El Papa: la clausura no encoge el corazón, lo ensancha por el dolor del mundo

El Papa: la clausura no encoge el corazón, lo ensancha por el dolor del mundo

Francisco encuentra a las monjas de clausura: “Que la intercesión por los necesitados sea la característica de vuestra plegaria. Y cuando sea posible ayudenlos, no solo con la oración, sino también con algún servicio concreto”. “¡Cuánto necesitamos de la unidad en la Iglesia!”

“Al verlas a ustedes aquí, me viene un mal pensamiento: que aprovecharon para salir del convento un rato y dar un paseíto”. El papa Francisco bromea con las 500 monjas de clausura peruanas que lo reciben en el histórico santuario de Lima dedicado al Señor de los Milagros, una pintura del siglo XVII salvada del devastador seísmo de 1655 y de otros terremotos posteriores, convertido desde entonces en objeto de devoción de la comunidad católica de Perú.  

  

Francisco ha hablado del “gozo de sabernos hijos”, una experiencia “que sustenta nuestras vidas, la cual quiere ser siempre una respuesta agradecida a ese amor”. Y ha recordado que la oración contemplativa es siempre misionera: “La oración misionera es la que logra unirse a los hermanos en las variadas circunstancias en que se encuentran y rezar para que no les falte el amor y la esperanza...Es saber estar al lado del sufrimiento de tantos hermanos”.  

  

Así, añade Bergoglio, “vuestra vida en clausura logra tener un alcance misionero y universal y «un papel fundamental en la vida de la Iglesia». Rezan e interceden por muchos hermanos y hermanas presos, emigrantes, refugiados y perseguidos; por tantas familias heridas, por las personas en paro, por los pobres, por los enfermos, por las víctimas de dependencias, por no citar más que algunas situaciones que son cada día más urgentes. Ustedes son como aquellos amigos que llevaron al paralítico ante el Señor, para que lo sanara”.  

  

“Por eso mismo –explica el Papa-- podemos afirmar que la vida de clausura no encierra ni encoge el corazón sino que lo ensancha por el trato con el Señor y lo hace capaz de sentir de un modo nuevo el dolor, el sufrimiento, la frustración, la desventura de tantos hermanos que son víctimas en esta «cultura del descarte» de nuestro tiempo. Que la intercesión por los necesitados sea la característica de vuestra plegaria. Y cuando sea posible ayudenlos, no solo con la oración, sino también con algún servicio concreto”.  

  

El Papa ha invitado a las religiosas a suplicar por la unidad: “¡Cuánto necesitamos de la unidad en la Iglesia! ¡Hoy y siempre! Unidos en la fe. Unidos por la esperanza. Unidos por la caridad...les pido, por favor, que recen mucho por la unidad de esta amada Iglesia peruana”.  

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