La Universidad Católica Argentina (UCA) advirtió sobre un aumento “exponencial” de la venta de drogas en los barrios y consideró que el país es de tránsito, fabricación y consumo de estupefacientes. 

Precisó que los hogares en las regiones urbanas de mayor concentración de población (Área Metropolitana de Buenos Aires y Pampeana) y también en las que conforman el norte del país (NEA y NOA) son “los que presentan niveles más altos de registro de venta de drogas ilegales en su barrio”. 

Al respecto, el Padre Néstor Dos Santos, párroco de San Luis Rey, quien recibe padres, familiares y conocidos de personas adictas a las drogas, dialogó con Radio Uno y El Comercial.

“La realidad que describe es la que vivimos en la ciudad de Formosa porque prácticamente en todos los barrios droga es una realidad que está instalada. No es solo un tema, y a veces en los medios de comunicación se reduce a un tema y corremos el riesgo de intelectualizar la realidad y nos quedamos en las ideas. La droga es una realidad que está afectando a la franja adolescente, juvenil, joven, es muy patente en los barrios, sobre todo en los estratos sociales más humilde”, sostuvo el Padre.

“Acá en nuestra parroquia no estamos exentos de esta realidad. Hace seis años que soy párroco de San Luis Rey y veo que la droga ha crecido mucho; es muy común el narcomenudeo y los vecinos con normalidad tienen detectado dónde se consume y dónde se vende”, agregó.

Al ser consultado por qué no se denuncia, el Padre Néstor dijo que “a veces se hacen las denuncias pero cuando llega la policía se termina todo o a veces no se procede con celeridad. Los vendedores son muy hábiles para camuflarse y esconderse”. 

Trabajo de contención

El religioso comentó cómo proceden cuando llega un familiar a comentar el caso: “En primer lugar se reformula la situación familiar, buscar como sanear la relación con el joven o adolescente desde la contención y desde la iglesia en la diócesis se está conformando un equipo de prevención de adicciones que funciona en la parroquia San Francisco de Asís y la propuesta es que cada parroquia pueda tener un equipo parroquial de prevención de adicciones. Es donde mandamos a los familiares y a los afectados por la dependencia”.

Añadió: “Vienen los familiares, principalmente las madres que piden auxilio y muchas veces buscan una varita mágica y esta realidad de la droga es muy compleja porque tiene varios estratos. Va desde la contención familiar, que a veces no es tal por la situación económica que se vive”.

Amplió diciendo que “hoy en día como está planteada la realidad, los jóvenes no tienen perspectiva de futuro, son muy pocos los que tienen un panorama hacia adelante. También la mala calidad de la educación que hoy en día por no traumar a los chicos no hay un esfuerzo, pasan de grado muchas veces sin tener la madurez propia de cada curso y tampoco hay ofertas de trabajo. Todo es un conjunto de factores que termina en lo que todos vemos hoy”.

Destacó que “una de las cosas que mencionaba el informe es la situación de planes sociales que muchas veces más que una ayuda termina representando una facilidad al servicio de la vagancia”. El párroco comentó que muchos chicos roban para poder seguir drogándose, lo que se convirtió en una situación “que uno la palpa casi cotidianamente, en las paradas del colectivo, cuando te arrebatan de la bicicleta o la moto las cosas. Lo peor suele ser cuando están drogados que no tienen límites y ahí puede pasar cualquier cosa, es un peligro”.

Sobre la presencia del Estado en los barrios para ayudar a los adictos, sostuvo: “Sabemos que tienen cerca de Tatané un lugar de internación pero no hay una oferta para este tipo de situaciones, o por lo menos no se ve en los barrios”.

Narcopolítica

Los jóvenes con problemas de drogadicción “es general con mayores o menores condimentos pero en toda la provincia es igual. Inclusive esta realidad no es solamente en las clases sociales más indigentes o humildes o que están en la línea de la pobreza, también se da en clase media y alta”. 

Al ser preguntado por su opinión respecto al caso Bareiro y funcionarios involucrados en casos de narcotráfico, el Padre dijo que “no sorprende mucho porque detrás de la droga sabemos que se mueven grandes fortunas. 

Por la plata baila el mono dice el refrán, y hoy en día que un funcionario esté detrás de una situación así ya no llama la atención. Lo triste es que muchas veces todas estas situaciones a nivel ‘populacho’, a los que caminamos por ahí, se perciben en el ambiente. Ahora pudo salir a la luz pero también hubo casos que no se resolvieron, que quedan en la nada. La situación del último caso fue una cosa que no se pudo ocultar, el accidente destapó la olla porque no pudieron mover rápidamente todas las cosas”.

Grave

El entrevistado comentó una situación grave que –según aseguró- se da en la parte de salud de la provincia. “Muchas veces los profesionales, sobre todo de la salud, a veces entran a la sala de cirugía después de haberse fumado un ‘porrito’. Me lo ha contado gente que trabaja en esos ámbitos. Es para tener en cuenta”, declaró el religioso quien no quiso señalar si el caso se dio en un hospital estatal o privado.