El “lío organizado” de los jóvenes de Paraguay

El “lío organizado” de los jóvenes de Paraguay

En una calurosa primavera a 40 grados a la sombra, pareciera que desde hace unos días un buen número  de jóvenes de Paraguay empezó a hacerle caso a Francisco cuando les sugirió: “Hagan lío, pero organícenlo. Un lío organizado”.

Por:  César Romero Cuevas (desde Asunción)

El estímulo del Pontífice surgió en su encuentro con los jóvenes en Asunción en una jornada que reunió a cerca de 400 mil personas y que aún sigue atrapada en nuestras retinas, inquiriendo a nuestros pensamientos e insuflando a nuestros corazones.

Desde este martes, casi mil estudiantes universitarios han clausurado la Universidad Nacional de Asunción exigiendo la renuncia del Rector, el Dr. Froilán Peralta, ante múltiples denuncias de corrupción y malversación de fondos que cobraron estado público.  El Consejo Universitario en pleno, que hace un año había nombrado al veterinario, otrora decano de su facultad, aceptó su pedido de permiso y de manera unánime le pidió la renuncia, que toda la ciudadanía y los jóvenes esperan se dé en las próximas horas.

La semana pasada la nota la dieron los jóvenes secundarios, liderados por estudiantes del Colegio Cristo Rey, perteneciente a la Compañía de Jesús. Los mismos que ya venían realizando actos simbólicos en su colegio en favor de la mejora de la inversión en la educación pública, invitaron y consiguieron la adhesión de por lo menos 5 mil de sus coetáneos de instituciones públicas y privadas, los que saliendo a las calles a manifestarse consiguieron que la mismísima ministra de Educación y el ministro de Hacienda participaran de la “sentada callejera”, frente a las dependencias del Ministerio de Educación y que se instalara una mesa de diálogo en pos de los objetivos que los congregara.

Detalles no menores: por un lado, un ramo de flores de la Ministra a los jóvenes fue rechazado respetuosamente por los secundarios, que pidieron “más educación y menos flores”, cuando que siempre fueron los reclamos estudiantiles los rechazados o desconsiderados por las autoridades. Por otro lado, si bien hoy el campus Universitario tiene a fiscales y a policías desplegados en su interior para garantizar los derechos de los manifestantes y el de los Consejeros Universitarios, encerrados en el recinto; unas décadas atrás, eran los policías que iban mimetizados a la universidad para activar delaciones y reprimir a los estudiantes. Son pequeños signos de que en Paraguay con la primavera reverdecen las esperanzas.

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