Obispos provinciales llamaron a enfrentar pobreza y corrupción

Obispos provinciales llamaron a enfrentar pobreza y corrupción

El nuevo aniversario de la Revolución de Mayo encontró ayer a los arzobispos provinciales con un discurso unificado en cuanto a la necesidad de encontrar respuestas urgentes a los niveles de pobreza, de enfrentar la corrupción y de fomentar el empleo registrado.

Por caso, el representante de Santa Fe y también presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, pidió por "la cercanía con el que sufre para escuchar sus justos reclamos" y dejó en claro que "la creación de un trabajo digno sigue siendo una deuda social".

Tras el tedéum en Santa Fe, Arancedo señaló que el Gobierno nacional no debería molestarse con los informes que la Iglesia publica por el desempleo y la pobreza en el país. En esa línea, explicó:"La Universidad Católica va publicando sus informes por una necesidad académica. No es una instancia política, sino de servicio. No deberían enojarse".

En tanto, desde San Juan, monseñor Alfonso Delgado aseguró en su homilía que "si de verdad somos constructores de la sociedad, lo haremos cimentados en el más profundo respeto a la Constitución y a la ley, es el único camino", y advirtió: "Tenemos un virus dañino difícil pero no imposible de erradicar, el virus de la corrupción, especialmente en dirigencias políticas y sociales".

El mismo tono adoptó el arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, quien dijo que "en primer, lugar debemos recrear la política y el poder entendidos como servicio al bien común y, así, como una forma de caridad", y exigió "superar la crisis de representatividad en la clase política, la corrupción y la subordinación de la política a la economía, expresión de una crisis de la moral pública que nos corroe como sociedad y obstaculiza nuestro crecimiento".

Zecca también se refirió a la "emergencia educativa de la que tanto se habla", y habló de "mejorar la calidad, establecer un exigente sistema de promoción, recuperar la alianza entre familia y escuela, seleccionar y formar bien a nuestros futuros docentes y acompañar a quienes ya están enseñando".

El arzobispo de Tucumán además sostuvo que "la paz social es una deuda permanente que debemos saldar", ya que "la vida argentina tiene el trasfondo de ecos de grietas, separaciones, deseos de venganza y de una justicia que, a veces, puede ser azarosa", y que es momento de "consolidarnos cada día más como comunidad"En La Plata, en tanto, el tedéum fue encabezado por monseñor Héctor Aguer, ante la mirada atenta del vicegobernador Daniel Salvador.

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