiere la colaboración de todos.  

 

¿Cuán difícil es la reconciliación? 

 

En la reconciliación lo difícil es el perdón, pero es allí donde uno ve la grandeza de las víctimas. Oyendo algunos testimonios uno llega a la conclusión que eso de “perdonar lo imperdonable” solamente es fruto de la fe, de un coraje enorme por tratar de olvidar y salir adelante. 

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